El Hobbit: Un viaje inesperado
2012 

7.0
86,114
Fantástico. Aventuras. Acción
Precuela de la trilogía "El Señor de los Anillos", obra de J.R.R. Tolkien. En compañía del mago Gandalf y de trece enanos, el hobbit Bilbo Bolsón emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls, desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será ... [+]
26 de diciembre de 2012
26 de diciembre de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, pues aquí estoy para hacer mi primera crítica en filmaffinity.
Se dice que la adaptación de una novela al cine debe permitir cierta flexibilidad a la hora de tomarse licencias, y ciertamente es algo que comparto, siempre y cuando tengan algún sentido y no sean excesivas. Leí algunas críticas de esta película antes de registrarme (casi todas las peor puntuadas y las más valoradas principalmente), y me di cuenta de que entre las segundas abunda bastante el término "fidelidad" (se entiende fidelidad a la hora de adaptarla).
Voy al cotarro directamente por culpa del espacio, ya que prefiero dar caña en el spoiler que escribir más aquí, a pesar de que borré un buen trozo.
Se dice que la adaptación de una novela al cine debe permitir cierta flexibilidad a la hora de tomarse licencias, y ciertamente es algo que comparto, siempre y cuando tengan algún sentido y no sean excesivas. Leí algunas críticas de esta película antes de registrarme (casi todas las peor puntuadas y las más valoradas principalmente), y me di cuenta de que entre las segundas abunda bastante el término "fidelidad" (se entiende fidelidad a la hora de adaptarla).
Voy al cotarro directamente por culpa del espacio, ya que prefiero dar caña en el spoiler que escribir más aquí, a pesar de que borré un buen trozo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que ME GUSTÓ:
1- El personaje de bilbo, si bien me parece algo desaprovechado, el actor hace un trabajo más que decente.
2- Balin, es el único enanos que parece un enano, actúa como un enano, y tiene (aunque mínimamente) algo de presencia en el desarrollo de la historia.
3- Gollum.
4- Este punto será el último, y es que aunque no sea fiel al libro, me gustó la aparición del nigromante. Yo por lo menos no pensé mucho en ello cuando leí la novela, pero me podría haber imaginado semejante poder de esa manera sin problema alguno. Y que quede claro, sólo hablo del nigromante, y no por ejemplo del Rey de Angmar, que estaba de más desde mi punto de vista.
Lo que NO ME GUSTÓ:
1- Como dije antes, los enanos no parecen enanos, sino humanos. Aparece uno guapote con la cara delgadita que se parece al actor que hace de hermano de Nicolas Cage en El señor de la guerra, y hasta puede que lo sea. No cuela pero nada.
De los demás, solo unos pocos parecen enanos, los demás nada de nada. De hecho creo recordar que los enanos eran más altos que los hobbits pero menos que los humanos, y aquí Torin (aunque en el libro se menciona que es alto) es tan alto como Gandalf, y Bilbo tan alto como varios de los otros enanos, una auténtica pifia vaya.
Cuando era chaval leí un libro de enanos de Warhammer y para mi ese debe ser el prototipo, válido para las novelas y hasta para El Señor de los anillos, pero ni de coña para El hobbit, salvo la excepción arriba mencionada.
2- Azog el trasgo creo recordar que se menciona en el libro, pero desde luego no aparece, y aunque entiendo la necesidad de meter un malo en una película de fantasía, éste no tiene demasiada huella, lo cual me lleva al siguiente punto.
3- 3 partes de un libro de 300 y pico páginas (el que tengo yo las tiene) es pasarse mucho, no voy a entrar a rajar de Jackson porque quiera llenar el cofre del tesoro, ya está muy escrito y leído. (De ahí el comentario del punto 2, el malo sacado de la chistera).
4-Los elfos rodean de forma amenazante a los enanos al llegar a Rivendel cuando en el libro les cantan y los vacilan a su paso. Aquí le quiso dar demasiada solemnidad. Además la llegada al Valle parece de carambola.
5- Galadriel siendo tratada en Rivendel como si fuera la jefaza del cotarro, con Gandalf haciéndole inclinaciones y acatando sus órdenes. Quiero creer que Gandalf sólo quería ser cortés, así que si es el caso se plasmó bastante mal. Además, lo que ya dijeron otros, que Saruman y Galadriel no estuvieron por allí en aquellos días.
6- La pelea entre llamas de Azog y Torin, lamentable.
7- No vi a Evangeline Lilly aunque supongo que andaría por ahí.
8- El rey de los trasgos. ¿Hola?
9- Innumerables clichés y tópicos del cine comercial más convencional. Inadmisible para esta obra.
10- No recuerdo la espadita de Morgul. No voy a ir de listillo, quizá estuviera (lo dudo), pero yo no la recuerdo.
11- Y por fin llegamos a la mayor degradación de toda la película, a ver si adivináis.
RADAGAST EL PARDO, completamente aniquilado por algún inútil sinvergüenza guionista o lo que sea, y pintado como un completo bufón medio pirado que además le da al peyote????. Este Radagast se dedica entre otras cosas, a criar pajaritos en su cabeza????, a pasearse en un trineo de conejos por los bosques (la virgen bendita trágame mundo)??????????, a poner caretos de tremendo pirado y a sabe dios qué más de lo que ni me acuerdo ni quiero acordarme.
