Dolls

Aunque me ha gustado y realmente ofrece lo que cabe esperar, hay una cosa que me ha descuadrado un poco.

Para los que anden un poco desorientados y tengan dudas de verla o no, es lenta y con mucha "poesía visual", como se suele decir. Esto quiere decir que casi todo el peso de la película se lo lleva la fotografía y el simbolismo. Si no te gustan este tipo de pelis ni se te ocurra ponerla.

Aunque me ha gustado, me quedo con la sensación de que dos de las tres historias solo están ahí para rellenar metraje. Parece que la historia principal, la que da título a la película, se queda corta para hacer un largometraje y tienen que meter otras dos historias más. No digo que sean malas, pero realmente no se complementan y claramente hay una historia central.

Por lo demás, todo es lo que se espera. Muy buena a nivel visual. Buena banda sonora metida con cuentagotas. Muy melodramática. Mucho simbolismo y una narrativa lenta.

Típica peli que tienes que tener cuidado con a quien se la recomiendas si no quieres ganarte a un enemigo de por vida.

Takeshi Kitano es uno de mis cineastas favoritos en su mayoría por su cine diferente o su cine de Yakuzas, es cierto que va de género en género sin ningún tipo de miedo y que a veces logra que obras tan diferentes como el verano de Kikujiro o Hana-Bi sean obras maestras en su respectivo tema, es cierto que Takeshi siempre usa métodos muy parecidos y que su humor es muy tosco para el público occidental, pero en Dolls logra dar un giro de efecto y nos cuenta una historia o mejor dicho unas cuantas que pueden sobrecoger el corazón de cualquier espectador.

Dolls es una obra lenta el espectador tiene que estar preparado para enfrentarse a una cinta de aproximadamente 1 hora y 40 minutos sin que realmente pase nada excepto en ciertos momentos de la historia, pero la gracia de la película reside en su simplicidad, siéntate disfruta de la película y mira la vida desde los ojos de estos desgraciados, todo ello con una bonita fotografía de escenarios en la que se nos muestra las dos caras del amor y sus diferentes etapas, todo ello endulzado por una banda sonora de Joe Hisashi que esta vez está algo más tímido, pero como siempre hace un trabajo más que aceptable.

En resumidas cuentas, si tenéis tiempo queréis sumergiros en el cine japonés o sois ya apasionados del cine asiático en general, os recomiendo Dolls, es una película lenta, pero fácil de entender en su plano general y que te hará pensar en ella durante un par de días.

Tras haber visto no hace mucho tiempo, las excelentes Brother (2000) y Zatoichi (2003), me esperaba algo más, bastante más, de "Dolls", sobre todo porque una corriente crítica favorable la adornaba.
Pero, más alla de ser un critico seguidista (eso nunca), debo manifestar y justificar esta decepción; decepción que puede estar en el aquí y ahora y quizá no el ayer o en mañana.
"Dolls" nos cuenta tres historias de amor cuasi imposibles, tres historias paralelas, que discurren entre abruptas elipsis y una lentitud que a veces llega a la exasperación. Y esto es todo en cuanto argumento. Un Kitano ambicioso y pretencioso. Nada eficaz.
La película gana en la "forma", en la puesta en escena, en esos paseos por el campo, por el monte, ese retrato de la naturaleza, polícroma a rabiar (recuerda algo al último Kurosawa)
El hombre "orquesta" Kitano, lo controla todo, cada película es "suya", el es el autor. Su cine es muy variado, lleno de contrastes; unas películas nada tiene que ver con otras (si acaso la fuerza del director, que controla detrás de nuestro cuello).
Aunque es uno de los directores orientales mejor aceptados en occidente, su estética y fondo son profundamente japonesas: la observación (poco se necesitan a veces las palabras), la devoción por el teatro (simbiosis casi sangrante teatro-vida). A veces, sus elipisis complican la vida al espectador.

Demasiado pomposa para mi gusto pero no es por ello una mala película lo que pasa es que la estética de las imágenes prima sobre el contenido. Pienso que el director ha querido juntar tres cortometrajes y hacer un largo con las sobras pero el resultado es irregular. Las tramas argumentales son superficiales salvo la de la primera historia y pienso que no hace falta tanta pose para contar tan poco. Esto no significa que no me haya gustado pero con el cine de arte y ensayo hay que andarse con ojo puesto que crear imágenes pomposas me parece demasiado fácil y hay que ver lo que hay detrás. Salvo la fábula de la boda frustrada el resto del film me pareció rebuscado y superficial aunque no exento de cierta belleza. El problema es que dicha belleza a la postre resulta artificial y esto redunda en un contenido que no va más allá y que se queda en la superficie. Los japoneses son así, pomposos y ceremoniales pero sería mejor que dicha suntuosidad estuviera acompañada por algo y en este caso ese algo me parece insuficiente. Me gustó el desarrollo psicológico de los personajes así como el montaje de las imágenes pero el ritmo al que avanzan las cosas es lento y muchas veces la historia se pone al servicio de la imagen y no al revés.

Reconociendo sus virtudes no me atrevo a darle más de un 5 a pesar de que el tono poético resulte agradable a primera vista pero sigo pensando que es engañoso y que una buena película es algo más que una secuencia de buenas imágenes.

Desde la primavera al invierno, qué hermosas fotografías, con los inevitables cerezos y los arces rojos en otoño, que dan paso, sin más, a una nevada de un bellísimo blanco. Muy bueno todo como documental.
Y poco más. De las tres historias no sé decir cuál es más insólitamente absurda. Se ve que Kitano quiso hablar del amor de otra manera pero lo que consigue es aburrir lentamente.
Aparte de otros tópicos no podían faltar los yakuzas.
Me he preguntado de dónde sacan los trajes los amantes amarrados, porque van a la última.
Casi todos los personajes se mueven lentamente, provocando el bostezo de quien los mira.
Probablemente con un metraje más corto sería otra cosa, pero entonces no saldrían tantos bellos paisajes.