El día que la Tierra se detuvo
1951 

7.0
18,062
Ciencia ficción. Drama
Una nave extraterrestre llega a la tierra con la misión de entregar a los hombres un importante mensaje. El mundo entero queda conmocionado el día en que, sin previo aviso, un platillo aterriza en Washington y de él sale Klaatu, un alienígena de aspecto humano acompañado de Gort, un amenazante robot. La petición que Klaatu hace a todos los gobernantes del mundo es rechazada. Así las cosas, Klaatu decide observar cómo viven los humanos ... [+]
25 de junio de 2006
25 de junio de 2006
50 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nave espacial aterriza en Washington DC y de ella sale un extraterrestre flanqueado por un amenazador robot con una capacidad destructora increíble. Tras ver rechazados sus esfuerzos por reunirse con los líderes mundiales para prevenirles del fin inminente de la Tierra, el extraterrestre Klaatu se lanza a la calle.
Ultimátum a la tierra es una de las primeras películas de ciencia-ficción de todos los tiempos. Rodada a comienzos de los años cincuenta por Robert Wise, un inexperto dentro del género, la obra se presenta como un férreo alegato antimilitarista acorde con las tensiones internacionales vividas tras la segunda guerra mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde el primer momento, el film adquiere un tono semidocumental; los primeros veinte minutos de la cinta así lo ratifican, limitándose a narrar la acción fríamente, sin introducir a ningún personaje todavía. En este aspecto, la historia no nos deja un protagonista claro, quizás el emisario intergaláctico Klaatu se erija como el personaje principal de la trama; una trama naturalista, desarrollada en exteriores principalmente y con una gran fuerza dramática a la hora de relatar los conflictos internos de los personajes. Destacan sobre todo los minutos finales, muy bien ajustados al estilo de la obra en general; dejando esa pizca de esperanza para un futuro mejor.
Técnicamente, Wise aprovecha algunos materiales de archivo, como las grabaciones iniciales de la capital norteamericana, junto con un estupendo juego de luces y sombras para crear una atmósfera de realismo, clave a la hora de afrontar el planteamiento de la cinta. El reparto se muestra acertado, sobre todo Michael Rennie, que lleva a cabo una magistral interpretación en el papel de visitante extraterrestre. La banda sonora combina algunas partituras realmente fantásticas de Bernard Herrmann, que emplea el theremin, instrumento poco conocido, como un elemento tonal para lograr una mezcla de estilos, referente de la película.
En conclusión, este título representa una de las primeras incursiones de un gran estudio en el género de la ciencia-ficción; apartándose además de otras muchas producciones, al esbozar a nuestros vecinos galácticos de una forma sociable y natural.
Ultimátum a la tierra es una de las primeras películas de ciencia-ficción de todos los tiempos. Rodada a comienzos de los años cincuenta por Robert Wise, un inexperto dentro del género, la obra se presenta como un férreo alegato antimilitarista acorde con las tensiones internacionales vividas tras la segunda guerra mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde el primer momento, el film adquiere un tono semidocumental; los primeros veinte minutos de la cinta así lo ratifican, limitándose a narrar la acción fríamente, sin introducir a ningún personaje todavía. En este aspecto, la historia no nos deja un protagonista claro, quizás el emisario intergaláctico Klaatu se erija como el personaje principal de la trama; una trama naturalista, desarrollada en exteriores principalmente y con una gran fuerza dramática a la hora de relatar los conflictos internos de los personajes. Destacan sobre todo los minutos finales, muy bien ajustados al estilo de la obra en general; dejando esa pizca de esperanza para un futuro mejor.
Técnicamente, Wise aprovecha algunos materiales de archivo, como las grabaciones iniciales de la capital norteamericana, junto con un estupendo juego de luces y sombras para crear una atmósfera de realismo, clave a la hora de afrontar el planteamiento de la cinta. El reparto se muestra acertado, sobre todo Michael Rennie, que lleva a cabo una magistral interpretación en el papel de visitante extraterrestre. La banda sonora combina algunas partituras realmente fantásticas de Bernard Herrmann, que emplea el theremin, instrumento poco conocido, como un elemento tonal para lograr una mezcla de estilos, referente de la película.
