Señora Doubtfire, papá de por vida

Merecía un revisionado esta película que, por lo general, no es de las más recordadas de la carrera de Robin Williams siendo ese honor para películas como 'Jumanji', 'El club de los poetas muertos', 'Despertares' o 'El indomable Will Hunting'. Quizás que un padre esté disfrazado de mujer para estar más cerca de sus hijos pueda ser visto como algo que da repelús, pero ¿qué buen padre de familia no haría cualquier cosa por sus hijos? Es posible que fuese por esto que la cinta ha quedado un poco relegada con el paso de los años. Bajo mi modesto entender, no lo capto.

Aunque yo no sé que es estar en esa posición, sí que puedo empatizar con el dolor de que a un padre devoto como es Daniel Hillard (Robin Williams) le alejen de sus hijos. Seguramente no fue un marido perfecto (porque no hay marido ni persona perfecta), pero el filme da a entender con claridad que como padre es intachable. Y a partir de aquí, puedo entender toda la trama de transformarse en el ama de llaves inglesa para poder ver a sus hijos a menudo, ya que el sistema legal se lo impide. Y si empatizas con esto, desde luego que el largometraje entra bien.

El resto lo pone un Robin Williams que está de dulce, permitiéndole el guion aprovechar sus dotes actorales y cómicas, con especial mención al uso de su voz que se le daba tan bien como demostró un año antes con 'Aladdin'. Nada más que el tramo inicial en el estudio de grabación ya es una demostración del talento que tenía (y me jode decir 'tenía' y no 'tiene') en la voz. No me extraña que ganase el Globo de Oro por su papel en 1994.

No quiero desmerecer ni mucho menos al resto del reparto. Sally Field, Lisa Jakub, Mara Wilson, Matthew Lawrence y el elegante Pierce Brosnan demuestran una gran química entre ellos y con el propio Williams, por lo que cualquier escena donde apareciesen varios o todos queda muy bien interpretado, con total naturalidad. Leí que gente como Tim Allen, Blake Lively o Warren Beatty estuvieron rondando el proyecto; no tengo dudas de que yo no cambiaba a ningún actor ni actriz.

Con la combinación de guion bien escrito, un reparto que está inspirado y unos ingeniosos toques de humor queda una película que no solo hace pasar un rato más que entretenido, sino que trata un tema serio como es el de las separaciones matrimoniales y el efecto que tiene en los hijos, quienes siempre se ven envueltos en las disputas de los adultos. Personalmente, eso sí, soy más fan de una cinta que salió pocos años después como es 'Mentiroso compulsivo' que trata del mismo tema y cuenta con un humor más ácido, situaciones más ingeniosas y toca aún más el corazón; aun así, 'Señora Doubtfire, papá de por vida' no merece caer en el olvido.

¿Queréis ver una película divertida, de lo más familiar que os permita estar tirados en la conformidad de vuestro sofá en casa con los niños? Porque si es así, creo que esta es vuestra película. Sí, la han emitido mil y una veces en televisión, te la sabes entera y, aun así, cuando la vuelven a emitir, caigo rendido en sus garras. Es difícil cansarse de ella.

El matrimonio de un hombre se viene abajo por su irresponsabilidad con el cuidado de los niños. Su mujer le pide el divorcio y, durante los trámites de separación, se queda aislado en un piso de mala muerte, con régimen para visitarlos solo los fines de semana. Si quiere estar cerca de ellos, tendrá que intentar algo completamente nuevo. Así se inventa a la Sra. Doutbfire, una buena, eficiente y amable asistenta entrada en años con acento inglés con la que intentará recuperar todo lo que ha perdido.

Rocambolesco argumento, me atrevería a decir que incluso algo enrevesado, pero de esos que funcionaban muy bien en los 90 y que da lugar a una simpatiquísima película que tiene un buen ritmo y que es ideal para ver en familia.

Así, ‘Sra. Doubtfire’ solo es entendible si uno asiste al “show” del grandísimo Robin Williams caracterizado como mujer, poniendo voces, caminando y creando a ese entrañable personaje. Columbus saca oro de él. De esta forma, consigue lo que mejor sabía hacer en pantalla: arrancarnos una sonrisa de oreja a oreja, a grandes y pequeños. Es una película en la que el actor se luce a lo grande, apoyado de una magnífica caracterización y de un guión lo suficientemente solvente como para resultar mínimamente realista.

Otra de esas películas a las que le coges mucho cariño en la infancia y te gustaría volver a verlas con tus hijos algún día. Si es así, no dudes de que vas a pasar un muy buen rato.

