MaXXXine
6.0
5,569
28 de agosto de 2024
28 de agosto de 2024
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera entrega de la discordante trilogía que empezó con el destacable slasher X (Ti West, 2022), y que la completa la tan extraña como interesante Pearl (Ti West, 2022). La película cuenta tras las cámaras, con el mismo responsable de las otras dos entregas, además de haber dirigido otras propuestas como La Casa del Diablo (2009). El reparto cuenta con nombres como Mia Goth (Piscina Infinita, 2023), o Elizabeth Debicki (Tenet, 2020).
Maxine, superviviente de los sangrientos incidentes de X, continúa su viaje hacia la fama para ser actriz en el Los Ángeles de la década de 1980.(FilmAffinity)
Está tercera entrega resulta en una rara avis que mezcla varios subgéneros del terror, con un ejercicio de metacine que utiliza para exponer el lado oscuro de la industria de Hollywood. Como es habitual en el director, mantiene un ritmo más pausado que lo habitual en el cine mainstream, lo cual junto a lo diferente de la propuesta puede que no guste a mucha gente. Las interpretaciones están notables, desde una inmensa Mía Goth que se ha ganado el titulo de Scream Queen, hasta unos secundarios Kevin Bacon (El Último Escalón, 1999), o Michelle Monaghan (Código Fuente, 2011), que están excelentes. La dirección está muy conseguida, junto una dirección de arte que nos lleva a los ochenta tanto en estética, como en formato.
Si bien me quedo con X y Pearl, MaXXXine es una genial guinda para la trilogía de Ti West, que coloca al director como un nombre entre los grandes del cine de género, además de una película que se atreve a hacer algo diferente a lo que estamos acostumbrados actualmente.
Nota personal 7/10
Maxine, superviviente de los sangrientos incidentes de X, continúa su viaje hacia la fama para ser actriz en el Los Ángeles de la década de 1980.(FilmAffinity)
Está tercera entrega resulta en una rara avis que mezcla varios subgéneros del terror, con un ejercicio de metacine que utiliza para exponer el lado oscuro de la industria de Hollywood. Como es habitual en el director, mantiene un ritmo más pausado que lo habitual en el cine mainstream, lo cual junto a lo diferente de la propuesta puede que no guste a mucha gente. Las interpretaciones están notables, desde una inmensa Mía Goth que se ha ganado el titulo de Scream Queen, hasta unos secundarios Kevin Bacon (El Último Escalón, 1999), o Michelle Monaghan (Código Fuente, 2011), que están excelentes. La dirección está muy conseguida, junto una dirección de arte que nos lleva a los ochenta tanto en estética, como en formato.
Si bien me quedo con X y Pearl, MaXXXine es una genial guinda para la trilogía de Ti West, que coloca al director como un nombre entre los grandes del cine de género, además de una película que se atreve a hacer algo diferente a lo que estamos acostumbrados actualmente.
Nota personal 7/10
13 de agosto de 2024
13 de agosto de 2024
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien espía el terror sólo desde lejos, Maxxxine no deja de ser super entretenida de pe a pa. Como otrora Tarantino, Ti West también sobrevuela los géneros, los roza pero no los toca nunca, ni mucho menos aterriza en ninguno. Glomourisa su propia nostalgia, aunque pareciera hacerlo sin una lógica tan redonda como la de Quentin. Acá tenemos, por ejemplo, una constante referencia a las Seis Mujeres para el Asesino del alucinante Mario Bava, sin embargo, todo es Hollywood, nada es italiano; todo es Hitchcock, nada es Bava. Con una mano le roba al giallo, mientras con la otra señala a Psicosis.
(¿Que Psicosis es un giallo? Por supuesto que no. No hay una laberíntica intriga policial, no hay glamour en los homicidios, no hay un falso asesino, o una historia de asesinatos dentro de otra historia de asesinatos mayor. No hay desborde, no hay italianidad en Psicosis).
