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Anna Karenina

Romance. Drama La historia tiene lugar en el siglo XIX y explora las relaciones entre los miembros de la alta sociedad rusa. Ana Karenina, una mujer de la alta sociedad que se enamora del joven y apuesto oficial Vronski, abandona a su esposo y a su hijo para seguir a su amante. Nueva adaptación de la novela de León Tostói. (FILMAFFINITY)
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Críticas 116
Críticas ordenadas por utilidad
23 de marzo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Wright, director de Expiación y Orgullo y Prejuicio vuelve a contar con Keira Knightley para una nueva versión de Anna Karenina de León Tolstói y que fue nominada a cuatro Oscars, consiguiendo el de mejor vestuario. Año 2012.

¿De qué va?
Anna Karenina es una mujer de la alta sociedad casada con un político. A pesar de tener un hijo, se enamora de un joven oficial llamado Vronsky y su vida se tuerce al ser señalada por todos por no tener el divorcio y vivir de esa manera.

Actores.
Keira Knightley (Expiación) es Anna Karenina
Jude Law (Inteligencia Artificial) es Karenin
Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass) es Vronsky
Domhnall Gleeson (Valor de Ley) es Levin
Matthew Macfadyen (Los tres Mosqueteros) es Oblonsky
Emily Watson (War Horse) es Lydia Ivanova

Impresiones.
Cerca de diez versiones de la obra de León Tolstói, ésta es sin lugar a dudas la mas extrema y selecta al mismo tiempo al ofrecer una visión de la novela mas teatral.

Pero ese punto no se debe a que los actores sobreactuen como si estuviesen en una obra de teatro, mas bien, es que la cinta es rodada en un teatro que hace la función de la ciudad, la estación de tren, y las cercanías de Rusia. Cada casa, cada calle, es todo un teatro salvo algunos momentos campo abierto donde el personaje de Domhnall Gleeson regresa a su casa, cabizbajo.

Probablemente, éste sea el punto mas peculiar ya que como hemos dicho, versiones hay muchas, y de las últimas, la mas notoria probablemente sea la interpretada por Sophie Marceau y Sean Bean, del año 97, aunque sin duda, la mas importante de todas es la del año 67, de procedencia Rusa, como debe ser.

La cinta de dos horas de duración recoge con brevedad esas novecientas páginas de la obra, basando los puntos mas fuertes sobre la relación entre Anna y Vronsky y su vez la vivida por Levin y Kitty que siendo opuestas, transmiten al final un mensaje importante.

Mientras que en una, la de Anna, vemos una vida de tristeza en la que solo vive por momentos con la infidelidad entre bandas y finalmente siendo señalada por todos, acaba así viviendo amargada, hasta tal extremo de acabar de la misma forma que el hombre con el que se cruza al salir del tren, al principio de la historia.

El contrapunto lo pone Levin, un hombre humilde, enamorado de una chica que vive por encima de sus posibilidades pero que finalmente, se da cuenta de que la chiquilla no busca vivir por encima de sus posibilidades y se siente bien al llegar a la casa de él e incluso hace lo posible por cuidar a su hermano, porque sobretodo, lo quiere.

Dos historias que Tolstói quiso aunar para formar y dar a entender que no todo es la pasión del momento.
Anna era una mujer que si tuviésemos que definirla en términos profanos, la llamaríamos y tildaríamos de libertina (por no ser muy muy profano) y a su marido de cornudo integral.

Me encanta por otra parte el papel de Jude Law aunque ese peluquín trasero rompe con el pelo y las entradas originales suyas. Interpreta a un hombre que a pesar de ser puesto en evidencia por su mujer, decide no darle la nulidad matrimonial, probablemente para hacerle la vida mas dura y que así sienta la vergüenza al ser repudiada por su entorno. Sus escenas cuando se confiesa con Vronsky son geniales.

Igualmente, el joven actor de Kick-Ass, Aaron Taylor-Johnson, aunque su bigote rechina, realiza una muy buena interpretación, mejor de la que pensaba.

Así pues, tanto el como Keira Knightley que está brillante tienen en su haber algunas de las escenas mas hermosas del cine como el primer baile que realizan juntos mientras todos los demás a su alrededor se quedan congelados hasta llegar a quedarse solos. Esa escena es preciosa.

Igualmente, os he de confesar que esos cambios de paneles en el teatro de forma continua, me estaba hastiando un poco al principio, sin embargo, el film está tan bien desarrollado que se vuelve interesante por momentos, sobretodo por las magistrales actuaciones. Sí, con otros actores, a lo mejor no habría funcionado el invento.

