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Anna Karenina

Romance. Drama La historia tiene lugar en el siglo XIX y explora las relaciones entre los miembros de la alta sociedad rusa. Ana Karenina, una mujer de la alta sociedad que se enamora del joven y apuesto oficial Vronski, abandona a su esposo y a su hijo para seguir a su amante. Nueva adaptación de la novela de León Tostói. (FILMAFFINITY)
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Críticas 116
Críticas ordenadas por utilidad
23 de abril de 2013
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¿Alguien tiene dudas de que Joe Wright sin Keira Knightley no es Joe Wright y viceversa?

Es una película centrada en los detalles, de vestuario, del espacio fijo donde sucede la acción
( un viejo teatro donde ocurren gran parte de las escenas), elementos todos que hacen a la película visualmente perfecta.

Keira es una mejor actriz con Joe, sin dudas.

Lo único que no me gustó fue la elección de Aaron Johnson. Cero química.
Acostumbrados a Matthew Macfayden en Orgullo y Prejuicio, y a James Mcavoy, nos falta un poco de esa magia.
FesalonsoD
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30 de abril de 2013
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El resultado global del ejercicio bien merece que se depare en la intentona pergeñada por un realizador que sigue demostrando su solvente validez realizadora. El hipnótico juego escénico propuesto es muy superior a la fractura detallada. La propuesta lleva implícita una capacidad de trabajo, una querencia por la dificultad y un empeño por el reto nada cómodo de hacer asimilar que ya quisiéramos en la mayoría de los productos que componen el panorama del cine comercial contemporáneo. A pesar de ello, la película cuenta con dos lagunas importantes, la excesiva ambición del director y la cada vez más plausible deficiente actuación de Keira Knightley.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Musiczine
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9 de mayo de 2013
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No haber leído la obra de Tolstoi previamente a la película pudiera ser algo hereje. Con todo me acerqué a la más reciente versión cinematográfica de las muchas que se han hecho con una expectativa indolente. Me figuraba encontrar un drama sin brillo y sobre los lugares comunes acerca del amor romántico. Pues no. Si bien ésta versión de Keira Knightley y Jude Law no es de mi gusto, demasiada teatral y al estilo de un musical, me impactó la historia de una adultera retadora. Aquí el amor es una pasión desbordada y sin control. Una pasión de una mujer madura cuyo amado le hace desquiciar hasta conducirla al fin. Y esto sí es llamativo: como los sentimientos, las emociones y pasiones se ponen por encima del sentido común y la razón. Karenina se comporta como una adolescente despreocupada y reta todas las convenciones sociales de su tiempo de una forma suicida. Su autenticidad tiene un costo demasiado alto y sabe que debe pagar por ello. La gran mayoría de las adulteras sin autocontrol son expertas en el arte del disimulo y el engaño, asumen los riesgos de las sanciones sociales, morales y religiosas de una forma calculadora y fría. Karenina no, porque siente su amor cuestionado como puro. Karenina siente un profundo desprecio y odio por su esposo, al que tilda de rutinario y predecible, al que rechaza instintivamente porque no le emociona y le niega el veneno del amor apasionado, al que ella es adicta y no puede controlar que le subyugue. A su vez, el marido se muestra poco digno y no logra entender que cuando a uno no le quieren no se puede forzar el sentimiento. Acepta como un tonto que la Karenina le ponga los cuernos a la vista de todos y es incapaz de acabar por lo sano con una relación que le envilece. Claro, hacer de observador desde una cómoda butaca sin meternos en el pellejo de los personajes tampoco es muy justo que digamos. Aún así, la Karenina, tuvo el valor, al igual que Eva, de retar las prohibiciones y de pagar caro sus consecuencias. Para Dante en el Infierno, los adúlteros y traidores, penan en las peores pilas, de seguro que la Karenina, se encuentra en una de las más profundas y horrorosas, aunque fiel ante sí misma. Porque vamos a estar claro, una cosa es la lealtad o fidelidad de las convenciones y muy otra la que de verdad uno siente y cree, y en Karenina, como ocurre con la mayoría de las parejas, muy pronto descubrió que amar por compromiso social en muy distinto que hacerlo con total libertad y convicción.
bucefalo
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10 de junio de 2013
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Una vez finalizada la proyección de Anna Karenina, uno no sabe si aplaudir la valentía de su director, Joe Wright, o vituperar el ejercicio de egolatría llevado a cabo por el británico. La obra de Tolstoi ha sido objeto de numerosas adaptaciones tanto para la gran como para la pequeña pantalla, lo que dificultaba enormemente ofrecer un producto original. Wright salva ese primer escollo rodando su película en un teatro que se transforma con el devenir de la historia. En un primer momento la idea sorprende y encandila, pero con el paso de los minutos aparece la sensación de ser un mero artificio al servicio del lucimiento de su director.

Wright encierra Anna Karenina entre cuatro paredes y la película se va quedando sin aire. Hasta el propio Wright parece tener la necesidad de respirar y sucumbe a la belleza de los parajes rusos, ofreciendo varias escenas fuera del teatro. El realizador británico no es capaz de llevar su propuesta hasta sus últimas consecuencias y se traiciona a sí mismo sacando la acción al exterior. El director de la brillante Orgullo y Prejuicio está lejos de la radicalidad de Lars Von Trier y su Dogville, por poner un ejemplo. El espectador sí agradece ver la luz natural, saturado de la excesiva teatralidad del conjunto. Esta sensación nunca surgía durante el visionado de la película danesa.

El otro gran hándicap con el que carga Anna Karenina es la falta de química entre la encasillada Keira Knightley y el oxigenado Aaron Johnson. Ambos protagonizan un enamoramiento poco creíble y es que pocas veces un cruce de miradas fue menos sutil y más pueril en la historia del cine. Wright tiene aun mucho que aprender de Ivory, que lo bordó en Lo que Queda del Día con Emma Thompson y Anthony Hopkins como protagonistas. La historia central está deficientemente narrada, justo al contrario que las tramas periféricas que la rodean. Ese es uno de los principales problemas a la hora de adaptar clásicos tan voluminosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
yesterday
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4 de agosto de 2013
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Pues me esperaba otra cosa. Me esperaba mucha fotografía, y lo que he visto es al contrario: toda la historia metido dentro de un teatro (excepto algunas secuencias). Me ha costado situarme a esta nueva situación para ver una película, pero... una vez metido en el tema, la película ganaba mucho.

Las interpretaciones han estado estupendas, y la forma de plasmarlas (como la secuencia de la carrera de caballos o el baile donde las lámparas están bajas) son preciosas y muy bien trabajadas.

Al final, el resultado a estado mucho mejor de lo que me esperaba.
edugrn
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