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Her

Ciencia ficción. Romance. Drama En un futuro cercano, Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 495
Críticas ordenadas por utilidad
22 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Her” es una película que vendría muy a propósito en una escuela de cine para teorizar sobre la esencia del arte cinematográfico, una disciplina creativa en la que se utiliza tanto la imagen como el sonido, y dentro de este último, el diálogo, la voz; y cerrando un poco más el ámbito sonoro la voz en off. Sobre ésta se ha discutido mucho y se discutirá probablemente mucho más. La cuestión principal del debate gira en torno a su “status” y a su uso y/o abuso en el seno de una forma de expresión estética que, aun definiéndose como audiovisual, puede sobrevivir sin audio, pero nunca sin imagen. Spike Jonze, valiéndose de un personaje que sólo tiene voz, que es pura voz (como en aquel episodio titulado “La voz humana” de “El amor” de Rossellini), y casi pura voz en of, pone a prueba la pertinencia de esta cuestión, y con ella la de la naturaleza del cine. Samantha, el sistema operativo informático protagonista de esta cinta, en la estela del inolvidable Hal 9000 de “2001, una odisea del espacio”, supera (por decirlo de alguna manera) a éste en que ni siquiera posee una fisicidad en la que poder ubicar una voz, un espíritu; Samantha carece de esos ojos rojos que todo lo ven (el ojo de Samantha es la cámara del móvil de su enamorado Theodore, es un ojo ajeno), y tampoco dispone de esas cápsulas que le daban vida a Hal. De hecho, éste podía morir porque disponía de un cuerpo, y de hecho muere, su voz de apaga cuando el cuerpo es desconectado poco a poco de su fuente de energía, de su fuente vital; Samantha es otra cosa; es pura voz (es puro espíritu); no tiene cuerpo propio; solamente está “alojada” en los aparatos informáticos del otro protagonista, Theodore; y de hecho no muere, sino que se aloja finalmente en una esfera ideal, en un más allá informático. ¿Pero puede una voz, una mera voz, protagonizar un filme? Quiero decir protagonizarlo en tanto voz, en tanto carente de imagen, en tanto espíritu incapaz de ser mostrado al espectador de alguna manera. Jonze, a diferencia de Kubrick (y al igual que Rossellini), nos hace vivir cinematográficamente la experiencia de Samantha sin darnos una expresión “cinética” de la misma, sin ser expresada en imágenes; todo (o casi todo) se resuelve con el diálogo, tanto la relación con su enamorado Theodore, como con el resto de los protagonistas. Ni siquiera la toma de un cuerpo prestado (esa chica que se presta a intermediar entre Samantha y Theodore) es en realidad una encarnación del sistema operativo: es otro personaje más, no es Samantha. Y aquí reside la cuestión, aquí encontramos (a mi juicio) el gran error del filme, un error profundo sobre la concepción que tiene esta película de lo que es el cine, una visión equivocada de cuál es la esencia del arte cinematográfico, algo en lo que no cayó, ni mucho menos, Kubrick (sí don Roberto). De este error parte el hecho de que una historia tan interesante como la de “Her” se nos quede físicamente (visualmente, plásticamente, cinematográficamente en suma) corta, y como respondiendo al propio espíritu platónico de la historia de amor, colgada en ese mundo lejano e inaccesible de las ideas, sin terminar de descender al espacio terrenal, físico, espacio en el que toman cuerpo aquéllas para ser aprehendidas y disfrutadas plenamente por los mortales.
jokinr
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7 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra de Spike Jonze funciona como un verdadero reloj suizo. No falta ni sobra nada en esta apabullante obra maestra del siglo XXI. El director americana realiza un genial retrato sobre las relaciones humanas en la sociedad actual, centrándose en la incapacidad humana para conectar con otras personas, mostrándonos en su filme la terrible soledad que cada vez aísla más al ser humano.

Theodore trabaja en una empresa escribiendo cartas para otras personas, llevando una vida monótona y aburrida, provocada en parte por la reciente separación de su mujer. Por las noches recurre a chats eróticos para evadirse de su triste realidad. Todo cambia el día que adquiere un sistema operativo inteligente que le ayudará a organizar su trabajo, aunque poco a poco irá sintiendo algo muy especial hacia esa máquina con voz de mujer. Pero como en todas las historias de amor el trayecto no será sencillo para ninguno de los dos.