No obstante, la cinta no ha recibido críticas tan positivas como parece, probablemente por el experimento realizado en ésta ocasión por Wright, al fundir teatro y cine. Y no, no es como decían, una cinta shakespiriana al estilo de Kenneth Branagh, pero el resultado es mejor de lo que me esperaba.

Soundtrack.
Dario Marianelli quien ha trabado en las cintas mas clásicas de Joe Wright recrea con su música la Rusia de aquellos tiempos y realiza una obra fantástica la cual fue nominada al Oscar. Así pues podemos apreciar momentos brillantes como el cambio magistral que hace la cámara mientras rodea el teatro para salir de un sitio de trabajo a un restaurante mientras a su paso se cuelan personas tocando el trombón o el acordeón.

Lo Mejor: El montaje, vestuario, actuaciones. Escenas como la del primer baile entre Anna y Vronsky y otros juegos de cámara y teatro. Su arriesgada apuesta

Lo Peor: Que no será una cinta para todos los gustos a pesar de ser una obra clásica.

Calificación: 7/10

http://www.cinebso.net
Twitter: @Cinebsonet
obidantenobi
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25 de marzo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anna (Keira Knightley) es una aristócrata rusa que lleva un no muy agradable matrimonio con Karenin (Jude Law), durante un viaje en tren de San Petersburgo a Moscú conoce al oficial Vronski (Aaron Taylor-Johnson), del cual se enamora y con el que establece una relación sentimental.

De esta forma, ambos deben intentar llevar su pérfida y mal vista relación, Anna debe hacer
frente a las especulaciones y los chismes, todo por haber encontrado por fin el amor de verdad, además del hostigamiento de una alta sociedad ávida de cualquier descalabro o quiebre emocional de alguno de sus miembros.

Es así como la película se desarrolla, entre eventos sociales de la burguesía y momentos más privados de los personajes, en un inicio puede resultar algo difícil seguirle el hilo a la historia, esto debido al afluente de información puesta desde el inicio, sin embargo el film pronto agarra forma.

Joe Wright establece para esta película una puesta en escena bastante particular y diferente, llenando las distintas secuencias de una teatralidad sumamente llamativa, teatralidad también representada en los distintos personajes y en los escenarios.

Aspecto que en un principio puede resultar algo chocante, pero del que uno se llega a acostumbrar, a fin de cuentas es un punto sumamente interesante del film, unas veces muy bien conseguido, otras no tanto.

Esta versión de Anna Karenina no llega a ser una obra cumbre, siendo eso sí un producto bastante aceptable, donde rescato además del excelente elenco, la arriesgada pero muy bien llevada dirección de Wright.
10P24H
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26 de marzo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptar una obra de Tolstoi acostumbra a garantizar un argumento sólido del que muchas veces carece el cine moderno. Anna Karenina es una clara evidencia del talento del autor para explicar la condición humana y mostrar como muchas veces, la pasión puede condicionar nuestros sentidos e incluso nuestra vida.
Sin embargo Wright hace de esta historia un vanidoso ejercicio cinematográfico que la convierte en una particular y pretenciosa farándula cuyo logro principal es el de conseguir que resulte inolvidable al espectador, aunque sea a costa de restarle credibilidad para acabar desestabilizando a sus actores, hasta el punto de que Keira Knightley (Anna Karenina) se nos presente más distante y teatral que nunca.
A pesar de la elegancia de algunas escenas y de la originalidad de ciertos planos, la película queda totalmente marcada por su maximalismo, que la hace especial para unos pocos y prescindible para la mayoría.
Un error cuando consideramos que una hermosa historia, si está bien contada es universal. Tan universal como el buen cine.
Yevgraf
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7 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Wright, un director de lo más interesante, se marca una apabullante versión del inmortal clásico de Tolstoi con esta peculiar Anna Karenina. Los más puristas seguramente se atragantarán con la puesta en escena de actores en el escenario que plantea Wright y con esos movimientos coreográficos grupales que a ratos parecen más propios de un musical que de otra cosa, pero lo cierto es que la historia conserva intacto su atractivo universal, sus personajes apasionantes, su historia de amor arrebatador y su retrato de sociedad y de prejuicios. El trabajo técnico es, como no podía ser de otra forma, sobresaliente, aunque la fotografía a ratos es demasiado luminosa y tiene un aire como de cuento e irrealidad que no ayuda demasiado a una historia tan apegada a lo palpable y real.
Entre los actores brillan los dos protagonistas masculinos, un casi irreconocible Jude Law cuya interpretación no hace pensar en ningún otro personaje previo que haya interpretado, y por supuesto Aaron Taylor-Johnson, que está simplemente extraordinario en la piel del otro Alexei de la vida de Anna. Una Anna a quien da vida la gran musa de Wright, Keira Knightley. La protagonista de Piratas del Caribe hace un poco lo de siempre, es decir, combinar momentos de excepción con otros bastante mediocres, y como tal hay que reconocerle dos cosas: este es un tipo de personaje que sabe hacer hasta con los ojos cerrados (¿cuántos dramas de amores trágicos y/o adúlteros lleva ya a sus espaldas?) y sin duda con quien mejor funciona es con Wright dirigiéndola. Es él quien saca lo mejor de una intérprete que quizás se aupó al éxito demasiado pronto y se ha quedado a la mitad de todo (véanla en El rey Arturo y Domino y no me digan que no le ponía muchas más ganas y carisma que ahora a sus interpretaciones).
En definitiva, una película preciosa que da gusto ver por ese sabor tan auténtico que tiene y porque sigue resultando fascinante y maravillosa para todos los públicos.