En fin, que si Ti West se pone más pretensioso, creo que vendría bien. Tiene pasta, tiene encanto, tiene algo... sin duda tiene cinefilia y gracia para tirarla a la parrilla. Pero "Once Upon a Time...", además de la anécdota, es una película sobre la amistad y sobre la relación entre la sociedad norteamericana y Hollywood. Nos llega a decir qué le pasaría al Clan Manson si se topara con un verdadero estadounidense promedio. Si en lugar de entrar a la casa de estrellas de cine, ingresara a la de un par de amigos norteamericanos que sólo se tienen el uno al otro para rescatarse y darse aliento cuando se está por llorar en frente de los mexicanos. En cambio, esta de Ti West, ¿de qué nos habla? ¿De la fama, y el ímpetu enfermizo por conseguirla? No creo, la verdad. ¿Del puritanismo hipócrita? Si es así, lo hace de modo bastante burdo y ridículo. No tengo respuesta por ahora.
Como sea, la película entretiene, y ofrece encanto por demás. Así de vacía como resulta después de verla, sigue siendo resultona y recomendable. Aunque tampoco la pavada, desde ya.
(¿Que Psicosis es un giallo? Por supuesto que no. No hay una laberíntica intriga policial, no hay glamour en los homicidios, no hay un falso asesino, o una historia de asesinatos dentro de otra historia de asesinatos mayor. No hay desborde, no hay italianidad en Psicosis).
En fin, que si Ti West se pone más pretensioso, creo que vendría bien. Tiene pasta, tiene encanto, tiene algo... sin duda tiene cinefilia y gracia para tirarla a la parrilla. Pero "Once Upon a Time...", además de la anécdota, es una película sobre la amistad y sobre la relación entre la sociedad norteamericana y Hollywood. Nos llega a decir qué le pasaría al Clan Manson si se topara con un verdadero estadounidense promedio. Si en lugar de entrar a la casa de estrellas de cine, ingresara a la de un par de amigos norteamericanos que sólo se tienen el uno al otro para rescatarse y darse aliento cuando se está por llorar en frente de los mexicanos. En cambio, esta de Ti West, ¿de qué nos habla? ¿De la fama, y el ímpetu enfermizo por conseguirla? No creo, la verdad. ¿Del puritanismo hipócrita? Si es así, lo hace de modo bastante burdo y ridículo. No tengo respuesta por ahora.
Como sea, la película entretiene, y ofrece encanto por demás. Así de vacía como resulta después de verla, sigue siendo resultona y recomendable. Aunque tampoco la pavada, desde ya.
29 de septiembre de 2024
29 de septiembre de 2024
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin dudarlo, la más floja (innecesaria), de la trilogía. Poco se justifica estos 100 minutos de metraje absolutamente superficiales y vacíos.
Si bien Ti West tenía un punto en sus dos anteriores películas de la saga, con sus varios puntos flacos, el universo que se estaba creando era prometedor, sin exigirle mucho.
Pero en MaXXXine no funciona prácticamente nada. Porque si la tomamos como una película separada es insulsa y tediosa, y si la analizamos como parte del cierre de una trilogía, el saldo es más que bizarro e injustificable.
Esta última cinta de la buena de Goth es en donde menos se la aprovecha y no sale para nada beneficiada. Porque todo parece de cartón, con un guion sin alma, que prioriza lo estético sin mucho esfuerzo, y utiliza a los actores como morisquetas deslucidas puestas a rellenar y unir escenas sin continuación ni gracia.
Básicamente su gran falla es en la cohesión narrativa. Desde un principio no me enganchó. La (no) "historia" es un absurdo soso, un pastiche aburrido y desganado. Lo siento como una excusa para montar ciertas imágenes icónicas y hacer del recurso de la estética nostálgica ochentosa, un estandarte barato y super ultrajado, a esta altura del partido.
La intensión de hacer una sátira reflexiva acaba siendo estéril y sientes que perdiste el tiempo viendo la nada misma.