En conclusión, este título representa una de las primeras incursiones de un gran estudio en el género de la ciencia-ficción; apartándose además de otras muchas producciones, al esbozar a nuestros vecinos galácticos de una forma sociable y natural.
24 de julio de 2009
24 de julio de 2009
47 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se suele decir que esta película ha envejecido mal. Un sí rotundo. Porque de haber envejecido bien, podríamos estar hablando de un planeta, el nuestro, anclado galácticamente hace más de cincuenta años. Y eso no ha sucedido. O sea que demos gracias al cielo porque este envejecimiento acelerado del film haya tenido su causa en un mayor conocimiento espacial y en avances del Hombre muy significativos en esta materia.
Pero el verdadero valor de Ultimátum a la tierra de Robert Wise no estriba en los detalles morfológicos o de atrezzo de los extraterrestres. El valor profundo del film, ese que no ha envejecido, es el entendimiento de que formamos parte de un universo desconocido, un universo que, con vida o sin ella, merece el interés y el cuidado de la especie humana. Un amplio abanico de posibilidades están abiertas al hombre pero todas ellas pasan por la conservación de la naturaleza y del espacio. Ese es el verdadero ultimátum. Por una vez el título hispano acertó en la plenitud de la diana.
Es correcto decir que los efectos especiales fueron buenos para su época. La nave espacial, las desintegraciones armamentísticas y los rayos láser están bien, pero es lo que peor ha envejecido. Sin embargo, la idea de un ET dándose un garbeo turístico por las calles de Washington D.C., confraternizando y aumentando sus conocimientos, pues me ha resultado sorprendente y digna de aplauso. Queda demostrado que "mi casa - ET" no ha sido el único extraterrestre bueno y que ya en el 1951 ya había quienes pensaban que no todos los procedentes del espacio exterior, marcianos, aliens, etc., debían venir como Atilas impíos devoradores de hierbas humanas.
Como cinéfilos podremos hablar de incoherencias o de algún gazapo que otro. Por ejemplo, dejar la nave espacial, supuestamente el mayor acontecimiento histórico de la Humanidad, prácticamente sin vigilancia con tan sólo un par de soldaditos despistados, es tan increíble como apropiado a la trama, pero la cosa tiene un valor muy muy residual. Lo que en realidad importa es ese toque de atención que Robert Wise quiere darle al mundo acerca de los peligros de la física atómica.
Juntamente con La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel, Ultimátum a la tierra es una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine. Michael Rennie está perfecto en su papel, incluso Sam Jaffe da el pego como científico tipo Einstein. Pero la verdadera cualidad del film es su mensaje. 5O años antes de la fecha fijada para la Odisea del Espacio, ya existía un director que se atrevía a decirle a los gobiernos, " o frenamos esto o nos vamos al garete".
Lo que pasa es que los gobiernos parecen estar sordos. ¿Será que no han envejecido bien?.
Pero el verdadero valor de Ultimátum a la tierra de Robert Wise no estriba en los detalles morfológicos o de atrezzo de los extraterrestres. El valor profundo del film, ese que no ha envejecido, es el entendimiento de que formamos parte de un universo desconocido, un universo que, con vida o sin ella, merece el interés y el cuidado de la especie humana. Un amplio abanico de posibilidades están abiertas al hombre pero todas ellas pasan por la conservación de la naturaleza y del espacio. Ese es el verdadero ultimátum. Por una vez el título hispano acertó en la plenitud de la diana.
Es correcto decir que los efectos especiales fueron buenos para su época. La nave espacial, las desintegraciones armamentísticas y los rayos láser están bien, pero es lo que peor ha envejecido. Sin embargo, la idea de un ET dándose un garbeo turístico por las calles de Washington D.C., confraternizando y aumentando sus conocimientos, pues me ha resultado sorprendente y digna de aplauso. Queda demostrado que "mi casa - ET" no ha sido el único extraterrestre bueno y que ya en el 1951 ya había quienes pensaban que no todos los procedentes del espacio exterior, marcianos, aliens, etc., debían venir como Atilas impíos devoradores de hierbas humanas.