Lo mejor: Aaron Taylor-Johnson, Jude Law, Keira Knightley (a ratos) y el eterno e imperturbable atractivo de la historia.
Lo peor: El ritmo es algo irregular y la fotografía no casa bien con los demás elementos.
Sibila de Delfos
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10 de abril de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quieres ver unos decorados y un vestuario que te hacen hacer los ojos chiribitas, ésta es tu película. Qué belleza de escenarios, de paisajes, de trajes y de todo. Un 10 en el aspecto técnico y estético, aunque no voy a alabar el recurso del escenario de teatro del inicio de la película, que parece que nos lo tengan que dar todo masticado y decirnos que vamos a asistir a un drama de tomo y lomo como si fuéramos tonticos.

He visto la película antes de leer el libro (CAGADA) pero no me he podido contener. Estas heroínas del realismo de finales del XIX tienen algo fascinante. Son historias escritas por hombres que abordan los sentimientos femeninos con un respeto y una verosimilitud que es de quitarse el sombrero. La Regenta es el ejemplo más claro que puedo ofrecer.
Aquí una condesa rusa aburrida de su marido y de su vida conoce a un conde de reluciente armadura que le hace conocer el verdadero amor y pasión que hasta la fecha se le habían negado, pero ¡ay! tanta felicidad tiene un precio muy caro cuando toda la hipócrita aristocracia margina a Anna por adúltera y todo el peso de la desdicha cae sobre ella.

Keira Knightley es preciosa y actúa bien, quizá me ha recordado demasiado a su papel de Elisabeth Bennet. Como Anna Karenina es demasiado joven y frágil, una condesa rusa no es moco de pavo, se precisaba una actriz más fría y aburrida de la vida. Jude Law, increíble marido entre malvado y comprensivo, entre las apariencias y los dictados de su corazón. Aaron Johnson, aunque parece más un gigoló afeminado que un coronel machorro, me conquista con su interpretación de hombre enamorado, tensando bien las cuerdas de una actuación que demanda momentos de mucha hombría (con los amigotes) y de total ridículo (esos ojos llenos de lágrimas, suplicantes ante la negativa de Anna) que él mismo reconoce.

Destacar la escena del baile, en el que el amor, los celos, las conveniencias, los sentimientos individuales y las apariencias sociales bailan al son de la música, un buen ejercicio de resumen al que desgraciadamente no volvemos a asistir en todo el filme. La historia, que es muy buena (ojalá las novelas de "folletín" de ahora fueran como ésta) avanza con ritmo irregular, con momentos de mucho interés (el tren, la infidelidad, la doble moral, el ostracismo social) con otros más flojos en los que uno se pregunta si la película aún tiene algo más que ofrecer.

El final es un punto clave en el que me llevé las manos a la cabeza. Aunque previsible desde el minuto uno, es impactante y despierta un abanico de sentimientos agridulces. Remata con elegancia una historia con puntos álgidos y otros más bajos, no obstante recomiendo ver la película, no tan maravillosa como otras del género pero sí muy digna. Quedan ganas de explorar más ante el proceso de cambio y maduración que experimenta Levin y la conclusiones que extrae de todo su proceso de aprendizaje, la película deja como algo superfluo lo que es en sí la moraleja de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SraRocknRol
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