La cuestión es que muchos leímos ESDLA, El Hobbit, o incluso El Silmarillion, y nos pasamos por el forro de los mismísimos cojones lo que estos impresentables quieran contarnos de Radagast EL MAIA, e imagino que los que hayan leído El Silmarillion habrán llorado como yo al ver este insulto de Radagast danzando por la pantalla.
Para terminar, pensad que los que no leyeron estos libros tendrán una imagen del Pardo como la que yo tengo de Jar Jar Binks en Star wars.
1- El personaje de bilbo, si bien me parece algo desaprovechado, el actor hace un trabajo más que decente.
2- Balin, es el único enanos que parece un enano, actúa como un enano, y tiene (aunque mínimamente) algo de presencia en el desarrollo de la historia.
3- Gollum.
4- Este punto será el último, y es que aunque no sea fiel al libro, me gustó la aparición del nigromante. Yo por lo menos no pensé mucho en ello cuando leí la novela, pero me podría haber imaginado semejante poder de esa manera sin problema alguno. Y que quede claro, sólo hablo del nigromante, y no por ejemplo del Rey de Angmar, que estaba de más desde mi punto de vista.
Lo que NO ME GUSTÓ:
1- Como dije antes, los enanos no parecen enanos, sino humanos. Aparece uno guapote con la cara delgadita que se parece al actor que hace de hermano de Nicolas Cage en El señor de la guerra, y hasta puede que lo sea. No cuela pero nada.
De los demás, solo unos pocos parecen enanos, los demás nada de nada. De hecho creo recordar que los enanos eran más altos que los hobbits pero menos que los humanos, y aquí Torin (aunque en el libro se menciona que es alto) es tan alto como Gandalf, y Bilbo tan alto como varios de los otros enanos, una auténtica pifia vaya.
Cuando era chaval leí un libro de enanos de Warhammer y para mi ese debe ser el prototipo, válido para las novelas y hasta para El Señor de los anillos, pero ni de coña para El hobbit, salvo la excepción arriba mencionada.
2- Azog el trasgo creo recordar que se menciona en el libro, pero desde luego no aparece, y aunque entiendo la necesidad de meter un malo en una película de fantasía, éste no tiene demasiada huella, lo cual me lleva al siguiente punto.
3- 3 partes de un libro de 300 y pico páginas (el que tengo yo las tiene) es pasarse mucho, no voy a entrar a rajar de Jackson porque quiera llenar el cofre del tesoro, ya está muy escrito y leído. (De ahí el comentario del punto 2, el malo sacado de la chistera).
4-Los elfos rodean de forma amenazante a los enanos al llegar a Rivendel cuando en el libro les cantan y los vacilan a su paso. Aquí le quiso dar demasiada solemnidad. Además la llegada al Valle parece de carambola.
5- Galadriel siendo tratada en Rivendel como si fuera la jefaza del cotarro, con Gandalf haciéndole inclinaciones y acatando sus órdenes. Quiero creer que Gandalf sólo quería ser cortés, así que si es el caso se plasmó bastante mal. Además, lo que ya dijeron otros, que Saruman y Galadriel no estuvieron por allí en aquellos días.
6- La pelea entre llamas de Azog y Torin, lamentable.
7- No vi a Evangeline Lilly aunque supongo que andaría por ahí.
8- El rey de los trasgos. ¿Hola?
9- Innumerables clichés y tópicos del cine comercial más convencional. Inadmisible para esta obra.
10- No recuerdo la espadita de Morgul. No voy a ir de listillo, quizá estuviera (lo dudo), pero yo no la recuerdo.
11- Y por fin llegamos a la mayor degradación de toda la película, a ver si adivináis.
RADAGAST EL PARDO, completamente aniquilado por algún inútil sinvergüenza guionista o lo que sea, y pintado como un completo bufón medio pirado que además le da al peyote????. Este Radagast se dedica entre otras cosas, a criar pajaritos en su cabeza????, a pasearse en un trineo de conejos por los bosques (la virgen bendita trágame mundo)??????????, a poner caretos de tremendo pirado y a sabe dios qué más de lo que ni me acuerdo ni quiero acordarme.
La cuestión es que muchos leímos ESDLA, El Hobbit, o incluso El Silmarillion, y nos pasamos por el forro de los mismísimos cojones lo que estos impresentables quieran contarnos de Radagast EL MAIA, e imagino que los que hayan leído El Silmarillion habrán llorado como yo al ver este insulto de Radagast danzando por la pantalla.
Para terminar, pensad que los que no leyeron estos libros tendrán una imagen del Pardo como la que yo tengo de Jar Jar Binks en Star wars.
3 de abril de 2013
3 de abril de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de comenzar con la crítica, unos apuntes...
Corría el año 2008 cuando comencé a leer noticias sobre la adaptación de 'El Hobbit', noticia que me sorprendió mucho. El libro, que nunca terminé de leer, me pareció tan diferente a ESDLA que jamás pensé que iban a realizar la adaptación a la gran pantalla. Sonaba el gran Guillermo del Toro para dirigir la película, otro detalle que me sorprendió. Sin embargo, no tardaría el genio de su amigo, y a veces pesado, James Cameron en llegar para decirle al bueno de Guillermo que se alejara del proyecto. El consejo del cineasta y director de 'Avatar' parece que tuvo éxito. Guillermo del Toro aceptaría otro proyecto junto con James Cameron, mientras que otro amigo de la pandilla volvería para retomar el rumbo del mundo de Tolkien: Peter Jackson. Porque esto es así, damas y caballeros, Tolkien creó un universo demasiado grande, pero el defecto fue su forma de escribir. Ahí estaba mi ejemplar de 'Las dos torres' en la estantería, y cada vez que lo cogía me venía al pensamiento lo mismo: "¿Cómo este tío logró que su obra tuviese éxito escribiendo de esta forma tan soporífera?". Así que desde aquí, quiero aplaudir la genialidad de Peter Jackon para trasladar de una forma tan magnífica el universo de Tolkien. Si éste es el padre de la saga, Peter Jackson es sin duda el padrino rico de buenos criterios.