Como cinéfilos podremos hablar de incoherencias o de algún gazapo que otro. Por ejemplo, dejar la nave espacial, supuestamente el mayor acontecimiento histórico de la Humanidad, prácticamente sin vigilancia con tan sólo un par de soldaditos despistados, es tan increíble como apropiado a la trama, pero la cosa tiene un valor muy muy residual. Lo que en realidad importa es ese toque de atención que Robert Wise quiere darle al mundo acerca de los peligros de la física atómica.
Juntamente con La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel, Ultimátum a la tierra es una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine. Michael Rennie está perfecto en su papel, incluso Sam Jaffe da el pego como científico tipo Einstein. Pero la verdadera cualidad del film es su mensaje. 5O años antes de la fecha fijada para la Odisea del Espacio, ya existía un director que se atrevía a decirle a los gobiernos, " o frenamos esto o nos vamos al garete".
Lo que pasa es que los gobiernos parecen estar sordos. ¿Será que no han envejecido bien?.
27 de septiembre de 2005
27 de septiembre de 2005
55 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Michael Rennie was ill the day the earth stood still..." Ummm, cantará años después una boca sensual y mixtificadora en los créditos de esa declaración de amor al tipo de cine que "Ultimátum a la tierra" representa en lugar de honor, hablamos de la "Rocky Horror Picture Show"
¿Y bien? Ésta es una película que creo escuela, una genialidad que envejeció de un modo espectacular, ni el mejor cirujano plástico podría hacer algo igual, una obra de arquitectura cinematográfica, un cuento mágico,...
Es, también, el sueño de un esteta futurista, de un amante del cine, un amante porque le hace el amor en muchas de las escenas,... imposible seleccionar una,... el encantador final, tan camp.
Referencia básica e insustituible del género, necesaria para entender todo el cine posterior, SCI-FI en estado puro.
Imperdonable perdérsela, ideal para iniciarse en el gusto del cine de amenazas del espacio exterior (y otras invasiones), uno de los géneros más agradecidos y fieles con el espectador (y viceversa)
¿Y bien? Ésta es una película que creo escuela, una genialidad que envejeció de un modo espectacular, ni el mejor cirujano plástico podría hacer algo igual, una obra de arquitectura cinematográfica, un cuento mágico,...
Es, también, el sueño de un esteta futurista, de un amante del cine, un amante porque le hace el amor en muchas de las escenas,... imposible seleccionar una,... el encantador final, tan camp.
Referencia básica e insustituible del género, necesaria para entender todo el cine posterior, SCI-FI en estado puro.
Imperdonable perdérsela, ideal para iniciarse en el gusto del cine de amenazas del espacio exterior (y otras invasiones), uno de los géneros más agradecidos y fieles con el espectador (y viceversa)
16 de marzo de 2008
16 de marzo de 2008
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que elegir una película de entre muchas del género de ciencia ficción, que destacó en una época tan conflictiva como fueron los años 50 donde la paranoía a la creciente e imparable proliferación nuclear y el miedo a lo desconocido era algo habitual entre la desconfiada sociedad norteamericana "ULTIMÁTUM A LA TIERRA" sería sin duda la película que yo elegiría, por el mensaje que trasmite al espectador a lo largo de su metraje.
Basicamente la película es un claro alegato contra la violencia, la guerra, el miedo y la ignorancia del ser humano contra todo lo que no viene de nuestro propio planeta, no se deja influenciar por otras tendencias del género de de aquella época, que todo lo que viene del cielo es malo, la película nos muestra de manera impecable, de que el miedo y la hostilidad son perjuicios nuestros, de toda la humanidad, y que con ello en nuestra conciencia sólo nos puede llevar por el camino de la autodestrucción entre nosotros.
