Razorback: Los colmillos del infierno

Opera prima de su director, el más tarde famoso por “Los Inmortales”(1986), Russell Mulcahy…que por cierto para ser una película (más) sobre animales dañinos, no esta nada mal. Rodada en los desiertos del norte de Australia, y que en más de una ocasión a lo largo del film, (después de ver la caterva de personajes frikis que viven en el pueblo), recuerda en muchos aspectos a “Mad Max II”, (George Miller,1982). En principio el hecho de que el animal asesino aquí, sea un cerdo salvaje, puede parecer ridículo, pero no es así, aparte de que es cierto de que estos animales en libertad, cogen tamaños considerables y que estando heridos son peligrosos, las escenas de los ataques y de acción en el film están muy bien realizadas, y el suspense en todo momento se mantiene a buen nivel. Insisto en destacar a los personajes del pueblo que van tiroteando canguros por el desierto...vaya panda! Para esta época ya se habían filmado toda clase de películas sobre bichos asesinos…pero faltaba de nuestro buen amigo el cerdo.
Buena fotografía, que creo destaca sobre el resto del film, y buena dirección. La película fue aplaudida por la crítica de entonces y además obtuvo un relativo éxito en varios festivales de ci-fi y terror. Para amantes del terror de animales rebeldes, y del género de terror en general.

Esta película marcó el debut cinematográfico del australiano Russell Mulcahy, quien luego de tan promisorio debut descendió algo de nivel con "Highlander"y por último se hundió en el olvido con una serie de filmes que ya nadie o casi nadie recuerda. Creo recordar que el que nos ocupa ganó algunos merecidos premios, por lo que no se puede menos que lamentar que luego de tan brillante comienzo Mulcahy no haya sido capaz de brindarnos algo que esté a la misma altura. RAZORBACK se inscribe en el género del terror, y la trama gira en torno a un jabalí al que una mutación ha convertido en una criatura tan grande como un rinoceronte y, por supuesto, muy, muy mala. Como en los mejores exponentes del género, al monstruo se lo muestra sólo parcialmente o de lejos. Cuando nos referimos al monstruo cabe aclarar que nos referimos al jabalí de marras, ya que en el argumento hay un par de personajes, cazadores para más datos, a los que tal calificativo les viene como anillo al dedo. Además de éstos hay un anciano sediento de venganza hacia el jabalí que mató a su nieto, una defensora de los animales, el marido de ésta y algún otro personaje. Cuáles de ellos serán víctimas del monstruo mutante es algo que no se revelará aquí. Sí, en cambio, haremos hincapié en que esta película, visualmente, es una verdadera joya, con bellísimas tomas del desierto australiano mostradas con óptica casi surrealista. Creo que aunque más no fuera por ello, vale la pena ver esta cinta de las que tan pocos se acuerdan en la actualidad.

Posiblemente la película con la iluminación menos justificada de la historia del cine.

Russell Mulcahy antes de caer al abismo de la mediocridad. Se consigue una de las obras más icónicas de la "Ozploitation" gracias a su conseguida atmósfera y su ritmo ágil. La torpeza de su montaje es llamativa. Interesante trabajo de Dean Semler generando una maravillosa colección de planos preciosistas e inolvidables.

Es inteligente al jugar con su terror y sugerir en lugar de mostrar las carencias de su personaje terrorífico. La cinta tiene muchos déficits, conscientes de ello, se solventan con oficio y estilo.

Una de las imprescindibles obras de terror de los 80s.

Russell Mulcahy, quien fué el responsable de aquellos famosos videos clips de Duran Duran en principios de los 80 debuta como director de este film bastante aceptable en su argumento y con un estilo visual sorprendente que se convierte en su "marca registrada". El suspense y las actuaciones estan basante bien logradas, aunque a muchos les parezca un film más de terror con un animal devorador como protagonista, vale la pena disfrutar de esta película cuya fotografía, quizá algo exagerada de sub-realismo en algunos tramos, no deja de sorprender en ningún momento. Desde los paisajes desérticos de Australia hasta la carnicería de canguros, desde una puesta del sol hata la pestilencia emanada por una manada de chanchos que se quieren comer a su protagonista, todo es mostrado con una extraña belleza visual pocas veces visto en films de este estilo. Se agradecen unas actuaciones correctas y una trama entretenida (aunque no muy orginal) con el agregado de unos efectos especiales aceptables.

Debut en la dirección del mediocre Russell Mulcahy cuya única película interesante fue Los inmortales. Cuenta la historia de una defensora de los animales que es atacada brutalmente por un enorme jabalí en los soleados desiertos de la Australia profunda. Poco antes la misma bestia también había atacado a un anciano y su nieto causando la muerte del crío. El marido de la activista fallecida acude desde Nueva York para investigar lo sucedido y pronto unirá sus fuerzas con el viejo para liquidar a la peligrosa bestia.

Poco que destacar de una cinta que no está mal hecha y que tuvo cierta repercusión en su momento aunque tampoco es nada del otro jueves. Tiene mejor pinta de lo que aparenta pero en general me decepcionó. Los efectos especiales, que no son malos para la época y la fotografía del virtuoso camarógrafo Dean Semler, son lo más destacado del film. Llaman la atención también algunos de los personajes secundarios, como ese par de pintorescos hermanos completamente tarados y más bestias que el propio jabalí. Le doy un cinco siendo muy generoso porque me esperaba algo peor y me he encontrado con un producto mínimamente digno.