El editor de libros

Un editor de libros casi anónimo se encargó de pulir los defectos, descubrir y fomentar el talento incipiente de grandes escritores estadounidenses como, por ejemplo, Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald y Thomas Wolfe. Esta película recoge una crónica de esos momentos de la vida de Maxwell Perkins.

El reputado director teatral Michael Grandage da el salto al cine mostrándonos fracciones de la vida de uno de los editores de libros más famosos e importantes del Siglo XX, interpretado aquí por un pausado y académico Colin Firth, y la relación tan profunda que establecía con los escritores a los que apoyaba, en especial se centra en la etapa en la que conoce y trabaja con Wolfe, todo un torbellino de ideas y absolutamente visceral, al que interpreta un no menos frenético Jude Law. La película se ve bien, te interesa lo que cuenta, a pesar de que a veces se puede hacer un poco lenta, con la sensación de no avanzar. Me parece relevante el hecho de que la película evidencia la importancia de que al lado de todo genio o gran hombre, siempre debe de haber una persona a su lado que la contenga, que le marque pautas y que le haga pisar el suelo con los pies, porque a veces el estar revoloteando por los diferentes planetas del cosmos te puede hace perder la perspectiva de la auténtica realidad, que no es otra que la que te da comer, dejando de lado las ensoñaciones. Y eso es lo que hace Perkins con Wolfe…¿O es al reves?

Lo mejor: Dejar a la interpretación de cada espectador la verdadera historia detrás de los dos protagonistas. Nicole Kidman está creíble, deliciosa...y expresiva. Law pone toda la carne en el asador para que nos llegue un personaje que era puro nervio y un torbellino de ideas. La fotografía, el vestuario y la New York de los años del crack del 29, con sus primeros rascacielos en el firmamento. El final, solitario y magistral.

Lo peor: Un Firth demasiado contenido, sin alma. El resto de escritores famosos se tocan de refilón, casi de forma caricaturesca. Cuando se lleva a la gran pantalla un biopic está todo tan esquematizado que es casi imposible salirse del guion y conseguir sorprender.

Nota: 6,5 Sacapuntas.

Para quienes, por diversas razones, no solemos acudir al teatro, esta es una fantástica ocasión para deleitarse de un registro teatral francamente bueno, además para dejarse impregnar por las poéticas escenas de blanco y negro que atraviesan la película en todo su recorrido. Lo demás es simplemente una pelíicula

Jude Law ha hecho un trabajo magnífico dando vida a Thomas Wolfe, un escritor tan atormentado al principio de su carrera y tan extravagante al final.
Es una película muy recomendable si eres amante de la literatura, y si no lo eres, también, ya que te enseña la vida de uno de los autores mas bohemias y genios de la literatura del siglo XX, dando también importancia al papel del editor de libros, Max Perkins.

Pese a que cuenta con un reparto inmejorable -- con la presencia del gran Colin Firth -- no es una gran película, que se diga. En el papel de Tom Wolfe, Jude Law sobreactúa; Nicole Kidman pasa sin pena ni gloria; Guy Pearce, como Scott Fitzgerald, no convence; y mucho menos Dominic West, en la piel de Hemingway. Sin embargo, yo la recomiendo vivamente para aquellos que, como yo, sienten una nostalgia sin remedio por un mundo que se desarrollava tranquilamente, sin prisas, sin la ingeniería social que ha destruido todo. Se ve bella la fotografía, un éxito en mostrar la moda, las costumbres, la vida familiar, la vida urbana aún preservada de la locura que vendría después y que nos agobia hasta la enfermedad hoy día.

En estos tiempos y con las nuevas tecnologías, todo mundo, o es periodista o es escritor.
El papel que desempeñaban hace décadas los editores, ha ido mermando en los últimos tiempos con la llegada del mundo digital.
"El editor de libros" es un merecido reconocimiento a esa figura del editor que hace tiempo (décadas, un siglo o más de un siglo) hacía una gran labor en la edición de libros de escritores que tenían talento para escribir, pero cuyas obras se perdían muchas veces entre tantas palabras o ideas de sus autores. Alguien, en este caso un editor, moldeaba ese talento literario de escritores que aspiraban a ser grandes.
La película da protagonismo a Maxwell Perkins (Colin Firth), un reconocido editor de Estados Unidos que publicó novelas de Ernest Hemingway, Francis Scott Fitzgerald y Thomas Wolfe, éste último también protagonista de la historia, con quien Perkins entabla una relación de editor en jefe pero a la vez de amigo.
Colin recrea muy bien la figura de un editor apasionado por la literatura, con una personalidad seria, discreta y respetuosa, que sabe lo importante que es para su editorial descubrir e impulsar nuevos talentos en el ámbito literario, tal como sucedió con Wolfe, cuya primera obra le hizo ver el talento que tenía el joven escritor para impulsarlo.
El actor Jude Law logra recrear la personalidad excéntrica de Wolfe, aunque en ciertos momentos uno como espectador percibe una actuación algo exagerada, la cual consigue un equilibrio con la actuación de Colin, quien, sin duda alguna, serio y callado, se lleva el papel de la historia.
La película nos hace pensar y reflexionar sobre cuántos grandes editores desconocidos no habrán contribuido a que escritores con el paso del tiempo se hicieran famosos y hasta clásicos, sin que muchos de sus lectores supieran la existencia de estos personajes o historias.
Vale la pena ver la película y reconocer el trabajo del editor, ya que muchos lectores no sabemos que "detrás de un gran escritor hay un gran editor".