El discurso del Rey

Correcta, cuidada y elegante, con algunos altibajos considerables. Considero que esta bien, pero tampoco ha llegado a entusiasmarme por completo.
No se puede negar que el reparto sea bueno, destacando el protagonista Colin Firth, ganador del Oscar por dar vida al rey tartamudo, que lucha contra sus limitaciones.
Aunque personalmente, disfruté y me lo pase mejor con el profesor bocal, interpretado por Geoffrey Rush. Pero poco más, debería haberse hecho mayor hincapié en la relación de amistad que se genera entre los dos protagonistas y haber evitado la etapa de distanciamiento que se produce en un tramo de la historia. Una historia de superación y amistad, que a pesar de ser correcta, en su conjunto queda como el clima Británico, frió y seco.

Lo mejor que tiene El discurso del Rey es que no sólo se deja ver, si no que sales de verla con una sonrisa en la boca, como debe hacer una buena feel good movie.
Ahora bien, eso no quita para que uno sepa que Tom Hooper está tocando de forma evidente una serie de teclas para emocionarte según la escena.
Al igual que ya hacía El indomable Will Hunting, El discurso del Rey nos enternece a la vez que nos provoca cierto rubor al ser conscientes de todas sus costuras, desde un guión previsible hasta una fotografía empeñada en subrayar lo evidente (por ejemplo, el uso de unos grandes angulares que exageran la sensación de vértigo del protagonista al leer un discurso).

El principal mérito de la película es que terminamos olvidando lo evidente sin tener que desenchufar el cerebro, y nos dejamos llevar por una historia de superaciones y sacrificios que es sincera en su fondo aunque tramposa en su forma.

Tom Hooper nos sienta en el diván y nos sumerge en una gran y profunda terapia para luego sorprendernos con esta 'pequeña' joya del cine. Brillante, solemne y emotivo discurso, con unas grandísimas actuaciones y unos excelentes diálogos. Un duelo entra caballeros con un Colin Firth espléndido, que reina a sus anchas sin titubear en su mejor actuación; un Geoffrey Rush 'don nadie' que marca sus propias reglas en su castillo para obrar el milagro desde la sombra; y una buena actuación, aunque lejana del nivel de los protagonistas, de Helena Bonham Carter, que una vez más muestra su versatilidad y nos muestra un personaje con carácter y gran flema inglesa.

Una película que se corono como la mejor de su cosecha, resultando una agradable sorpresa. Personalmente, me gustaron más 'Origen', 'Cisne negro', 'The fighter' o 'Valor de ley', pero eso no quiere decir que esta cinta sea peor.

Sin importa la clase social a la que pertenezcas, desde el hombre más humilde hasta un miembro de la realeza sufre sus propios problemas. La película nos muestra el grave problema que tiene el protagonista, el Duque de York, al dar discursos y hablar con otros, pues sufre de tartamudez, un defecto del habla que es totalmente incompatible con su posición Real.
Tras sufrir del consejo de diferentes doctores, acaba conociendo a Lionel Logue, quien le ayuda para acabar con su problema. El argumento no se ajusta a la perfección a la realidad, sobre todo en datos cronológicos, pero esta infidelidad está justificada ya que se cumple el objetivo de la película, que mostremos empatía con el protagonista y sufrir, tal y como él lo hace, una tartamudez que le irrita y le hace mostrarse impotente.
Y aquí llegamos al título de mi crítica y al tema principal del filme, la impotencia que sufre el protagonista al intentarlo y no conseguirlo, al hecho de que no pueda abandonar su cargo, que más tarde se agravará con el "ascenso" a rey (no es un spoiler, es un hecho histórico).
La imposición de su cargo, junto con sus obligaciones, a pesar de su problema de habla será lo que, como decía anteriormente, hará al espectador mostrar empatía hacia el protagonista, sumergiéndonos más en la película y en la historia que cuenta.
En cuanto a datos técnicos, la actuación de Colin Firth es excepcional, a pesar de interpretar un papel sumamente dificil a menos que sufra de tartamudeo. Sin embargo, su actuación no deja a las demás indiferentes ni mucho menos, sobre todo si hablamos de Geoffrey Rush, en la que demuestra su calidad de interpretación en un papel que parece encajarle como un guante. La banda sonora instrumental colabora en el desarrollo de una buena película, siendo totalmente cómplice de la fotografía, la cual muestra un Londres y una Inglaterra grisácea y nublada, en parte debido al contexto bélico.
En definitiva, "El discurso del Rey" es merecedora de sus 4 premios Oscar, de un más humilde 7,5 que yo le otorgo, a pesar de que haya redondeado a 7 en el voto, y de nuestra audiencia.

Película con tintes históricos sobre el duque de York (Colin Firth), convertido por la abdicación de su hermano en en Rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952). Pero este Rey es tartamudo, un trastorno en la fluidez del lenguaje oral de muy difícil corrección. Esto, obviamente, la trae problemas serios para el ejercicio de sus funciones. Además, en plena II Guerra Mundial, el Rey debe dirigirse a la nación, lo cual que contratan a Lionel Logue (Geoffrey Rush), un experto y heterodoxo logopeda que emplea sus técnicas para mitigar las dificultades oratorias del monarca.

Excelente película que cuenta con una meritoria dirección de David Hooper, tanto en la dimensión narrativa como en el plano formal. Muy bien trabado guión de David Seidler, gran fotografía de Danny Cohen y una música muy sugerente de Alexandre Desplat.

PERO sobre todo el film descansa sobre una enorme interpretación de Colin Firth en el papel del Rey Jorge VI. Firth transmite al espectador la que fue una aventura de enorme superación y esfuerzo de parte del Rey para acometer sus obligaciones para con su pueblo en momentos muy difíciles para el Reino Unido; su interpretación es harto elocuente, donde se mezcla el pánico al ridículo, con un firme y comprometido sentido del deber. Igualmente genial está Geoffrey Rush como el logopeda estrafalario pero efectivo. Y sin par, el resto del reparto con Helena Bonham Carter exquisita o Michael Gambon entre otros.

Una película emotiva, entretenida, no cae en el tópico ni en el melodrama. Es sin duda una película que alegra el corazón y resultará vivificante para quien tenga la suerte de visionarla.

Por ser dramática, histórica, británica y con una de las mejores interpretaciones de los últimos tiempos, no puede ser calificada más que como espléndida.