Señora Doubtfire, papá de por vida

En el tiempo que llevo en filmaffinity he aprendido mucho y me he dado cuenta de muchas cosas, y una de ellas que no termino de entender es por qué se juzga tan duramente a las comedias. La Señora Doubtfire es una comedia divertida, entrañable, con un Robin Williams que no puede ser más gracioso y una historia que si bien evidentemente no es una obra de arte y es algo previsible nos saca algunas carcajadas (y lo dice uno al que el humor americano le suele hacer más bien poca gracia).

Sobresaliente comedia, donde Robin Williams se muestra en su salsa y crea un personaje de lo más carismático, la Señora Doubtfire, a veces severa y a veces disparatada, pero siempre encantadora. Sin duda un personaje que pasará a la historia de la comedia moderna y al que todos querremos conocer.

Se nota que Chris Columbus ha puesto empeño para hacer un producto de calidad, que sobresale entre un mar de clones, gracias a excelentes diálogos, momentos memorables y divertidos; y sobre todo, la justa y muy eficaz emotiva de la historia.

Williams es el eje de la película, pero se encuantra muy bien arropado por todos los demas personajes: excelente Sally Field como madre un poco histérica, correcto Pierce Brosnan en su eterno papel de galán seductor, simpáticos niños nada repelentes, y una divertidísima Polly Holliday como inspectora.

Lo mejor: encariñarnos con la Señora Doubtfire, un personaje sólo creado para la película.
Lo peor: díficil elegir..... quizá el final se alargue un pelín.

La dificultad inherente a las relaciones de pareja, hace que este sea un filón para la industría del cine a la hora de crear historias. A lo largo de la historia de vida de esta industria se han visto las relaciones de pareja como un tema trasversal a todo tipo de géneros. Así, se han visto comedias basadas en las discusiones de dos conyujes, terribles dramas con el matrimonio de fondo, deliciosas historais de amor entre un hombre y una mujer, e incluso películas de acción mezcladas con el día a día de una pareja. En esta, las dificulatades entre dos conyujes son el punto de inicio de una divertidísima comedia para toda la familia y a uno de los personajes más peculiares del séptimo arte.

Daniel Hillard es el perfecto padre para sus tres retoños; siempre está dispuesto a jugar con ellos, montar fiestas descomunales, y pasar por alto sus obligaciones educativas. Por desgracia para él, un día su mujer se harta de tanta irresponsabilidad, pide el divorcio, y le quita la custodia. Ahora sólo podrá ver a sus hijos haciéndose pasar por la señora Doubtfire: una encantadora ancianita que es contratada para cuidar de ellos.

Lo más encomiable de la película es lo bien perfilado que está el personaje de Daniel Hillard / Efigenia Doubtfire. Al verlo discutir con su antiguo jefe, sufirendo por sus hijos, tratando de convencer a su nuevo jefe se hace palpable una autenticidad que permite entender no sólo ya su travestismo, sino también el cambio de comportamiento respecto a sus hijos mucho más maduro y responsable. En ese sentido, decir que dejando a un lado histriónicas situaciones, la película habla de segundas oportunidades y nos recuerda que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.

Sin embargo, lo más llamativo del largometraje son las histriónicas situaciones ocasionadas por la peculiar personalidad de nuestro protagonista y el travestismo de éste. Nos reiremos al ver como la señora Doubtfire trata de ocultar su verdadera personalidad ante la mirada atenta de la agente judicial, como surgen sus odios ante el pretendiente de su ex-esposa, o su extraño e igualmente peculiar hermano. También nos emocionaremos ante una historia que, ante todo, es entrañable.

Respecto a otros aspectos, destacar un grandísimo guión, una ambientación sonora muy bien escogida, y un excepcional Robin Williams (quizás su mejor papel). Tampoco podemos olvidar la presencia de una Lisa Jakub que, desgraciadamente, no pudo consolidarse a pesar de ser una de las más sonadas estrellas infantiles. Por contra, Sally Field y Pierce Brosman no terminan de convencer.

Una película simpática con un Robin Williams inolvidable, en el que probablemente sea el mejor papel cómico de su carrera.

A pesar de tener un inicio bastante malillo y lento, la película se hace muy especial cada vez que aparece Williams caracterizado como la Señora Doubtfire, un personaje carismático, hilarante y tierno. A pesar de que el resto del reparto está también muy bien, Robin Williams destaca continuamente con su carisma siendo el alma de la película.

El guión que está basado en una novela que mezcla un poquito de "Mary Poppins" y otro poquito de "Nanny McPhee", es entretenido y gracioso con algunos gags muy divertidos.

Es definitiva, es una película de humor a la vez que entrañable y un poquito sentimentaloide para todo tipo de público.

Lo mejor: La Señora Doubtfire.
Lo peor: El inicio, todas las escenas en las que no está Robin Williams.

Yo no voy a hacer una crítica de la película. Quiero sólamente hacer una mención al doblaje, que me parece sencillamente genial. Mis reverencias para Jordi Brau, que es capaz incluso de mejorar el registro camaleónico de Robin Williams. La película camina por la senda del entretenimiento familiar de media tarde, pero la verdad es que un Robin Williams travestido y con accesos de doble personalidad puede resultar muy divertido, sobre todo con la ayuda de Jordi Brau y todo el reparto.