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España España · Barcelona
Críticas de JulesVincent
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Críticas 212
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
3
28 de abril de 2024
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Película cargada de buenas intenciones pero aburrida como ella sola, con la típica animación de las que tantas veces nos ahogan últimamente, con personajes humanos y/o animales que huelen más a serie tipo "Laidybug" o "Spidey y su superequipo" que a algo con una personalidad realmente fuerte y marcada. Algo huele a más de lo mismo aquí, y aunque en el fondo quiera transmitir un mensaje buenista a base de mostrar lo idiota que se está volviendo la sociedad actual y cómo se puede llegar a cambiar esto por medio de la palabra, a mí no me convence el cómo.

Teléfonos móviles desde la infancia más temprana, las nuevas tecnologías y las redes sociales dictando nuestra forma de pensar y actuar, padres pasando de sus hijos y más preocupados por mantener los nichos de mierda y miseria moral en la que se mueven en su día a día. Dinero, diversión, despreocupación y falta de empeño y constancia. Desprecio por los libros en las aulas, demonización de la mano dura en clase con el consecuente desprestigio del concepto de autoridad, siendo la figura del maestro colega la que gusta y se acepta entre los idiotizados padres. Todo esto se exhibe aquí no por simple gusto, sino porque es lo que hay en la vida real. Y al menos se intenta que por medio de un Lagarto con menos gracia que un folio en blanco, los críos protagonistas en la peli aprendan en cierto modo a darse cuenta de que hay cosas que pueden funcionar de otra manera. Aunque pretender que unos diálogos aislados y sin gracia más propios de diván de psicólogo sobresalgan en la película y que el espectador menor de edad se los coja con algo que no sea papel de fumar mientras lo que le llama la atención son las cucamonas y las peripecias del Lagarto y compañía es poco menos que una utopía.

Me da igual esta historia porque me aburre y porque sus personajes me provocan indiferencia. Pocas veces un protagonista principal me ha resbalado tanto y ha tenido un mensaje que haya pasado tan desapercibido camuflado entre tantas tonterías que reflejan las prioridades reales del mundo que estamos creando. Además, no sé qué tiene esta peli que me produce cierto estrés visual y corporal y se me despierta un pilotito dentro de mí que me anima a apagar la tele o buscar otra película. Al fin y al cabo, el cine está para entretenernos y no para ser un suplicio y hacer que nos duela el culo.

LO MEJOR:
- Los que hicieron esto al menos se debieron quedar satisfechos.

LO PEOR:
- Que no ayuda demasiado a escuchar a la voz de la experiencia que otorga la vejez.
- Que la sociedad va encaminada sin darse cuenta a lo que la peli enseña.
- Que es un coñazo de película.
JulesVincent
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9
28 de abril de 2024
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Obra cumbre, y con diferencia, de John Carpenter, para acojonarnos y hacernos sentir indefensos frente a la pantalla. Y es que "La Cosa" funciona perfectamente bien en todo lo que quiere ser buena, y ahí es donde radica el poderío de esta película, pues no pretende ser solo una simple historia de terror al uso con mostrenco de por medio, sino que quiere y consigue sembrar en el espectador la semilla de la duda eterna. Algo más de 40 años han pasado desde su estreno y muchos seguimos preguntándonos aún qué coño es " La Cosa", por qué es, cómo es y para qué es. Demasiadas dudas nos acechan tanto como a los protagonistas de la historia y es que aún me sigue conquistando ese aura de confusión y desconfianza que reina frente a la amenaza de lo desconocido. Porque Carpenter se introduce y explora como pocas veces hemos visto en el mundo del cine el caos y la desesperación que produce el no saber a lo que te enfrentas y por lo tanto el no saber qué debes o qué tienes que hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y en quién o en qué puedes apoyarte y confiar para tirar hacia delante.

Es el punto fuerte de todo y los cimientos principales en los que se sustenta el desarrollo de la trama. Desde esa escena inicial en la que nos preguntamos qué hacen unos tíos pegándole tiros a un perro desde un helicóptero, todo navega en torno a un ambiente de incerteza en el que todo parece ser posible e imposible al mismo tiempo. Todavía hoy veo la película y sigo disfrutando al ver cómo los protagonistas luchan más contra ellos mismos que contra algo claramente visible e identificable. Luchan contra preguntas sin respuesta, contra algo que no se sabe qué es, dónde está, cuándo está, o ni siquiera si está o no está y dentro o fuera de quién o qué está. En consecuencia, se genera un clima de desconfianza que arrastra al personal a cometer actos brutales, irracionales y fuera de lugar. Una suerte de enloquecimiento colectivo sin pies ni cabeza en el que unas placas de Petri al calor adquieren más poder que una lógica que no existe y donde el pseudoasesinato, el pseudosuicidio y las matanzas campan a sus anchas a muchos grados bajo cero.

