La conversación

Es una película de calidad, entretenida y cumplidora. Creo, sin embargo, que ha perdido algo con los años, seguramente debido a haber visto cosas posteriores -no discuto que de originalidad descendente- muy similares una y otra vez. Tiene detalles algo innecesarios que seguramente el público entendido considerará algo así como destellos de una personalidad, la de Coppola, que se sobrepone al mero thrillerismo.

Siempre he opinado que lo más importante de una película es el guión.
Una película podrá tener los mejores efectos especiales, el mejor diseño de producción, la mejor dirección, grandes actuaciones o hasta incluso un gran montaje; pero si el guión es una basura, de nada le sirven las demás virtudes y la obra no será una obra de arte. En cambio, podrá un film ser de muy bajo presupuesto; pero sí el guión es una obra de arte y el director es inteligente, lo más probable es que la película sea buena.

Y eso sucede con "La conversación", una película que no requirió de millones y millones de dólares pero tiene un guión que es una maravilla, una dirección genial y unas actuaciones brillantes que la película termina siendo una obra de arte.

La tensión sube a cada momento que la película avanza y la actuación de Gene Hackman ayuda a ello. La música, aunque no es genial, queda bastante bien en la cinta.
Simplemente una película un poco olvidada que ojalá el tiempo le haga justicia y un día tenga el reconocimiento que merece.

El introvertido personaje interpretado por Gene Hackman, en el que seguramente sea el mejor papel de su carrera, convierte una charla fraccionada entre dos personas en una conversación consigo mismo que ni él, ni el espectador, llegan a recomponer totalmente en ningún momento.

Y esta es la grandeza de una historia que solo conocemos a través de los oídos de su protagonista, a quien Coppola escudriña hasta límites insospechados para desvelarnos sus miedos e inquietudes, dejando paulatinamente en segundo plano una trama inicial de suspense que resulta ser una mera excusa para contar algo más profundo. Una jugada maestra de un maestro para atraparnos en un brillante juego psicológico.

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Son cientos las empresas que ofrecen a lo ancho y largo del mundo productos llamados comúnmente "espías", esto es, cámaras camufladas, en miniatura, micrófonos direccionales, visores nocturnos o localizadores GPS. Lo que nos cuenta esto es que existe un gran mercado, una gran demanda de este tipo de artículos, utilizados ya no solo por profesionales sino también por personas de a pie. Parece que existe dentro de nosotros una pulsión por inmiscuirnos en los farragosos terrenos de la intimidad ajena, en una búsqueda de sonrojantes secretos e información confidencial.
La película de hoy se revuelve todo el tiempo sobre un mismo punto, una conversación grabada en secreto por nuestro protagonista, aparentemente intrascendente, pero que guarda algún tipo de secreto inconfesable que nuestro héroe se afanara en encontrar.

Francis Ford Coppola empezó como un tiro la década de los 70 con el guion de la multi oscarizada 'Patton' que le dio el galardón en el apartado de Mejor guion original. Lo que vino después durante esos años fue, como ya es sabido, historia del cine. Dos largometrajes sobre la mafia cada uno mejor que el anterior y una historia bélica que retrataba el conflicto de Vietnam como un tema surrealista, pero con encanto. Entre tanto proyecto le dio incluso tiempo a rodar con Gene Hackman y John Cazale una pequeña historia de espionaje que también tuvo reconocimiento como, por ejemplo, la Palma de Oro de Cannes. Vamos, que Coppola en los 70 poco menos que reinó en el cine estadounidense.

Ese proyecto de transición entre 'El padrino. Parte II' y 'Apocalypse Now' fue 'La conversación' en la que un Gene Hackman rodeado de grabadoras y demás utensilios de espionaje observaba una, aparentemente, conversación inocente entre un hombre y una mujer. Y digo aparentemente porque esa conversación dará pie al resto de la trama.

Tener que convivir entre tanta obra maestra de Coppola no fue un problema para 'La conversación', ganadora en Cannes y con tres nominaciones en los Oscar de 1975 (Mejor película, Mejor guion original y Mejor sonido) entre otros reconocimientos a lo largo y ancho del globo. ¿Por qué? Pues porque realmente es una muy buena cinta no de espionaje al uso, sino de lo que conlleva trabajar en ese mundo.

El legendario Gene Hackman interpreta aquí a un detective cuya eficiencia en su profesión le ha dado un estatus de prestigio en el gremio, pero realmente su vida fuera de grabaciones y escuchas no es de color de rosa. Su día a día fuera de su trabajo es solitario, donde muy pocas personas tienen acceso a su entorno y no parece que su ocupación le compense nada más que matar el tiempo espiando y que le paguen por ello. Coppola le fotografía muy bien en ambas dualidades, servido también por el sólido trabajo de Hackman que una vez más se sumerge en otro personaje, esta vez introvertido y, a veces, ingenuo. Acompañando a Hackman está John Cazale, que me pareció que no luce tanto como en otros filmes que rodó durante esa década antes de su temprano fallecimiento y, sin embargo, sin él la película hubiese perdido algo.

No se habla mucho de Harrison Ford cuando toca hablar de este filme. Es verdad que hace un papel secundario, no obstante me pareció que su papel era jugoso por su presencia amenazante que escondía bajo esa cara de no romper un plato. No es un rol que le permitiera explotar sus cualidades como hizo desde 'La guerra de las galaxias' en adelante, aunque su participación me gustó y ayuda al cambio de registro que da la cinta en el tramo final en la que no se parecerá a lo que acontecía al principio.

Cuando se habla de Coppola, 'El padrino', 'El padrino. Parte II' o 'Apocalypse Now' siempre acuden al primer plano. 'La conversación' apareció entre medias de ambos padrinos y luego apareció a escena la historia sobre Vietnam. Eso no quita para que no pusiera a su servicio su inmenso talento como realizador y escritor en un trabajo sin tantos méritos obvios como las enérgicas interpretaciones de los padrinos o la locura de la guerra, sino que es un trabajo que gana con el reposo y el paso de los días.