Bastante olvidable.
Si bien Ti West tenía un punto en sus dos anteriores películas de la saga, con sus varios puntos flacos, el universo que se estaba creando era prometedor, sin exigirle mucho.
Pero en MaXXXine no funciona prácticamente nada. Porque si la tomamos como una película separada es insulsa y tediosa, y si la analizamos como parte del cierre de una trilogía, el saldo es más que bizarro e injustificable.
Esta última cinta de la buena de Goth es en donde menos se la aprovecha y no sale para nada beneficiada. Porque todo parece de cartón, con un guion sin alma, que prioriza lo estético sin mucho esfuerzo, y utiliza a los actores como morisquetas deslucidas puestas a rellenar y unir escenas sin continuación ni gracia.
Básicamente su gran falla es en la cohesión narrativa. Desde un principio no me enganchó. La (no) "historia" es un absurdo soso, un pastiche aburrido y desganado. Lo siento como una excusa para montar ciertas imágenes icónicas y hacer del recurso de la estética nostálgica ochentosa, un estandarte barato y super ultrajado, a esta altura del partido.
La intensión de hacer una sátira reflexiva acaba siendo estéril y sientes que perdiste el tiempo viendo la nada misma.
Bastante olvidable.
3 de agosto de 2024
3 de agosto de 2024
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película presenta un gran despliegue visual para homenajear a los años 80. Es, sobre todo, un ejercicio de forma.
Por Nicolás Bianchi
Todo lo que Ti West muestra en Maxine se ve increíblemente bien. Desde el vestuario de los personajes hasta las latitas de Coca Cola. Corren los años 80 en Hollywood, Los Ángeles, y Maxine Minx (Mia Goth) es una actriz porno que busca dar un salto. A sus 33 años su principal anhelo es ingresar a la industria del cine convencional. Por este motivo, la película comienza con un casting.
Se trata de la última etapa del personaje que había sido presentado en X (2022). De hecho, su pasado sangriento la amenaza. La trilogía se completa con la precuela Pearl (2022), que a su vez desarrolla a la “mentora” de Maxine. Más allá de todo esto, el punto de partida en este caso es un personaje que ha triunfado en el porno, pero no se conforma. Maxine también trabaja en esos reductos en los que hombres pagan por ver a mujeres bailar y desvestirse detrás de una ventana espejada.
Otro elemento que introduce rápidamente la película es el contexto. Son los años de Ronald Reagan y el avance conservador. Maxine y todos sus compañeros de trabajo conviven con manifestantes intensos que están en contra de la pornografía y las películas de terror. Además, un misterioso asesino serial asola las noches angelinas. Este hombre practica rituales satanistas con sus víctimas que siempre terminan indefectiblemente muertas.
Para sobrecargar aún más de sentido todo, el casting al que se presenta Maxine es para interpretar a la protagonista de La Puritana II, la continuación de un éxito de taquilla. Lo que sabemos, por lo que cuenta la película, es que La Puritana, interpretada por Molly (Lily Collins), termina en la hoguera. Todo conecta con todo en este pequeño mundo creado por Ti West.
Otro elemento central de la película es la música. Prácticamente no para nunca. Hay una combinación de hits de la época, muchos de ellos olvidados, con sampleos y pistas que remiten a una estética sonora que entrecruza el pop y la electrónica. En cuanto a las referencias cinematográficas, el género que se referencia es el terror de los 80. O sea, slashers con efectos especiales no digitales.
Lo más flojo de Maxxxine es todo lo que se encuentra por fuera de su propuesta estética. Principalmente, la trama. De todas maneras, desde muy temprano en la película queda claro que esto es lo menos importante. Por un lado, la protagonista está logrando los objetivos de su carrera, ya que es contratada para la película dirigida por Elizabeth (Elizabeth Debicki) pero empieza a ser acosada, por los eventos de su pasado, por un detective (Kevin Bacon) que trabaja para un hombre millonario y misterioso.