Por lo tanto, Carpenter sabe perfectamente manejar los tiempos de la confusión cuando quiere ser confuso, y sabe perfectamente cómo saltarnos a la yugular en los momentos precisos para que se nos pongan los pelos de punta. Resultan geniales los pasajes en los que la historia se destapa y se levanta ante nosotros para exhibir músculo de la forma más bestial y asquerosa posible. No se ha escatimado en guarradas, fluidos, viscosidad y muerte. Cerdadas servidas sin tapujos de la forma más amorfa posible para sobresaltarnos y conseguir que más de uno todavía hoy se siga llevando las manos a la cabeza o soltando algún grito, y por qué no, alguna risa de tan alocadas ocurrencias viscerales. En tal sentido, me gusta la visión del director dando a entender que la amenaza y el horror muchas veces no tienen forma claramente definida. ¿Quizá el miedo sepa identificarnos mejor a nosotros que nosotros a él y sepa ocultar sus causas entre aquellas cosas que para nosotros pasan desapercibidas?

Más de uno restará poder a esta película por tratarse en realidad de un remake, pero hay remakes y remakes. De hecho, bajo mi punto de vista, esta del 82 mejora claramente a la de los años 50 y a la vista está que la porquería que se hizo en 2002 fue una burda imitación recauchutada de la que ahora nos ocupa. Para mí, Carpenter tuvo un ataque de lucidez pariendo esta historia que mezcla lo mejor de "Alien, el Octavo pasajero" y lo mejor y más guarro de "La Mosca" de Cronenberg. Tiene casi de todo: buen manejo de los tiempos, discurso narrativo acertado, buenas interpretaciones y las dosis justas de sangre y muerte servidas con los preparativos necesarios para que cobren sentido. Y seamos francos. Si alguna vez has construido en tu cabeza la situación más terrorífica a la que tu imaginación podría llevarte, tendría muchos de los ingredientes de esta "Cosa": Aislamiento, oscuridad, frío, monstruos amorfos, gritos hiperagudos, naves espaciales y ceguera. Hasta en tu cabeza habrían sonado los tonos simples pero punzantes de la banda sonora de Ennio Morricone.

LO MEJOR:
- La recreación de la incertidumbre como piedra angular del terror.
- Su fotografía del miedo a la desconfianza en los demás.
- Sabe ser violenta y cerda cuando quiere.
- ¿Por qué, como en "El Resplandor", cuatro acordes musicales tan simples y tan malos saben calar tan bien hasta los huesos?
- A todo esto, ¿qué es esa Cosa y dónde podría estar ahora mismo?

LO PEOR:
- Que aún nadie se haya atrevido a rodar una continuación de la historia. ¿Miedo a no estar a la altura?
JulesVincent
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6
27 de abril de 2024
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Amenábar se lanzó aquí a una peligrosa piscina rodando una película con la que fácilmente podría haberse desnucado pero que sin embargo consiguió conducir con sobriedad. Digo peligrosa porque camina por esa delgada línea roja que marca los límites de la confusión y que separa lo real de lo onírico y que puede hacer que el espectador se sienta engañado o estafado si no se consigue hilvanar todo bastante bien. Porque hasta el último minuto se juega a hacernos pensar que no tenemos todas las cartas encima de la mesa y que hay algo que nos falta pero que en algún momento de la historia se nos dará para que el puzzle quede completamente resuelto. Aún así, es fácil que la primera vez que veamos "Abre los ojos" nos quedemos a medias, pensativos o incluso con cara de tontos, sobre todo si el de al lado aplaude y se licúa ante lo presenciado. ¿Y qué es esta película?

Pues es una compleja historia de deseos y sueños no alcanzados en un contexto de profundas frustraciones por anhelos de una perfección que alguien creyó poder alcanzar alguna vez pero que (tal vez) nunca pudo conseguir por toparse con las limitaciones que lleva implícitas el hecho de ser una persona de carne y hueso con una biología menos capacitada de lo que nuestra estúpida mente se piensa que puede llegar a hacer. ¿Una fumada? pues quizá. Pero en cualquier caso es una fumada bien llevada hasta en los momentos en los que lo futurista se entrelaza con lo mundano y lo psiquiátrico con lo cuerdo. Mundos quizá paralelos o quizá tangentes en un punto indeterminado para que nos llevemos una ostia llena de moralidad, de realidad y de sueños imaginarios. Al menos sirve para no pretender volar tan alto cuando los vuelos solo están llenos de codicia y avaricia, y para que frenes un poco cuando te pienses que lo tienes todo bajo control y que el resto de personas solo han venido al mundo para servirte y ser utilizadas a tu antojo y capricho. En el momento más inesperado te la vas a zampar con la mano bien abierta porque la vida te aguarda con sorpresas a la vuelta de cada esquina. Y si crees que estás por encima de todo, te van a partir la cara. Luego ve y busca a alguien que te la reconstruya.

