Tal como éramos

The way we were, título original de Tal como éramos, que a su vez es la canción principal de la misma compuesta por Barbara Streisand, es un drama romántico que hace repaso a dos décadas clave en la historia reciente de los EEUU: los años 40 y 50. La primera parte del filme, centrada en la vida universitaria, tiene como telón de fondo el final de la Guerra Civil española y el desarrollo de la II Guerra Mundial, conflicto al que el personaje de Hubell es destinado como tantos otros jóvenes americanos.

Esa primera fase de la película sirve para presentar a los dos protagonistas, amén de otros secundarios como James Woods -Vampiros, Casino- en uno de sus primeros papeles dando vida a un amigo de Katie. O Bradfor Dillman en el papel de J.J, amigo íntimo de Hubell y donde se ve la faceta más radical y comprometida del personaje interpretado por Streisand, las diferencias con su partenaire y, a pesar de ellas, el inicio de la relación amorosa con la consiguiente carga romántica.

Aquí el espectador puede disfrutar del carisma que ambos intérpretes aportan a sus papeles, con una complicidad perfecta y con unas miradas intensas que desvelan la pasión con la que ambos se van a querer durante el resto del metraje. Con escenas muy potentes, como esa en la que Katie vuelve a casa por la noche y se encuentra a Hubell bebiendo solo en la terraza de un bar, o dentro de la cafetería en la que la joven judía trabaja de camarera y los acompañantes de Hubell se burlan de ella.

La fase del enamoramiento, magnética y poderosa, da paso a la segunda parte del filme, bastante más dramática. Los vaivenes del matrimonio y los riesgos que acechan a la estabilidad del mismo se apoderan de la vida de la pareja en un marco histórico y en una ciudad diferente: el Hollywood de los años 50, o lo que es lo mismo, la caza de brujas dirigida por el senador Joseph McCarthy.
Ambas partes se complementan a la perfección y tienen la guinda perfecta en un final conmovedor que no abandona el tono apasionado y emocionante que desprende el filme durante todo su desarrollo.

Tal como eramos es un retrato nostálgico y conmovedor de una de las épocas más importantes de EEUU -final de la II Guerra Mundial y años posteriores- enmarcado en una gran historia de amor. Una de esas películas que merece la pena rescatar y ver de vez en cuando.

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Tenía ganas de ver esta película.
Lo que esperaba: una película melancólica sobre el paso del tiempo en una pareja.
Lo que he encontrado: una disección sobre una relación con más profundidad de la que intuía.

A todo esto ninguno de los dos personajes es perfecto, precisamente. Pero tal vez el personaje de Redford sea el más dificil de comprender, y quizá el que este interpretado por un actor tan atractivo y agradable le dota de un equilibrio que en otro caso tal vez resultara demasiado antipático a medida que avanza el film, aunque la disección del personaje resulte realista.
Los actores están muy bien , el guión es estupendo y la dirección acertada.

Se la ve sosa, la verdad. Los protagonistas no tienen pasión, o mejor dicho, no la tiene el personaje de Hubbell. Da sensación de apatía, es más apasionado el personaje de Barbra Streisand cuando habla de política, que el de Robert Redford en las escenas de amor. Cuando sí parecen una pareja real y te la crees totalmente es cuando discuten. Para colmo, los dos personajes son repelentitos, (spoilers), es muy difícil identificarse con ellos; y los secundarios son tan secundarios que tampoco ayudan a dar credibilidad a la historia.

Por otra parte, la película está mal ambientada. Se supone que la comienza a finales de los años 30, pero si no llega a ser porque el personaje de Barbra Streisand habla de lo que está ocurriendo en la Guerra Civil Española, yo los hubiera situado en los años cincuenta. Y además, los saltos temporales se hacen sin transiciones, o con transiciones muy bruscas, pasan de una década a otra casi de golpe. Hay que estar atentos a las conversaciones de los personajes, al vestuario de Redford y a los peinados de Barbra, para saber en qué década están.

Para terminar, el ritmo es bastante lento en el primer tercio de la película, a partir de ahí afortunadamente mejora, y consigue hacerse más interesante, manteniéndose bien hasta que termina y sin hacer que el espectador empiece a mirar el reloj.

Resumiendo, defrauda un poco, yo no llego a comprender como tiene tanta fama. Supongo que es simplemente que no ha envejecido bien. Lo mejor, sin duda, la canción que interpreta Barbra Streisand: al contrario de la película, es verdaderamente romántica, intensa, y gana con los años.

Recomendada solo a los muy románticos, y a los fans de Robert y/o Barbra.

Si yo fuera un hombre no me atraería físicamente Barbra Streisand. Soy una mujer, y Robert Redford no me atrae físicamente. Sonará como suene pero es así. Sin embargo, los dos me parecen grandes actores, que dan lo mejor de sí mismos en esta gran película romántica.

Desde luego la canción que comparte título con la cinta es maravillosa. El guión está muy bien. Lo mismo que esta historia de dos personas bastante distintas que luchan por llevar adelante su relación. Una historia con peso, con gran interés, con altibajos, de la que los protagonistas aprenden lo suyo. Y de la que los espectadores podemos aprender.

No le pongo un nueve (no doy dieces) porque no me gusta tanto como "Tootsie", también dirigida por Sydney Pollack.

Él, galán americanito encantador e intachable, atleta con sueños de escritor. Ella, comunista comprometida, impetuosa y apasionada. Se conocen y se enamoran, a pesar de las diferentes maneras que tienen de afrontar el mundo. Tal y como eran. La película está rodada con mucha solvencia, buen ritmo y mucho cariño hacia sus protagonistas. Streisand y Redford clavan a sus personajes y tienen química entre ellos. Y la bellísima banda sonora, capitaneada por una preciosa canción cantada por la propia Barbie, contribuye mucho a crear ese ambiente nostálgico que ya se sugiere desde el título. O sea, el visionado de la película es bastante agradable, no lo voy negar. Pero, reconozcámoslo, en verdad tiene menos chicha que Angelina Jolie en ayunas. Y como no tiene mucha carne, durante la peli me da por reflexionar sobre cuestiones paralelas y me pregunto cosas como cuándo se estrenó en España y si fue censurada por las cosas que dice la Streisand sobre la Guerra Civil Española, o a cabrearme con su personaje porque es una rancia sin sentido del humor, o simplemente me limito a decidir en qué planos se parece Robert Redford a Brad Pitt y en cuáles no, ¡porque tiene momentos en los que se parece un huevo, eh! En definitiva, una película para ver un domingo de esos en los que somos más pijamas que personas y nos apetezca ponernos moñas, pero estemos hasta los cojones de ver Titanic y El diario de Noah.