"Her" narra una de las relaciones amorosas más arrolladoras que se hayan contado jamás en el cine. Se observa en el filme una crítica profunda a las tecnologías que invaden nuestra vida, que cada vez más se inmiscuyen en nuestro interior, adentrándose en nuestra rutina de manera irremediable, haciéndonos perder la capacidad de relacionarnos con otras personas. Son muy significativos los planos por las calles de Los Ángeles donde cada personaje va mirando su dispositivo móvil sin relacionarse con seres humanos, tan sólo comunicándose mediante una pantalla. La impresionante y refinada estética acaba por atrapar al espectador en un ejercicio cinematográfico inolvidable.
Carli
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10 de enero de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada, hay un punto que habría que aclarar para poder continuar, y no es otro que el hecho de que en esta película, no es Theodore quien verdaderamente escribe cartas. Es Spike Jonze, quien lo hace en forma de película, sin remite, pero con destinatario.

De aquí, que el pilar fundamental de la película sea su guion y que este sea el que sostenga sus dos horas. Y es entendible que pueda parecer una duración algo mayor de la necesaria, pero personalmente, creo que se trata más de la forma de contar una historia, una película, que de exceder o alargar innecesariamente algo. Lo cual, iría más en línea con una tradición oriental de entender el arte audiovisual, que con la herencia occidental, enfocada a veces en la introducción-nudo-desenlace sin muchos rodeos.

Así, intuimos que ese destinatario que comentábamos, es Sofia Coppola, y la carta en realidad es una respuesta a ‘Lost in Translation’, otra película cargada de esa atmósfera que proviene desde el país del sol naciente. De ahí que la carta venga sin remite.

Con todo esto, nos adentramos en un mundo, ni muy cercano como para no sentirnos protegidos por esa distancia temporal, ni muy lejano como para no empatizar. Y es justo ahí, en esa intersección, donde Jonze nos atrapa con unos diálogos, unas imágenes y sonidos, que hacen que nos removamos, tanto en el asiento, como por dentro de nosotros mismos.

La película nos pone ante el espejo como individuos y como sociedad, nos pregunta quiénes somos, cómo entablamos relaciones y hasta qué punto somos sociales o nos sabemos comunicar entre nosotros. Nos plantea a quemarropa y sin titubeos, una de las preguntas esenciales en el pensamiento humano, ¿qué es la realidad?
Esta realidad tiene tantos puntos de vista como personas hay, pero también como pantallas haya, ya que en la actualidad las relaciones que entablamos con nuestros dispositivos, que usamos en nuestro día a día, podrían ser tan o más personales que las que tenemos cara a cara. Valga de ejemplo una relación emocional entre personas que vivan en diferentes países o que hayan pasado una cuarentena separados; al final esa relación sentimental acaba siendo ‘cara a pantalla’.

Y es ahí donde la película nos lleva. ¿Qué pasaría si detrás de la pantalla no hubiera un humano con sus neuronas y hormonas? ¿Y si lo que hubiera en realidad fuese una máquina sus bytes y algoritmos? ¿Entonces los sentimientos son reales o la realidad se siente? ¿Lo estamos haciendo bien como animales supuestamente sociales? ¿Preferimos escuchar o hablar? ¿Nos puede el egoísmo o la empatía? ¿Es mejor compartir soledad o tener soledad compartida?
Por lo que con todo esto, ¿hasta qué punto esta supuesta distopía nos plantea una verdad que ya existe o un futuro no muy lejano con una inteligencia artificial de voz seductora? Puede que nos plantee todas estas preguntas y alguna más.

Pero como comentaba al principio, 'her' no es más que un espejo en el que mirarnos, ver cómo interactuamos, con quién, cuánto, cómo y dónde estamos o somos, qué valor aportan a nuestras vidas todos esos diálogos y si ello suma o resta en nuestra vorágine urbanita.

Ante todas estas preguntas, vamos teniendo diferentes opciones a lo largo de la película. Pero al final no recibimos ninguna respuesta clara y concisa. La respuesta queda para que cada uno se la diga a sí mismo. Si quiere.