Lo que sucede, ya en el plano personal, es que nunca he sido un enamorado de las películas de aventuras (detesto 'Indiana Jones'), rara vez una película del género me ha llegado al corazón. 'El Hobbit: un viaje inesperado' no me ha llegado al corazón, pero tengo que admitir que me ha parecido una excelente película.
Finalmente Peter Jackson volvería a la dirección, recuperando parte del elenco de los actores de ESDLA, con cameos que resultan entrañables, e incorporando nuevos actores que encarnan muy bien sus roles. Resulta muy curioso cómo Jackson ha enfocado la película, porque llegué a pensar que no iba a separarse del estilo de ESDLA, pero todo lo contrario. Ha cogido el toque infantil de 'El Hobbit' y lo ha sabido aplicar de la mejor de las maneras posibles, si bien esto provoca que a veces uno no sitúe muy bien esta nueva película con la trilogía ESDLA, es decir, parecen universos muy distintos. 'El Hobbit' es más mágico, más colorido, aparecen más criaturas mágicas, y otras criaturas como los orcos tienen un nuevo aspecto más cómico e infantil. Para nada es algo negativo, pero lo dicho, te aparta de ESDLA en cierta medida.
En el tema de los efectos especiales, estamos ante la primera película que usa los 48 fotogramas por segundo, y se nota. Aun viéndola en 2D, la película rebosa fluidez y dinamismo por doquier. La cámara muestra unos movimientos rápidos y, en mi caso, no mareantes. Quizá en 3D el resultado haya sido diferente por algunas críticas que se han escrito (que la película mareaba). Cabe destacar como dato curioso la relación entre Peter Jackson y James Cameron, que no le basta a éste último para meter mano en películas como 'Resident Evil 4: Ultratumba', 'Transformers 3' o 'La vida de Pi'. En una entrevista no dudó en afirmar que no sólo ayudó a Jackson con el uso del 3D, sino que le recomendó usar los 48 fps para saber cómo se veían las imágenes.
Por lo demás, es que no se puede decir nada malo de la película en lo referente a los efectos especiales. Bueno sí, que son magníficos. Hasta ese personaje tan famoso que todos conocemos se ve impresionante. Ya sabéis, ése que tanto imitamos cuando nos quitan algo que deseamos y amamos.
¿La bansa sonora? Ahí me voy a poner puntilloso, pero no por gusto. Exceptuando las canciones de los enanos y algunos temas nuevos compuestos para la película, la banda sonora de ESDLA vuelve a escena. Yo soy de los que afirman que esa BSO es la mejor de la historia, y no me corto en afirmarlo una y otra vez. Esos temas me trasladaban a ese mundo de épica y encanto. Cuando la escucho veo a Aragorn, veo a Gandalf y me transporto a Minas Tirith. Y claro, al escucharla en una película que veo con tantas diferencias, en algunos momentos me resulta chocante, incluso forzada. No de forma exagerada claro, pero es algo que no he podido evitar al ver la película.
¿Sobre las actuaciones? Martin Freeman está estupendo en su papel, Ian McKellen rebosa "juventud" y Richard Armitage es nuestro nuevo guerrero valedor. El grupo de enanos son una buena panda de colegas que nos harán disfrutar durante la película, no hay personaje repelente. Y bueno, sólo destacaré el regreso de algunos roles conocidos, que nos regalan una grata sonrisa.
La historia es una aventura donde un grupo de enanos intentan recuperar su sitio en la edad que les ha tocado. Vista la película, aun siendo un argumento simple, resulta impecable. La historia funciona muy bien. Tranquilos, es predecible, sabrás lo que sucede sin problemas. Pero tal y como lo cuenta, pues oye, me ha molado. La puesta en escena, magnífica.
Termino justificando mi nota. No soy un fanático de las películas infantiles. La primera entrega de 'Harry Potter' la tengo como una película sobrevalorada. Pocas veces me convencen con una película así. 'El Hobbit: un viaje inesperado', sin embargo, es una buena película, un gran comienzo de un viaje que, esperemos, terminará de una forma bastante buena. Es más, diría que ha comenzado más fuerte que ESDLA con 'La comunidad del anillo'. Mi nota es un 8. Quizás le regale algún punto más si, como trilogía, resulta ser tan sobresaliente como ESDLA pese a las diferencias que tiene.