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Con Robin Williams es difícil encontrar un punto medio. O nos deja calvos o con tres pares de pelucas, y sin ser uno de mis actores favoritos, reconozco que su versatilidad es abrumadora. Puede hacerte grandes papeles en plan serio como en "Despertares", "El indomable Will Hunting" o "El club de los poetas muertos" o bien hacerte comedias de este tipo en las que da rienda suelta a su versión más payasa y circense. Pero no nos equivoquemos con "Señora Doubtfire", porque detrás de su aspecto de película humorística con ligero tufo a serie B tirando a estúpida, se esconde una historia bastante más compleja y seria de lo que aparenta. De hecho me atrevería a decir que esta película tiene más de inteligente y de seria que de imbécil, ya que verla hasta el final deja ese regusto, un tanto inquietante, de haber visto algo bien contado y bien desgranado y analizado a pesar de estar servido con máscara de comedia.

Destaca sobremanera el papel de Williams devorando la película de principio a fin con una magistral actuación que llega a resultar agotadora no por mala, sino por exigente, con constante cambio de personalidad, navegando entre el travestismo y la farsa en defensa propia. Porque las faldas de Doubtfire no son más que la manera de mostrar el problema de las custodias en los casos de divorcio, algo que puede resultar un auténtico drama para el cónyuge al que se le deniega o se le reduce hasta lo mínimo permitido por ley. Una impotencia y desesperación que pueden sacar lo peor y lo mejor de uno al mismo tiempo. De hecho, Daniel Hillard tendrá que poner todo su empeño y dar lo mejor de sí mismo al tiempo que engañar a propios y extraños con tal de no perder el contacto con sus hijos. En efecto, se ofrece con tintes cómicos y nos despierta alguna que otra sonrisa, pero bajo toda esa capa de goma y espuma de relleno, el verdadero Hillard sufre con cada cosa que ve y escucha, y se arrepiente y muestra impotencia por haber llegado a un punto de no retorno. Por lo tanto Doubtfire es el arma con el que mostrar que las personas y sus comportamientos dependen de las circunstancias y el entorno y que son esas circunstancias las que en buena parte nos moldean y nos hacen ser tal cual nos mostramos. ¿Es Daniel Hillard un imbécil por definición? ¿Es acaso un inútil dejado de la mano de la vagancia, la despreocupación y el pasotismo? ¿Quizá la rutina le haya hecho descuidarse? ¿O puede ser que arropado tras su nueva careta haya encontrado una parte de él hasta ahora desconocida que encaja perfectamente con aquello que parecía irrecuperable? Para mí hay un claro mensaje que invita a la búsqueda de uno mismo para volverse a amoldar a unas circunstancias que han conseguido superarnos. Y esto se deja ver muy bien en un final que tiene más chicha de la que podría parecer, porque tal vez después de haber conocido y sufrido la parte oscura de algo y habiendo sido capaz de reajustar y relativizar la causa, habremos crecido como personas.

Luego tenemos en esta película la parte menos lograda, que son las actuaciones de los secundarios, con un Pierce Brosnan que me deja frío y al que dan ganas de echarle todavía más pimienta en el plato y una Sally Field un tanto forzadilla a lo largo de la peli. Pero repito, con un guion más que decente y un bestial Williams, el resultado da para mucho. Vale la pena verla.

Todo circunda alrededor del disfraz de Robin Williams, lo que de-generó en una gran cantidad de películas de peña disfrazada, a cual disfraz más logrado.

La película se centra en el disfraz y las peripecias de la señora Doubtfire, ofreciendo convencionales y fáciles gags para provocar alguna que otra risa. La peli es fiel al libro en cuanto a que trata el tema que trata el susodicho libro; sin embargo, no transmite lo mismo... en el libro se consigue que el lector sienta un intercambio de sentimientos maravillosa, desde las risas hasta la pesadumbre. En la peli se intenta, pero se busca enfrascar tanto al espectador en el tema de que sólo quieras ver a Robin Williams disfrazado y teniendo algún traspiés, que dan ganas de pasar la cinta rápidamente enb esos momentos... No se transmiten bien los sentimientos.

No es una mala peli, pero creo que podía haber dado mucho más.

Me parece un trabajo bien hecho. Aunque gran parte del mérito de que esta película no haya pasado a una votación más baja se debe a Robin Williams ya que Sally Field es una de las actrices con menos credibilidad que he visto jamás y, además, parecía como emergida de la asociación de actores sin trabajo, eso sí, con los retoques del laser y de la silicona. Pierce Brosnan aparece y desaparece intentando cumplir con lo que le han escrito en un guión. La verdad es que si no hubiese salido ni una sola vez tampoco lo hubiéramos echado de menos. Lo contrario que con Robin Williams. Pero la película entretiene, y hoy día eso es más que merecedor de un reconocimiento, pues las tristes tardes de invierno hay que llenarlas de películas con un toque de este tipo. Ah! el maquillaje es excepcional, pero la música está poco trabajada, así como el desarrollo del director de la mitad hacia el final. ¿Estaría cansado?