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Sonrisas y lágrimas

Musical. Drama Austria, 1938. María es una alegre novicia que abandona la abadía para convertirse en la institutriz de los siete hijos de un militar retirado, el capitán von Trapp, viudo desde hace poco tiempo. La casa de los von Trapp funciona como un cuartel, pero María consigue devolver la alegría a los niños y ganarse su respeto y cariño. (FILMAFFINITY)
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Críticas 80
Críticas ordenadas por utilidad
26 de febrero de 2008
29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas como todas las cosas buenas de la vida… huelen.

“Sonrisas y lágrimas” huele a mi madre, en Gandía, cuando me llevaba puntual cada año al cine de verano, y cogidas de la mano susurrábamos entre dientes “Edelweis” o “Do, re, mi”, sin entender porqué los macarras de siempre silbaban y se reían de aquellas canciones.

“Sonrisas y lágrimas” huele a mi abuela, sempiterna película que veía a todas horas, la única lo suficientemente dulce como para que no alebrestara sus difíciles pensamientos.

“Sonrisas y lágrimas” huele a mi colegio, en aquellas clases de verano donde el calor disipaba nuestra atención y los profes nos “obsequiaban” con repetidos visionados de la cinta.

Y las películas no son buenas, o malas de por sí. (la que nos ocupa quizá no sea una obra maestra), lo importante es que huelan.

Y ésta huele a infancia, a recuerdos, a colonia de mamá, a “saladitos”… Todos los Trap, ocupan un hueco importante en mi corazón de cínéfila.
saudade
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25 de diciembre de 2005
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Robert Wise, se basa en el musical "The Sound Of Music" de Broadway. Con un coste de 8 M. $, fue producida por Robert Wise y Samuel Chaplin. Se rodó mayoritariamente en escenarios naturales de Austria. Obtuvo 10 nominaciones a los Oscar y ganó 5 (película, director, montaje, banda sonora y sonido).

La acción tiene lugar en Salzburgo (Austria) y alrededores, en 1930-38. Narra la historia de María von Kuntschera, vienesa, aspirante a novicia en la Abadía de Nonnberg. La madre abadesa (Peggy Wood) le aconseja un período de reflexión y le proporciona un trabajo como institutriz de los hijos del barón Georg Ritter von Trapp, patriota austríaco, capitán de la Armada, viudo desde hace 7 años y enamorado de una aristócrata (Eleanor Parker). La película glosa la fuerza de la música para trasmitir emociones capaces de influir en la vida. Con ella María gana la simpatía de los niños, adquiere la autoridad necesaria para gobernarlos, motiva su aplicación al estudio, transforma la severidad del padre en complicidad con los hijos, etc. Además, la película exalta los valores de la familia como unidad de convivencia, educación, ayuda, superación personal y como fuente de fortaleza para apuestas arriesgadas. Descuella entre las películas familiares como "Mary Poppins", "La gran familia", "La familia y uno más", etc. Son escenas memorables el travelling inicial (en helicóptero) de aproximación desde lo lejos a María que canta "The Sound Of Music", el sabotaje de las monjas, la emoción entrecortada del padre cuando canta "Edelweiss" (canción patriótica austríaca), que salva gracias a la ayuda de María y, después, de todos los hijos, el paseo en galera por Salzburgo de María y los niños, la firmeza del padre frente a los colaboracionistas pronazis en la fiesta que María y él ofrecen a sus invitados, etc.

La música contiene un elenco de canciones coloristas y emotivas como "Climb Every Mountain", "Maria", "Sixteen Going On Seventeen", "Do, re, mi", etc. La fotografía se sirve del paisaje austíaco, de edificios emblemáticos como los palacios Leopoldskron, Frohnburg, Mirabell y otros, en una narración visual de gran belleza. El guión, sumamente sencillo, se basa en el libreto del musical. La interpretación de Julie Andrews es excelente y destacan la de Peggy Wood, Eleanor Parker y Marni Nixon (Sofía). Plummer disimula con profesionalidad la incomodidad con un papel que no es de su agrado. La dirección justifica la sensiblería, la melosidad y los toques de color rosa asimilando la historia a un cuento infantil, inocente y llano, similar a los de las narraciones milenarias del acervo cultural tradicional.