Corría el año 2008 cuando comencé a leer noticias sobre la adaptación de 'El Hobbit', noticia que me sorprendió mucho. El libro, que nunca terminé de leer, me pareció tan diferente a ESDLA que jamás pensé que iban a realizar la adaptación a la gran pantalla. Sonaba el gran Guillermo del Toro para dirigir la película, otro detalle que me sorprendió. Sin embargo, no tardaría el genio de su amigo, y a veces pesado, James Cameron en llegar para decirle al bueno de Guillermo que se alejara del proyecto. El consejo del cineasta y director de 'Avatar' parece que tuvo éxito. Guillermo del Toro aceptaría otro proyecto junto con James Cameron, mientras que otro amigo de la pandilla volvería para retomar el rumbo del mundo de Tolkien: Peter Jackson. Porque esto es así, damas y caballeros, Tolkien creó un universo demasiado grande, pero el defecto fue su forma de escribir. Ahí estaba mi ejemplar de 'Las dos torres' en la estantería, y cada vez que lo cogía me venía al pensamiento lo mismo: "¿Cómo este tío logró que su obra tuviese éxito escribiendo de esta forma tan soporífera?". Así que desde aquí, quiero aplaudir la genialidad de Peter Jackon para trasladar de una forma tan magnífica el universo de Tolkien. Si éste es el padre de la saga, Peter Jackson es sin duda el padrino rico de buenos criterios.
Lo que sucede, ya en el plano personal, es que nunca he sido un enamorado de las películas de aventuras (detesto 'Indiana Jones'), rara vez una película del género me ha llegado al corazón. 'El Hobbit: un viaje inesperado' no me ha llegado al corazón, pero tengo que admitir que me ha parecido una excelente película.
Finalmente Peter Jackson volvería a la dirección, recuperando parte del elenco de los actores de ESDLA, con cameos que resultan entrañables, e incorporando nuevos actores que encarnan muy bien sus roles. Resulta muy curioso cómo Jackson ha enfocado la película, porque llegué a pensar que no iba a separarse del estilo de ESDLA, pero todo lo contrario. Ha cogido el toque infantil de 'El Hobbit' y lo ha sabido aplicar de la mejor de las maneras posibles, si bien esto provoca que a veces uno no sitúe muy bien esta nueva película con la trilogía ESDLA, es decir, parecen universos muy distintos. 'El Hobbit' es más mágico, más colorido, aparecen más criaturas mágicas, y otras criaturas como los orcos tienen un nuevo aspecto más cómico e infantil. Para nada es algo negativo, pero lo dicho, te aparta de ESDLA en cierta medida.
En el tema de los efectos especiales, estamos ante la primera película que usa los 48 fotogramas por segundo, y se nota. Aun viéndola en 2D, la película rebosa fluidez y dinamismo por doquier. La cámara muestra unos movimientos rápidos y, en mi caso, no mareantes. Quizá en 3D el resultado haya sido diferente por algunas críticas que se han escrito (que la película mareaba). Cabe destacar como dato curioso la relación entre Peter Jackson y James Cameron, que no le basta a éste último para meter mano en películas como 'Resident Evil 4: Ultratumba', 'Transformers 3' o 'La vida de Pi'. En una entrevista no dudó en afirmar que no sólo ayudó a Jackson con el uso del 3D, sino que le recomendó usar los 48 fps para saber cómo se veían las imágenes.
Por lo demás, es que no se puede decir nada malo de la película en lo referente a los efectos especiales. Bueno sí, que son magníficos. Hasta ese personaje tan famoso que todos conocemos se ve impresionante. Ya sabéis, ése que tanto imitamos cuando nos quitan algo que deseamos y amamos.
¿La bansa sonora? Ahí me voy a poner puntilloso, pero no por gusto. Exceptuando las canciones de los enanos y algunos temas nuevos compuestos para la película, la banda sonora de ESDLA vuelve a escena. Yo soy de los que afirman que esa BSO es la mejor de la historia, y no me corto en afirmarlo una y otra vez. Esos temas me trasladaban a ese mundo de épica y encanto. Cuando la escucho veo a Aragorn, veo a Gandalf y me transporto a Minas Tirith. Y claro, al escucharla en una película que veo con tantas diferencias, en algunos momentos me resulta chocante, incluso forzada. No de forma exagerada claro, pero es algo que no he podido evitar al ver la película.
¿Sobre las actuaciones? Martin Freeman está estupendo en su papel, Ian McKellen rebosa "juventud" y Richard Armitage es nuestro nuevo guerrero valedor. El grupo de enanos son una buena panda de colegas que nos harán disfrutar durante la película, no hay personaje repelente. Y bueno, sólo destacaré el regreso de algunos roles conocidos, que nos regalan una grata sonrisa.
La historia es una aventura donde un grupo de enanos intentan recuperar su sitio en la edad que les ha tocado. Vista la película, aun siendo un argumento simple, resulta impecable. La historia funciona muy bien. Tranquilos, es predecible, sabrás lo que sucede sin problemas. Pero tal y como lo cuenta, pues oye, me ha molado. La puesta en escena, magnífica.
Termino justificando mi nota. No soy un fanático de las películas infantiles. La primera entrega de 'Harry Potter' la tengo como una película sobrevalorada. Pocas veces me convencen con una película así. 'El Hobbit: un viaje inesperado', sin embargo, es una buena película, un gran comienzo de un viaje que, esperemos, terminará de una forma bastante buena. Es más, diría que ha comenzado más fuerte que ESDLA con 'La comunidad del anillo'. Mi nota es un 8. Quizás le regale algún punto más si, como trilogía, resulta ser tan sobresaliente como ESDLA pese a las diferencias que tiene.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y como siempre, escenas a señalar en el apartado de "spoiler":
-El cameo de Frodo.
-Ver de nuevo a Galadriel y Saruman.
