Infancia clandestina

Película vista desde la perspectiva de Juan (Teo Gutiérrez) un niño de once años hijo de padres revolucionarios que regresa a la Argentina tras estar exiliados unos años en Cuba, la vuelta se da debido a la contraofensiva montonera del 79 durante la dictadura.

Como mencioné, el film se observa desde la perspectiva del niño que es el verdadero protagonista, que debe crecer en medio del temor, donde la ética de los padres se pone en juego, entorno a todo lo que Juan vive y sus creencias revolucionarias.

Como si fuera poco, deberá crecer en un nuevo contexto, con una nueva identidad, hacer nuevos amigos, experimentar su primer amor y todo lo que se puede catalogar como normal para esa edad, aunado a lo dicho en el párrafo anterior.

Infancia clandestina es un film correcto, que además de lo obvio concerniente a la dictadura argentina, se refiere mucho a la identidad que se va desarrollando en el niño, atención a la última frase de la película la cual ejemplifica esto totalmente.

Con todo y esto el film se siente algo vacío, como que no es una obra tan profunda, la película está muy bien hecha pero sin embargo, no me parece que sea una obra muy diestra para analizar, es como muy pequeña, tal vez muy personal.

Cabe señalar la utilización que hace el director de un recurso que se me hizo muy llamativo, y es el de usar en tres momentos claves animación que relate de forma muy sugestiva lo que sucede en pantalla.

Un par de puntos más, actuaciones que realmente no sobresalen y que además me parece que por momentos hay sobreutilización musical, lo cual puede resultar molesto.

Ni que decir tiene que las películas cuyos protagonistas son niños son difíciles de trabajar, debido a la inexperiencia de los actores o a que en muchos casos se les otorga características de adultos, dando muy poca credibilidad a la trama. En este caso no podría ser de otra manera, y la película nos muestra una infancia llena de todos los lugares comunes posibles en el cine. El film pretende conmover mediante la historia de guerrillas clandestina en la época de la dictadura Argentina, pero la trama son meros coletazos sin ningún tipo de profundidad histórica. Los personajes además tienen comportamientos dispares. La película se pierde en eternas tomas que deberían durar varios minutos menos. Es un auténtico viaje de lugares comunes.

La película nos demuestra, una vez más, que todo aquello que ha sido premiado no tiene porque ser bueno, y en este caso es patético.

La verdad esta película su historia es sumamente atractiva pero te la duerme son escena que no sabes por donde van y te aburren de tal manera que los personajes parecen marcianos sin mucha conexión con la historia, una historia que quiere jugar a dos bandas por un lado el mundo de la adolescencia y por otro el mundo de los adultos en un país sumergido en una dictadura brutal pero no consigue desde mi punto de vista profundizar ni que te interese ninguno.

No la había entendido bien pero averigué que es una historia real y el director dijo que es sobre su biografía de lo que le pasó en su infancia.
Las actuaciones son buenísimas y es una película sobre la dictadura militar en la infancia.
Es muy buena e interesante pero le falta que atrape más.
Hay algo en esta película que me sorprende: Natalia Oreiro dice malas palabras. Me sorprende porque nunca la escuché decir malas palabras. Al menos por lo que la conozco.
Lo digo yo que la sigo desde "Un Argentino En Nueva York" y nunca dijo palabrotas lo cual me sorprendió mucho puesto a que ella no era de decirlas.
Decía una poca pero no tantas como acá.
Volviendo a la película, me gustó pero se pudo haber hecho un poco mejor.

Es difícil decir lo que pienso, ante un filme aparentemente tan lleno de buenas intenciones. No me gustó. Es solemne y a la vez ingenuo, lleno de melaza, con un planteo basado en lugares comunes tanto en el guionado como en las actuaciones. La escena del tío con el maní con chocolate es casi soft porn y la de la abuela es puro tic. Todo se ve muy manipulado, muy orquestado, nada respira. Las secuencias de animación son banales, están de más. Según yo, claro. Todo el tiempo pensé en ese espléndido filme de Lumet con River Phoenix, lamentando la oportunidad desperdiciada de tocar un tema bien de nuestra historia argentina reciente. Y que sea la candidata argentina al Oscar no me sorprende. Ya lo fue, y lo ganó, otro filme mediocre y enjundioso: El secreto de sus ojos.