Película optimista, alegre y colorista. De factura naïf, deleita y emociona. No alcanza el nivel de musicales como "Cantando bajo la lluvia", "Un americano en París" y otros, pero es, posiblemente, el musical de mayor éxito popular.
Miquel
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10 de noviembre de 2008
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que siempre sacan los detractores de esta cinta es su excesiva cursilería y edulcoramiento. Es precisamente lo mismo por lo que es amada.

La película pretende llenarse buenas sensaciones y ofrecérselas al espectador. Quien quiera ver una película dramática de denuncia, oscura, realista, etc ESTA NO ES SU PELÍCULA. Pero quien quiera buscar el escapismo, evadirse y algo por lo que sonreir ESTA SÍ ES SU PELÍCULA.
Se dice que hay muchas películas capaces de hacer llorar al espectador, pero muy pocas lo hacen llorar de felicidad. Esta es una de ellas. Es cierto, no hay violencia, sexo, etc. Pero es que la película no lo pide. Es, sin estos aditivos, ya de por sí una obra maestra.

Los actores están magníficos, destacando Julie Andrews, Christopher Plummer (por sus tablas, se nota perfectamente que los dos ya tenían experiencia teatral), Eleanor Parker y Peggy Wood.

Un niño disfrutará con esta película y un adulto mínimamente sentimental también.

Lo mejor: Las actuaciones.
Lo peor: Sobran algunos números musicales.
Spark
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13 de agosto de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver por.....¿10ª vez quizás?...... Sonrisas y Lágrimas. Reconozco que para gustos, los colores, pero....
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
terestere
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7 de enero de 2010
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque ya lo decía Mary Poppins el año anterior: con un poco de azúcar las píldoras pasan mejor.
La música puede ser azúcar que endulza los momentos amargos. Si uno está abatido y escucha o canta una canción, eso puede ser más efectivo que todas las medicinas. Nada como la música entiende las tribulaciones y los compases del corazón.
Unas cuantas notas en una escala. Matemáticas puras. Pero cómo saben camelarse las fibras internas. Son las Matemáticas más bellas del Universo.
Maria, la alocada novicia que busca un porvenir desconocido, no ha nacido para tener los pies firmemente plantados en el suelo, sino bailando al son de su melodía íntima que abarca todas las cosas. Inquieta y soñadora, no se sujeta a horarios estrictos ni a imposiciones. Para ella, el tiempo transcurre de forma no lineal, más bien algo caótica y muy poco previsible. Su manera de alabar a Dios desborda y no se reduce a oraciones sosegadas en la soledad de una celda conventual. La perspicaz y paciente madre superiora comprende que no puede contener tanto caudal de energía desaprovechada, y decide enviarla al mundo exterior, donde sus exuberantes aptitudes y arranques seguramente encontrarán los cauces apropiados, que el convento no puede darle.
Maria se dirige a la aventura. No parece reunir el perfil que se precisa para ser institutriz de siete chicos y chicas procedentes de un seno familiar que ha pasado por el trauma de una gran pérdida, y gobernado por la férrea disciplina paterna.
El contraste es grande. Maria, un huracán que no se caracteriza por su puntualidad, ni por su rigidez, ni por su carácter sereno, cae en una casa en la que a todas luces no parece que vaya a encajar. Pero una cosa sí está a su favor: los niños son niños y ella tiene precisamente lo que ellos necesitan. Música, alegría, expansión, dulzura y comprensión.
Austria se hallaba bajo el asedio alemán. La anexión al III Reich era inminente. Por muy poco patriota que uno sea, cuando un vecino pendenciero pretende allanar la casa de uno, eso no hace la menor gracia ni le vamos a dejar el camino expedito para que cometa el asalto. Cuando se siente amenazada la tierra en la que uno habita, la gente busca sus rasgos de identidad comunal, a los que aferrarse para no perder su noción de todo lo que es querido y conocido. Las canciones populares son como ese nexo espiritual con las que se identifican las personas que viven bajo determinadas características de unidad cultural.
Son la respuesta sin armas al ataque armado. Son capaces de repeler la ofensiva con una entereza y una cualidad indestructible que nunca podrá tener ni el más aguerrido de los soldados.
Los Von Trapp se agarrarán a su mundo adorado al borde de un lago de ensueño, a ese pedazo de Austria que aman y que siempre llevarán consigo, gracias a la huella indeleble de esos sonidos armoniosos y esas letras que atraviesan con más fuerza que las balas.
Vivoleyendo
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