-La escena final de Thorin intentado matar al orco pálido.
-El juego de los acertijos, una genialidad haberla incluido en la película.
-Bilbo perdonando la vida a Gollum.
-Los paisajes, una hermosura.
-Las canciones de los enanos.
Y por favor, no intentéis verla como ESDLA, que no tiene nada que ver.
-El cameo de Frodo.
-Ver de nuevo a Galadriel y Saruman.
-La escena final de Thorin intentado matar al orco pálido.
-El juego de los acertijos, una genialidad haberla incluido en la película.
-Bilbo perdonando la vida a Gollum.
-Los paisajes, una hermosura.
-Las canciones de los enanos.
Y por favor, no intentéis verla como ESDLA, que no tiene nada que ver.
4 de junio de 2021
4 de junio de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Peter Jackson siempre le estaré agradecido por ser capaz de llevar a la pantalla la obra maestra de Tolkien “El Señor de los Anillos” adaptando, en gran medida, el libro (considerémoslo un único libro dividido en tres tomos) al cine. El matiz es importante: no es lo mismo ‘adaptar’ un libro que ‘llevar un libro a la pantalla’. Lo primero implica un compromiso con la obra literaria en el sentido de ser respetuoso con su esencia y no tomar más licencias de las estrictamente necesarias, mientras que en el segundo caso la producción cinematográfica se toma la libertad de usar lo que le conviene sin más respeto que a los intereses comerciales. “La Comunidad del Anillo”, por ejemplo, además de un enorme espectáculo épico, es una gran adaptación que mapea los personajes con mucho acierto y recoge todos los grandes momentos del libro (y eso que es el volumen más extenso de la trilogía) sin más sacrificios que los esperables y alguna licencia sin importancia… además del reseñable mérito que tiene su secuencia introductoria al condensar en apenas unos minutos cientos de años en la Tierra Media y colocar a los no lectores en contexto. ”Las dos Torres” se aleja un poco más, inventa alguna escena, mete algún momento circense y fusiona algunos personajes, pero la esencia del libro está presente, no se puede discutir que también hablamos de ‘adaptación’. No pasa lo mismo con “El Retorno del Rey”, curiosamente el libro más corto y la película más aclamada, donde Jackson decide mandar el corsé de Tolkien a paseo y mejorar la obra, lo que para él equivale a meter más artificio allí donde considera que Tolkien era elegantemente contenido… que al final resulta que es el noventa por ciento de la película.
Personalmente, con toda su lentitud, su parsimonia y su acción dosificada, me gustaron mucho las dos primeras y me decepcionó la tercera. Es una buena película, espectáculo puro, vanguardista en muchos sentidos, con escenas icónicas… pero no es “El Retorno del Rey” de Tolkien. Es otra cosa. Vistosa, entretenida, pero otra cosa. Lo mismo pasa con “El Hobbit”, pero aquí (para bien o para mal, no lo tengo claro) Jackson va de cara desde el principio, sin dobleces: este es SU Hobbit, no el de Tolkien. Coge lo que resulta imprescindible, los personajes y el esquema general de la trama, pero el cómo se desarrolla la acción es puramente cosa suya. Suya y de un ejército de asesores y guionistas con el claro encargo de estirar el libreto todo lo posible para, por alguna razón que no acierto a entender, conseguir generar una trilogía de tres horas largas por cinta. De verdad que es tan evidente como desconcertante el afán por conseguir un producto de esas dimensiones, como si la cantidad de películas y su duración fuesen un fin en sí mismas, no un medio para contar la historia de la mejor forma posible.
Por concretar, el libro de El Señor de los Anillos son mil y pico páginas con letra más bien pequeña mientras que el de El Hobbit son unas cuatrocientas con letra grandota, por lo que considerar el mismo metraje en ambas se antoja descompensado. O, dicho de otra forma, la única manera de que “El Hobbit” de para nueve horas largas de película es con mucho relleno de múltiple naturaleza. En el caso de esta primera parte, “Un viaje inesperado”, con Jackson aún ebrio de los once oscars de “El retorno del rey”, se atreve a improvisar escenas infantiles de números acrobáticos y musicales con enanos en una línea Disney que le viene fatal a la película y a abusar de situaciones cómicas a costa de un Martin Freeman bastante inspirado en su papel. También inventa momentos de acción que no tienen reflejo en el libro - y alguno ni en el universo Tolkien- y recicla maquetas, atrezzo, efectos especiales y hasta personajes de películas anteriores para generar diálogos y momentos que estiren la trama.
Al final, con esos artificios, alcanza al final su objetivo de llenar tres horas con el segmento del libro que va desde el encuentro de Bilbo con los enanos hasta la primera visión de la montaña solitaria. Eso sí, con sensaciones desiguales. Desde luego, quien no haya leído el libro se va a encontrar una película indudablemente entretenida aunque se puede terminar haciendo un poco pesada. A lo mejor si Tolkien decidió no meter combates cada dos por tres era porque consideró con buen criterio que la cosa podía quedar algo recargada y cuando escribió momentos de acción, fue siempre de una manera contenida y realista, igual que el uso de la magia. La concepción de Jackson es diametralmente opuesta: nunca le sobra un hechizo que implique explosiones ni una pelea multitudinaria, aunque eso conlleve meter a los protagonistas continuamente a enfrentarse a cientos de miles de orcos y a salir milagrosamente airosos en el último momento con convenientes casualidades, sin escatimar en ese humor tosco que hace que un enano gordo ruede y acabe con una banda de trasgos como si fuesen bolos. Tres horas empalmando secuencias de ese estilo pueden resultar demasiado intensas.
