Tú y yo

Bertolucci, acompañado por David Bowie y su Ragazzo solo, Ragazza sola, consigue hacer palpable el paso a la madurez de un joven poco sociable. Aunque no pase gran cosa durante el largometraje, es imposible no esbozar una sonrisa durante los créditos finales. Como ya es habitual, el director consigue iluminar con magia cada escena claustrofóbica, creando un clima de misteriosa intimidad entre los protagonistas.

Crea personajes dulces que rozan, por no decir que atraviesan la locura, a veces inverosímiles.
El argumento esta basado en la obra de Niccolò Ammaniti del mismo nombre que el film. la fotografía increíble.
El problema que atraviesa Olivia (Tea Falco), parece de mentira, lo endulza demasiado.
Y Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori), parece el chico ''guay'' de la clase que escucha música más ''guay''. A pesar de todo esto los dos crean una complicidad increíble, mientras que no pasa lo mismo con su entorno. Escenas pretenciosas y música aun más.(totalmente gratuita).

Adaptación cinematográfica de la famosa novela corta "Io e te" de Niccolo Ammaniti, novela que tuve ocasión de leer el año pasado en una edición en italiano por esto de mejorar mis escasos conocimientos de la lengua de Dante.

Lo primero que se echa en falta en la película es la falta del prólogo y del epílogo de la novela, dos pequeños detalles sin importancia que cambian totalmente el sentido de la historia. Obviando esta pequeña imprecisión, la peli es entretenida y se deja ver. El casting esta más que acertado con ese joven actor clavado al Malcolm McDowell de "La naranja mecánica".

Tanto la novela como el libro son sesudos análisis psicológicos de la adolescencia, con un relato en cierto modo duro como muchas de las obras de Ammaniti.

Y no tengo nada más que añadir...

Buena película del maestro Bertolucci, que con prácticamente sólo dos intérpretes logra conmover al espectador.
Eso sí, se requiere un poco de paciencia, no en vano su ritmo es romo, sobre todo al comienzo.
Pero poco a poco, el amor fraternal, la amistad, el respeto para el semejante, logran emocionar sin estridencias sentimentales ni dramatismos extemporáneos.
Gusta al final y deja una sensación de una cina muy humana.

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La última de Bertolucci no será su película más recordada, y sin embargo va sobrada de aliento poético y capacidad para conmover.

Un adolescente que busca esconderse del mundo aprovecha una excursión de su colegio para refugiarse en un sótano; su camino se cruzará con el de su medio hermana, una chica autodestructiva con problemas con las drogas.

Sientes curiosidad por esos personajes a la deriva, criaturas sin rumbo, solitarias; te produce infinita ternura el afecto y la compresión que nace entre ellos; te gustaría seguirles en su viaje, más allá del final de la película, alentarles, ayudarles, esperas que algo cambie después de su encuentro y que en sus vidas entre un poco de luz.

Un film lírico, moldeado de sueños, atravesado de tristeza, y también esperanzador, a su modo. Con bellas escenas que te devuelven la fe en el cine, y una historia que te hace recuperar la confianza en la humanidad. Bertolucci eligió la mejor manera de despedirse.