Mientras tanto, dos policías (Michelle Monaghan y Bobby Cannavale) intentan avanzar en la investigación del asesino serial que, por la elección de las víctimas, está de alguna manera conectado con Maxine. Toda esta trama luce más bien como una excusa para el despliegue visual que propone la película.
Se trata de un film que se asemeja, por momentos, a un videoclip de estilo retro. Es, en verdad, un collage de escenas muy bien filmadas con un tratamiento detallista de cada pequeño elemento que aparece en pantalla. Al ser casi todo forma y muy poco contenido, la película ofrece una experiencia muy disfrutable aunque, seguramente, rápidamente caiga en el olvido.
Se estrenó en cines. Contacto: [email protected]
Por Nicolás Bianchi
Todo lo que Ti West muestra en Maxine se ve increíblemente bien. Desde el vestuario de los personajes hasta las latitas de Coca Cola. Corren los años 80 en Hollywood, Los Ángeles, y Maxine Minx (Mia Goth) es una actriz porno que busca dar un salto. A sus 33 años su principal anhelo es ingresar a la industria del cine convencional. Por este motivo, la película comienza con un casting.
Se trata de la última etapa del personaje que había sido presentado en X (2022). De hecho, su pasado sangriento la amenaza. La trilogía se completa con la precuela Pearl (2022), que a su vez desarrolla a la “mentora” de Maxine. Más allá de todo esto, el punto de partida en este caso es un personaje que ha triunfado en el porno, pero no se conforma. Maxine también trabaja en esos reductos en los que hombres pagan por ver a mujeres bailar y desvestirse detrás de una ventana espejada.
Otro elemento que introduce rápidamente la película es el contexto. Son los años de Ronald Reagan y el avance conservador. Maxine y todos sus compañeros de trabajo conviven con manifestantes intensos que están en contra de la pornografía y las películas de terror. Además, un misterioso asesino serial asola las noches angelinas. Este hombre practica rituales satanistas con sus víctimas que siempre terminan indefectiblemente muertas.
Para sobrecargar aún más de sentido todo, el casting al que se presenta Maxine es para interpretar a la protagonista de La Puritana II, la continuación de un éxito de taquilla. Lo que sabemos, por lo que cuenta la película, es que La Puritana, interpretada por Molly (Lily Collins), termina en la hoguera. Todo conecta con todo en este pequeño mundo creado por Ti West.
Otro elemento central de la película es la música. Prácticamente no para nunca. Hay una combinación de hits de la época, muchos de ellos olvidados, con sampleos y pistas que remiten a una estética sonora que entrecruza el pop y la electrónica. En cuanto a las referencias cinematográficas, el género que se referencia es el terror de los 80. O sea, slashers con efectos especiales no digitales.
Lo más flojo de Maxxxine es todo lo que se encuentra por fuera de su propuesta estética. Principalmente, la trama. De todas maneras, desde muy temprano en la película queda claro que esto es lo menos importante. Por un lado, la protagonista está logrando los objetivos de su carrera, ya que es contratada para la película dirigida por Elizabeth (Elizabeth Debicki) pero empieza a ser acosada, por los eventos de su pasado, por un detective (Kevin Bacon) que trabaja para un hombre millonario y misterioso.
Mientras tanto, dos policías (Michelle Monaghan y Bobby Cannavale) intentan avanzar en la investigación del asesino serial que, por la elección de las víctimas, está de alguna manera conectado con Maxine. Toda esta trama luce más bien como una excusa para el despliegue visual que propone la película.
Se trata de un film que se asemeja, por momentos, a un videoclip de estilo retro. Es, en verdad, un collage de escenas muy bien filmadas con un tratamiento detallista de cada pequeño elemento que aparece en pantalla. Al ser casi todo forma y muy poco contenido, la película ofrece una experiencia muy disfrutable aunque, seguramente, rápidamente caiga en el olvido.