Para los que hemos leído el libro las conclusiones son, si cabe, más difíciles. La obra es acertadamente continuista con los planteamientos de la trilogía anterior y, nuevamente, la introducción es brillante. También hay que reconocer que los momentos imprescindibles están presentes -sólo faltaría, claro- y tratados con respeto. En cuanto a las escenas de relleno, en esta primera parte son casi todas neutras. ¿Una persecución de wargos a la que Tolkien no hizo referencia? Bueno, por qué no. ¿Una paradita apócrifa en Rivendel? No hace daño a nadie. ¿Unos gigantes de roca random tirándose pedradas sin venir a cuento? Probablemente tenían ese software aparcado y quisieron darle salida. El tema quizá sea no que se tome licencias, sino que se tome tantas licencias y tan de continuo.
Por todo lo que conlleva en términos técnicos y artísticos, la película es notable… pero es recomendable tener claro que Jackson es como es y no le vamos a cambiar ahora.
Personalmente, con toda su lentitud, su parsimonia y su acción dosificada, me gustaron mucho las dos primeras y me decepcionó la tercera. Es una buena película, espectáculo puro, vanguardista en muchos sentidos, con escenas icónicas… pero no es “El Retorno del Rey” de Tolkien. Es otra cosa. Vistosa, entretenida, pero otra cosa. Lo mismo pasa con “El Hobbit”, pero aquí (para bien o para mal, no lo tengo claro) Jackson va de cara desde el principio, sin dobleces: este es SU Hobbit, no el de Tolkien. Coge lo que resulta imprescindible, los personajes y el esquema general de la trama, pero el cómo se desarrolla la acción es puramente cosa suya. Suya y de un ejército de asesores y guionistas con el claro encargo de estirar el libreto todo lo posible para, por alguna razón que no acierto a entender, conseguir generar una trilogía de tres horas largas por cinta. De verdad que es tan evidente como desconcertante el afán por conseguir un producto de esas dimensiones, como si la cantidad de películas y su duración fuesen un fin en sí mismas, no un medio para contar la historia de la mejor forma posible.
Por concretar, el libro de El Señor de los Anillos son mil y pico páginas con letra más bien pequeña mientras que el de El Hobbit son unas cuatrocientas con letra grandota, por lo que considerar el mismo metraje en ambas se antoja descompensado. O, dicho de otra forma, la única manera de que “El Hobbit” de para nueve horas largas de película es con mucho relleno de múltiple naturaleza. En el caso de esta primera parte, “Un viaje inesperado”, con Jackson aún ebrio de los once oscars de “El retorno del rey”, se atreve a improvisar escenas infantiles de números acrobáticos y musicales con enanos en una línea Disney que le viene fatal a la película y a abusar de situaciones cómicas a costa de un Martin Freeman bastante inspirado en su papel. También inventa momentos de acción que no tienen reflejo en el libro - y alguno ni en el universo Tolkien- y recicla maquetas, atrezzo, efectos especiales y hasta personajes de películas anteriores para generar diálogos y momentos que estiren la trama.
Al final, con esos artificios, alcanza al final su objetivo de llenar tres horas con el segmento del libro que va desde el encuentro de Bilbo con los enanos hasta la primera visión de la montaña solitaria. Eso sí, con sensaciones desiguales. Desde luego, quien no haya leído el libro se va a encontrar una película indudablemente entretenida aunque se puede terminar haciendo un poco pesada. A lo mejor si Tolkien decidió no meter combates cada dos por tres era porque consideró con buen criterio que la cosa podía quedar algo recargada y cuando escribió momentos de acción, fue siempre de una manera contenida y realista, igual que el uso de la magia. La concepción de Jackson es diametralmente opuesta: nunca le sobra un hechizo que implique explosiones ni una pelea multitudinaria, aunque eso conlleve meter a los protagonistas continuamente a enfrentarse a cientos de miles de orcos y a salir milagrosamente airosos en el último momento con convenientes casualidades, sin escatimar en ese humor tosco que hace que un enano gordo ruede y acabe con una banda de trasgos como si fuesen bolos. Tres horas empalmando secuencias de ese estilo pueden resultar demasiado intensas.
Para los que hemos leído el libro las conclusiones son, si cabe, más difíciles. La obra es acertadamente continuista con los planteamientos de la trilogía anterior y, nuevamente, la introducción es brillante. También hay que reconocer que los momentos imprescindibles están presentes -sólo faltaría, claro- y tratados con respeto. En cuanto a las escenas de relleno, en esta primera parte son casi todas neutras. ¿Una persecución de wargos a la que Tolkien no hizo referencia? Bueno, por qué no. ¿Una paradita apócrifa en Rivendel? No hace daño a nadie. ¿Unos gigantes de roca random tirándose pedradas sin venir a cuento? Probablemente tenían ese software aparcado y quisieron darle salida. El tema quizá sea no que se tome licencias, sino que se tome tantas licencias y tan de continuo.
Por todo lo que conlleva en términos técnicos y artísticos, la película es notable… pero es recomendable tener claro que Jackson es como es y no le vamos a cambiar ahora.