Y no podría faltar antes de cerrar, un pequeño gran reconocimiento a Arcade Fire en la banda sonora, que consigue que a lo largo de toda la película cada sonido venga con el acorde adecuado; a Hoyte Van Hoytema, que llena las escenas de imágenes y colores que por momentos parece una visita a un museo; y a las interpretaciones que con su ternura y cercanía, incluso sin verse, hacen sentir que esta historia no es la suya, es la de todos.
Por todo ello y como recomendación, esta película hay que verla en versión original y sin ‘perderse en la traducción’.
Licnobio
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19 de febrero de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pienso que en mis cortos 21 años he visto bastante cine (no tanto cómo me hubiera gustado) y jamás había visto una historia tan original con tanta frescura y que además se desarrollara con tanto cariño, ternura, emoción e incluso tristeza.

Spike Jonze suele demostrar que su cerebro va a otras revoluciones, es distinto, y aquí lo vuelve a demostrar. Una historia en un futuro distópico, donde el amor es frío y distante, el mundo ahora es un lugar donde contratas a gente para que escriba cartas de amor de tu parte. Esta película haría un buen tándem con "Langosta" de Yorgos Lanthimos, aunque no tengan realmente mucho que ver, pero son 2 versiones futuristas del amor realmente interesantes. En este contexto, un divorciado hundido en su tristeza (tremendo Joaquín Phoenix) se instala un sistema operativo (la voz de Scarlett Johansson le da una personalidad increíble que hace que una simple voz roce la forma corpórea) para combatir su soledad, un S.O que le acabará enamorando locamente.

La película funciona como un rayo, la puesta en escena me enamora con esos decorados tan perfectos y esa fotografía que roza al ojo humano. Spike Jonze en esta película te emociona, te conmueve, te saca sonrisas y te hace pensar, que es lo más importante.

Aparte de ser una historia de amor, Her lo es también una historia de ciencia ficción donde te pregunta hasta dónde va a llegar realmente la tecnología. ¿Qué futuro nos espera si sustituimos lo más humano por la tecnología? ¿Vamos a depender nuestra felicidad de la compañía de un sistema operativo? Spike nos cuenta qué la tecnología solo son herramientas, y si nos ayudan que sean para preocuparnos por lo realmente humano. Un S.O te podrá hacer tareas de una manera increíble, pero no podrás rozar su cara, sentir sus miradas ni verlo cada día de tu vida. La película de sci-fi más humana de todas.
Zaldivar Jr
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9 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que reconocer que la película me ha dejado pensando unos días después de haberla visto. Y eso siempre suele ser buena señal. La tenía pendiente desde hace tiempo, y al final la he podido ver con calma. Y con paciencia, porque el amigo Joachim, que hace una labor muy creíble, es insufrible. He andado tiempo pensando en ella porque me ha molestado su planteamiento en conjunto. De tan sensible que es Theo, me resulta muy cargante, o hasta tonto. Y para mí, esto estropea la película, porque tienes que andar con un tipo durante 2 horas con el que te tienes que armar de paciencia. Vive en un mundo ideal Sólo Scarlett mantiene el interés en lo que pasa.

Sí, lo que hace Theo es muy bonito. Sí, es un verso libre que mejora la vida de la gente. Redacta cartas muy bonitas y muy sensibles. Y sí, no me extraña que Rooney Mara le dejara plantado por pelmazo.

Y eso que soy un gran fan de películas de ciencia ficción... pero hay que echarle bastante paciencia. Blade Runner 2049 es mucho más valiente con Joy. Claro que se hizo 4 años después.

El mérito de Her es introducir la temática de las relaciones persona - persona virtual. Además se han ido a países asiáticos a disfrutar de arquitectura más vanguardista y entornos más futuristas, cosa que siempre enriquece la experiencia de una película de ciencia-ficción. La voz de Scarlett es una delicia. Esa voz rasgada que tiene por ser fumadora desde los 15 años le da credibilidad a Samantha, y le hace más humana. Lo hace muy bien, y cada vez que "aparece" en escena, enriquece la experiencia.

Pero... sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Deckard Runner
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