Se estrenó en cines. Contacto: [email protected]
9 de agosto de 2024
9 de agosto de 2024
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Maxxxine", con producción de A24, el interesante cineasta Ti West cierra la trilogía que comenzara con "X" y continuara con "Pearl", escenificando el relato en el corazón de un negocio que confunde monstruos con estrellas, en palabras de Bette Davis. Ambientada en el submundo de la industria porno, coloca en el centro de la escena a Maxine Minx, aspirante a estrella de cine, quien, finalmente, consigue su gran oportunidad en la gran pantalla.
Hacia mediados de los '80, Hollywood vende el pecado de lascivia a bajo costo, y es así como nos retrotraemos a una época que cosificaba la cualidad erótica. Mientras tanto, en los noticieros de TV, la figura de Richard Ramírez se volvía una amenaza palpable: el acosador nocturno acechaba a jóvenes indefensas en derredor a las colinas de California. "Maxxxine", cuya estética remite a una cronología que ya había explorado West en "House of the Devil", se nutre de referentes del giallo italiano, y no rehúsa beber de ciertos recursos del cine de Brian De Palma. Perturbadora experiencia, ofrece suculentos baños de sangre y suficiente cantidad de cuero.
Mediante un trabajo de cámara imaginativo, remite a slashers en VHS, y no escatima en guiños hitchcockianos, resolviendo con pericia escenas clave en planos cerrados. En su más logrado alarde, arte y horror se conjugan para regalarnos un montaje paralelo de manual. Inobjetable desde el apartado estilístico, sin embargo, su verosímil se resiente promediando el desenlace: llegando a las entrañas de la bestia no se quita la vista del premio: la fábrica de sueño vomita delirios de fama. West sabe cómo salir airoso, siguiendo al pie de la letra la fórmula indicada para convertir en creíble la más artificiosa de las fachadas.
La fenomenal Mia Goth, musa inspiradora del realizador, ofrece una impactante performance protagónica, liderando un elenco que integran Kevin Bacon, Giancarlo Espósito, Michelle Monagahn y Elizabeth DeBicki. Implacable victimaria, Goth, es condecorada como reina del terror contemporáneo, sin pretender entronarse como la nueva y martirizada 'scream queen'. Porque los tiempos cambian.
Hacia mediados de los '80, Hollywood vende el pecado de lascivia a bajo costo, y es así como nos retrotraemos a una época que cosificaba la cualidad erótica. Mientras tanto, en los noticieros de TV, la figura de Richard Ramírez se volvía una amenaza palpable: el acosador nocturno acechaba a jóvenes indefensas en derredor a las colinas de California. "Maxxxine", cuya estética remite a una cronología que ya había explorado West en "House of the Devil", se nutre de referentes del giallo italiano, y no rehúsa beber de ciertos recursos del cine de Brian De Palma. Perturbadora experiencia, ofrece suculentos baños de sangre y suficiente cantidad de cuero.
Mediante un trabajo de cámara imaginativo, remite a slashers en VHS, y no escatima en guiños hitchcockianos, resolviendo con pericia escenas clave en planos cerrados. En su más logrado alarde, arte y horror se conjugan para regalarnos un montaje paralelo de manual. Inobjetable desde el apartado estilístico, sin embargo, su verosímil se resiente promediando el desenlace: llegando a las entrañas de la bestia no se quita la vista del premio: la fábrica de sueño vomita delirios de fama. West sabe cómo salir airoso, siguiendo al pie de la letra la fórmula indicada para convertir en creíble la más artificiosa de las fachadas.
La fenomenal Mia Goth, musa inspiradora del realizador, ofrece una impactante performance protagónica, liderando un elenco que integran Kevin Bacon, Giancarlo Espósito, Michelle Monagahn y Elizabeth DeBicki. Implacable victimaria, Goth, es condecorada como reina del terror contemporáneo, sin pretender entronarse como la nueva y martirizada 'scream queen'. Porque los tiempos cambian.
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