14 de diciembre de 2012
14 de diciembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si eres un aficionado desde hace años a los libros de Tolkien y te has leído hasta los Cuentos Inconclusos y las Cartas, quizás al ver esta película no puedas afirmar que es fiel al 100% pero mantiene el nivel esperado. Es cierto que si tienes un libro que te puedes leer en una tarde, si quieres sacar tres películas tendrás que exprimir tanto tu coco como el libro y Jackson lo ha hecho. Aunque los diálogos podrían estar un poco mejor la trama está muy bien conseguida y los efectos son sobresalientes. Veremos cómo se las arregla Jackson para machacar la otra mitad que le queda en dos películas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La recreación de Erebor y la batalla de Azanubilzar me han sorprendido mucho. No me ha gustado el detalle de mantener a Azog vivo (lo mata Dáin Pie de Hierro) ni tampoco que ya los estén persiguiendo desde antes de llegar a Rivendel. Muy buen detalle el de montar el Concilio Blanco (con Saruman al que ya se le atisban aspectos de su traición), pero pintan a Radagast como si estuviese loco y en la historia de Tolkien tampoco es así. Un poco exagerado el detalle de los gigantes de piedra, de hecho, el propio Tolkien renegó más tarde de esa creación. Gollum sigue estando sobresaliente.
15 de diciembre de 2012
15 de diciembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a hacer futurología. O "presentología", porque ya está ocurriendo.
Miles de fans cabreados por la adaptación de la novela. Miles de fans y críticos de cine deshojando la margarita de las expectativas generadas y de si es El hobbit mejor que El señor de los anillos, o si está al menos a la altura de la trilogía de trilogías.
Volvamos al presente más inmediato y tratemos de encontrar alguna respuesta...
Porque sí, todos sabemos que las comparaciones van a ser inevitables entre ESDLA y El Hobbit. Pero ¡ay, amigos! pocas veces habrán sido más injustas. Porque si algo ha hecho Jackson es entregar una película nada elemental, nada obvia, nada fácil de ver ni de valorar. Riesgo puro. ¿No me creen? Veamos...
Efectivamente, el brillante realizador neocelandés se la ha jugado, y lo sabe, al introducir tantos cambios respecto a la novela de Tolkien. Cambios que no van gustar, y de hecho no están gustando, a muchos. Y por supuesto, se arriesga a exponer de nuevo un trabajo ambientado en la Tierra Media, que lleva sobre sus hombros la pesadísima carga de una trilogía previa que arrasó en taquilla y consiguió 17 Oscar. Y sobre todo, que hizo soñar a muchos como no lo conseguía una película desde nuestra más tierna infancia.
Y ese es precisamente el primer caballo de batalla donde Jackson vuelve a salir victorioso. El Hobbit sigue siendo pura magia, pura fantasía, e incluso todavía más aventura que El Señor de los Anillos. Produce en el espectador ese ansia por saber más, por ver más, por disfrutar del viaje y de las peripecias, por ilusionarse frente a sus imágenes, por soñar y creer como lo hicimos con la fantasía de antaño. Es un placer nostálgico, de sabor auténtico y añejo, que resulta maravilloso y agradecido. Además, es una película que va de menos a más, ganando en intensidad y grandiosidad según avanza el metraje, hasta llegar a secuencias cumbres como la desarrollada en Rivendel o por supuesto toda la que tiene lugar bajo tierra, que roza la absoluta perfección. Jackson sigue demostrando que es un director de primer nivel, como más que prueban esas batallas apoteósicas y esos planos aéreos bellísimos que se han convertido en marca de la casa. Sigue arropado por el mismo equipo que en la anterior visita a la Tierra Media, y todos sus secuaces, salvo Howard Shore (muy comodón él, repite sin pudor la misma partitura que en la trilogía, lo que saca una sonrisa al más fan, pero resulta decepcionante para los que lo admiramos como músico innovador) dan lo mejor que sí. La película es impecable cinematográficamente hablando, y éso es incuestionable.
De igual modo, hay por supuesto una conexión emocional muy fuerte con el fan de ESDLA, acrecentado por las presencias de Christopher Lee, Hugo Weaving, Cate Blanchett, y muy especialmente Andy Serkis, cuya aparición es lo más celebrado de la cinta y sin duda el mejor rato de la misma.
Y qué decir del reparto. Desde un Martin Freeman acertadísimo (qué manera de mirar) a Richard Armitage (soberbio), pasando por Ian McKellen (qué decir de él a estas alturas) y un excelente Ken Stott, todos los actores cumplen con su cometido, que es no destacar por encima del argumento.
¿Por qué no se lleva la película la máxima nota, entonces? Porque tiene fallos. Más allá de que la adaptación sea mejor o peor, la película es sin duda demasiado larga. Pareciera que Jackson tuviese obsesión con las casi tres horas de metraje, y para ello alarga escenas más de lo debido (la cena de los enanos en Hobbiton o el clímax final). Y sin duda se podría apuntar que esa emotividad, esa maestría, ese nivel de épica y de majestuosidad cinematográfica de el Señor de los Anillos sólo aparece en El Hobbit en momentos contados (el prólogos, los flashbacks, la canción de los enanos, la conversación entre Galadriel y Gandalf, la secuencia de los acertijos de Bilbo y Gollum). Un ¿fallo? heredado directamente de la novela, ya de por sí menos compleja, más directa y más ligera que El Señor de los Anillos.