Como metáfora de las ganas de querer salir siempre victorioso pese a todo y de dejarse caer en brazos de cualquier método para alcanzar el fin deseado aunque todo sea una patraña y una mentira, es una peli perfecta. En eso Amenábar se ha quedado bien a gusto y no ha vacilado en dejarse llevar por la utopía mental de la vida eterna y la reactivación corporal y todas esas mierdas que de hecho ya se cuecen por algunos países al dictado del poderoso caballero Don Dinero y de la amoralidad de la estupidez más extrema. El problema que veo en "Abre los ojos" es que no acabo de sentir empatía por lo que me cuenta y echo en falta demasiado al Amenábar de "Tesis" que hacía uso de lo siniestro desde un punto de vista más real y menos imaginario. Aún así, es una historia grande que incluso se siente por encima de todos sus actores. Ninguno de ellos (a excepción de Najwa Nimri) da la sensación de estar a la altura de una película que podría haber volado más alto con otro elenco de protagonistas. Veo muchos diálogos forzados, poco creíbles y convincentes, que dan al conjunto un aire de liviandad que la historia no merece, estableciéndose a mi juicio un tira y afloja entre un director que quiere y unos actores que incomprensiblemente no pueden.

En cualquier caso, se disfruta más en un segundo visionado que en un primero, y en un tercero más que en un segundo. Todo es cuestión de abrir los ojos y abrir la mente para pillarle el rollo a Amenábar. Es como en las películas de Miyazaki, cuesta pero se consigue. Aunque yo, en este caso, si les soy sincero y tuviera la pasta para pagar por ensoñaciones al gusto, preferiría gastarme los cuartos en la Memory Cold en la que casi le fríen los sesos a Schwarzenegger.

LO MEJOR:
- Su retorcimiento de la realidad.
- La famosa escena de la Gran Vía vacía.
- Narrativamente impecable.

LO PEOR:
- ¿Por qué los actores no están a la altura?
- ¿Por qué hay tantos diálogos que patean la magia de la historia?
JulesVincent
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5
27 de abril de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quieres ir al cine para ver una película que te alegre el día, lamento decirte que esta no es tu mejor opción. Puede resultar ideal para encontrar personajes con los que solidarizarse y te acaben de rematar si tienes un día de bajón en los que todo te importa una soberana mierda y resulta un medicamento ideal para menguar esos humos que te hacen pensar que eres el rey del mambo. Porque lo que Kaurismäki refleja aquí es un ambiente de extrema tristeza, una suerte de penumbra entre Muertos Vivientes que deambulan por sus vidas sin rumbo claro ni motivación alguna, siguiendo un camino lleno de desesperanza y resignación que invita a tirarse por un puente, ahorcarse con el nudo de la corbata o en su defecto cortarse las venas con el ticket de la entrada al cine. Personajes que han caído en los brazos del alcohol, la soledad y la apatía para contagiarnos de una desagradable sensación en la que la indiferencia nos absorbe y la monotonía nos mastica y nos devora.

Uno ve estos ambientes y piensa que esta gente está a un paso de convertirse en esos "Perros de Paja" de Dustin Hoffman a poco que un detonante encienda la mecha. Si todo te da igual, ¿qué hay de malo en alegrarse el día jodiendo al prójimo? Por suerte, siempre quedará el amor para enmascarar la miseria y ese es el camino gracias al cual la peli no se cae por el precipicio. Una pequeña motivación para tirar hacia delante y tener un aliciente para no dar el paso hacia el abandono definitivo y un pequeño resquicio por el que se cuela la única sonrisa y el único guiño a la vida que recuerdo en toda la película. Por lo tanto, si de crear un ambiente lúgubre se trata, su dirección da en el clavo y eleva a la categoría de metáfora lo que en la vida significa estar pasándolas putas en lo económico, laboral y social. Pero tiene el gran problema del ritmo y la empatía. Película lenta de cojones y con personajes que nos acaban dando un poco igual. Me produce tanta indiferencia lo que le suceda a los protagonistas en sus vidas como a ellos mismos y no consigo sentir la más mínima pena por su tendencia al pasotismo y al derrotismo, sino más bien una especie de asco y rechazo ante la toxicidad que desprenden. De hecho, todo a su alrededor se contamina, se enreda, se tuerce y se pudre y a uno le siembran la duda del amor por casualidad o por necesidad. Ponga un perro y una pareja en su vida y todo le parecerá menos oscuro (o no).