Y como lo importante en una película en si es la historia que se nos trasmite, el guión de Edmund H. North basada en una historia de Harry Bates me parece en pocas palabras no muy bueno sino excepcional, más aún en su parte final con el mensaje que el emisario Klaatu finalmente logra trasmitir a toda la humanidad.
Cabe destacar el gran trabajo llevado a cabo por el actor británico Michael Rennie, uno de los mejores que ha hecho a lo largo de su carrera, sin olvidar la fotografía en blanco y negro de Leo Tover, la música de Bernard Hermann y la dirección del todoterreno de Robert Wise, que en pocas palabras debo decir, que ésta es una película que ya forma parte de la historia del cine.
Basicamente la película es un claro alegato contra la violencia, la guerra, el miedo y la ignorancia del ser humano contra todo lo que no viene de nuestro propio planeta, no se deja influenciar por otras tendencias del género de de aquella época, que todo lo que viene del cielo es malo, la película nos muestra de manera impecable, de que el miedo y la hostilidad son perjuicios nuestros, de toda la humanidad, y que con ello en nuestra conciencia sólo nos puede llevar por el camino de la autodestrucción entre nosotros.
Y como lo importante en una película en si es la historia que se nos trasmite, el guión de Edmund H. North basada en una historia de Harry Bates me parece en pocas palabras no muy bueno sino excepcional, más aún en su parte final con el mensaje que el emisario Klaatu finalmente logra trasmitir a toda la humanidad.
Cabe destacar el gran trabajo llevado a cabo por el actor británico Michael Rennie, uno de los mejores que ha hecho a lo largo de su carrera, sin olvidar la fotografía en blanco y negro de Leo Tover, la música de Bernard Hermann y la dirección del todoterreno de Robert Wise, que en pocas palabras debo decir, que ésta es una película que ya forma parte de la historia del cine.
6 de agosto de 2008
6 de agosto de 2008
25 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película entretenida, sin más. Su mensaje es tan hipócrita que no entiendo tantas alabanzas vertidas a su favor, porque viene a significar que o haces lo que te digo o te doy pero... eso sí, al final más pacifista que yo no hay nadie. De hecho, no se puede visionar sin tener en cuenta la época y el lugar donde está filmada, en los comienzos de la Guerra Fría. Imagino que "obligar" a las personas a la desaparición de la violencia podría suponer, para algunos, una solución a lo que parecía la Tercera Guerra Mundial inminente (los Estados Unidos se encontraban implicados, en esos momentos, en la guerra de Corea, la misma donde el general McArthur intentó utilizar armas atómicas contra las tropas chinas...)
Así que el guionista se inventa unos cascos azules robóticos que tienen el poder de destruir cualquier cosa si no se les obedece. Bueno, espero que Ban Ki-moon no vea la peli.
Por otro lado es tan ingenua... pero le doy un 5 porque en el fondo es, como digo, entretenida. Ha envejecido fatal pero vaya, intriga tiene. Intriga y mil defectos y situaciones sin sentido. Para muestra, un botón (o más) en el "spoiler"
Así que el guionista se inventa unos cascos azules robóticos que tienen el poder de destruir cualquier cosa si no se les obedece. Bueno, espero que Ban Ki-moon no vea la peli.
Por otro lado es tan ingenua... pero le doy un 5 porque en el fondo es, como digo, entretenida. Ha envejecido fatal pero vaya, intriga tiene. Intriga y mil defectos y situaciones sin sentido. Para muestra, un botón (o más) en el "spoiler"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Cómo es posible que un platillo volante, nada menos, posado en un parque de Whasington, y el susodicho robot, estén custodiados por sólo dos soldados? ¿Qué es eso de pegarle un tiro al extraterrestre engominado y mandarlo, después, a un hospital cualquiera para curarlo?
¿¿Para que diantres sirve entonces el área 51 de las narices??
¿¿Para que diantres sirve entonces el área 51 de las narices??
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