Podría haber sido así. Pero es que El Hobbit NO es ESDLA. Por mucho que compartan personajes y ambientes, son dos historias que no se parecen en absoluto. Y ése no era el ejercicio que planteaba Jackson, y lo que le ha salido (al margen de satisfacer más o menos a los puristas) es una excelente película de aventuras.
Por muchos años.
Lo mejor: El tono de gran cine de aventuras que tiene, el pulso de Jackson en las escenas de acción, y las presencias de Martin Freeman, Richard Armitage, Ian McKellen y sobre todo Andy Serkis.
Lo peor: Es sin duda demasiado larga, el sentido del humor no siempre funciona... y lo mucho e injustamente que se la va a comparar con su trilogía hermana.
Miles de fans cabreados por la adaptación de la novela. Miles de fans y críticos de cine deshojando la margarita de las expectativas generadas y de si es El hobbit mejor que El señor de los anillos, o si está al menos a la altura de la trilogía de trilogías.
Volvamos al presente más inmediato y tratemos de encontrar alguna respuesta...
Porque sí, todos sabemos que las comparaciones van a ser inevitables entre ESDLA y El Hobbit. Pero ¡ay, amigos! pocas veces habrán sido más injustas. Porque si algo ha hecho Jackson es entregar una película nada elemental, nada obvia, nada fácil de ver ni de valorar. Riesgo puro. ¿No me creen? Veamos...
Efectivamente, el brillante realizador neocelandés se la ha jugado, y lo sabe, al introducir tantos cambios respecto a la novela de Tolkien. Cambios que no van gustar, y de hecho no están gustando, a muchos. Y por supuesto, se arriesga a exponer de nuevo un trabajo ambientado en la Tierra Media, que lleva sobre sus hombros la pesadísima carga de una trilogía previa que arrasó en taquilla y consiguió 17 Oscar. Y sobre todo, que hizo soñar a muchos como no lo conseguía una película desde nuestra más tierna infancia.
Y ese es precisamente el primer caballo de batalla donde Jackson vuelve a salir victorioso. El Hobbit sigue siendo pura magia, pura fantasía, e incluso todavía más aventura que El Señor de los Anillos. Produce en el espectador ese ansia por saber más, por ver más, por disfrutar del viaje y de las peripecias, por ilusionarse frente a sus imágenes, por soñar y creer como lo hicimos con la fantasía de antaño. Es un placer nostálgico, de sabor auténtico y añejo, que resulta maravilloso y agradecido. Además, es una película que va de menos a más, ganando en intensidad y grandiosidad según avanza el metraje, hasta llegar a secuencias cumbres como la desarrollada en Rivendel o por supuesto toda la que tiene lugar bajo tierra, que roza la absoluta perfección. Jackson sigue demostrando que es un director de primer nivel, como más que prueban esas batallas apoteósicas y esos planos aéreos bellísimos que se han convertido en marca de la casa. Sigue arropado por el mismo equipo que en la anterior visita a la Tierra Media, y todos sus secuaces, salvo Howard Shore (muy comodón él, repite sin pudor la misma partitura que en la trilogía, lo que saca una sonrisa al más fan, pero resulta decepcionante para los que lo admiramos como músico innovador) dan lo mejor que sí. La película es impecable cinematográficamente hablando, y éso es incuestionable.
De igual modo, hay por supuesto una conexión emocional muy fuerte con el fan de ESDLA, acrecentado por las presencias de Christopher Lee, Hugo Weaving, Cate Blanchett, y muy especialmente Andy Serkis, cuya aparición es lo más celebrado de la cinta y sin duda el mejor rato de la misma.
Y qué decir del reparto. Desde un Martin Freeman acertadísimo (qué manera de mirar) a Richard Armitage (soberbio), pasando por Ian McKellen (qué decir de él a estas alturas) y un excelente Ken Stott, todos los actores cumplen con su cometido, que es no destacar por encima del argumento.
¿Por qué no se lleva la película la máxima nota, entonces? Porque tiene fallos. Más allá de que la adaptación sea mejor o peor, la película es sin duda demasiado larga. Pareciera que Jackson tuviese obsesión con las casi tres horas de metraje, y para ello alarga escenas más de lo debido (la cena de los enanos en Hobbiton o el clímax final). Y sin duda se podría apuntar que esa emotividad, esa maestría, ese nivel de épica y de majestuosidad cinematográfica de el Señor de los Anillos sólo aparece en El Hobbit en momentos contados (el prólogos, los flashbacks, la canción de los enanos, la conversación entre Galadriel y Gandalf, la secuencia de los acertijos de Bilbo y Gollum). Un ¿fallo? heredado directamente de la novela, ya de por sí menos compleja, más directa y más ligera que El Señor de los Anillos.
Podría haber sido así. Pero es que El Hobbit NO es ESDLA. Por mucho que compartan personajes y ambientes, son dos historias que no se parecen en absoluto. Y ése no era el ejercicio que planteaba Jackson, y lo que le ha salido (al margen de satisfacer más o menos a los puristas) es una excelente película de aventuras.
Por muchos años.
Lo mejor: El tono de gran cine de aventuras que tiene, el pulso de Jackson en las escenas de acción, y las presencias de Martin Freeman, Richard Armitage, Ian McKellen y sobre todo Andy Serkis.
Lo peor: Es sin duda demasiado larga, el sentido del humor no siempre funciona... y lo mucho e injustamente que se la va a comparar con su trilogía hermana.
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