No sé si la historia se ha creado adrede con la intención de vestir con cierta socarronería y humor gris oscuro casi negro todas las miserias que en ella se reflejan o si es algo involuntario pero inevitable dada la constante sucesión de hechos desafortunados que incitan a pensar que alguien nos está tomando el pelo en el vacío. En cualquier caso, más sonrisas que a los protagonistas se le escaparán al espectador, aunque salgan a fuerza de respirar miseria en abundancia, porque ni es mala táctica recurrir a la miseria en grandes cantidades como excusa para el humor (recuerden a Chaplin en "El Chico" o en "Tiempos Modernos"), ni es mala táctica recurrir a ella como excusa para refugiarse en las ganas implícitas de dar un beso o echar un buen polvo. De todas formas, no esperen reír aquí como en el cine mudo de Charlot ni crean que van a ver un cine romántico de los que marcan época. ¿El resultado? Pues a mi juicio una recreación un tanto simplona y rancia de lo poco que puede llegar a significar a veces la vida cuando nada esperamos de ella. NORMALITA.

LO MEJOR:
- Da en el clavo con el ambiente que quiere plasmar en pantalla.
- Que alguien decidió dejarlo en una escasa hora y cuarto. Más hubiera sido morir de pena y de asco.

LO PEOR:
- Veo la peli pero no la disfruto. Vamos, que me la pela.
JulesVincent
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3
22 de abril de 2024
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Con ustedes, ahí va uno de los mojones del año, uno que nos prometía acción de la buena y que acabó siendo una tremenda tontería en la que sorprendentemente los Megalodones pasan a un segundo plano a pesar de que se nos sugiere lo contrario tanto en la portada como en el tráiler de la película. Esto, que ya de por sí es hiriente, a uno le toca especialmente los epidídimos cuando sientes el engaño en tus carnes por haber buscado un producto que te prometieron y te apetecía disfrutar y que por algún casual no te han querido dar. Te enseñaron el caramelo, te lo pasaron por las narices y a la hora de ir a comerlo resulta que no era caramelo sino piedra repintada, y los tenebrosos mundos acuáticos devinieron en horrorosos esperpentos pasados por agua. Así que ni los tiburones aparecen tanto como esperábamos ni Statham les da la caña que queríamos, al margen de alguna escena puntual hacia los últimos estertores de esa basurilla.

Debo decir en defensa de quienes crearon esta secuela que al menos la excretaron a propósito y con pleno convencimiento de causa, con lo que hay que considerarlos excretadores profesionales entregados a la causa del cine basura. Ellos sabían que no se iban a tomar esta peli en serio en ningún momento y así se intuye durante todo el metraje, pues abundan las escenas en las que el desmadre campa a sus anchas sin mesura ni contención. Nadie se paró a pensar si lo que se estaba plasmando en pantalla podía tener sentido o aportaba algo importante a la trama. Simplemente se les ocurrió y lo soltaron al ruedo para que empezara a correr como pollo sin cabeza. Tanto es así que durante muchos tramos no sabes muy bien quién es el malo, a quién hay que combatir realmente y por qué aparecen ciertos personajes y criaturas ante nuestros ojos. Saurios, escualos, calamares en su tinta y estupidez humana se entremezclan compitiendo por llevarse el premio al más hijoputa del lugar, con esos guiños tan típicamente típicos al chiste facilón y al chistosillo de turno que nadie pidió y que a mí particularmente me revientan por dentro porque nadie necesita que le cuenten chistes en pleno apogeo delirante para aguarle la fiesta de la locura. Si al menos hay sangre y salvajadas, solo pido que me dejen verlas en paz y no me chafe el momento el tocineras graciosete de turno.

Esta peli es como si alguien hubiera pulsado el botón de centrifugar de la primera parte de "Megalodón" para que todo empiece a girar a toda pastilla. Uno se limita a ver los disparates que aquí van ocurriendo mientras desea ser escupido al exterior por la propia fuerza centrífuga. Todo demasiado disparatado y mal hilvanado, sin saber encontrar su sitio exactamente y con qué amenaza querer quedarse, con lo que me desubico y me aburro. Fíjense si es mala que es una especie de "Deep Blue Sea" netamente inferior, peor definida y mal rematada. Bocas muy grandes y dientes muy abundantes pero divertimentos los justitos. Sería ideal que a uno le fueran echando cubos de agua fría sobre la cabeza de vez en cuando mientras va viendo este producto para vivirlo de una manera más refrescante y más "pasada por agua".

LO MEJOR:
- El primer minuto y medio de la película. Después ya puedes desconectar.
- Tiene un par de momentos tan groseramente copiados de "Tiburón", que te tienes que reír por la gloria de tu madre.
- Cuando se acaba sientes una especie de liberación espiritual.

LO PEOR:
- Que me han dado gato por liebre y humanos por tiburones.
- Que es una gilipollez.
JulesVincent
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