TÁR

Es malo, pero aun así soy más gracioso que esta película.

El nivel de circunspección en Tar is over nain zousand. Pero ta guay. Es decir, es la hostia aunque durante los primeros 40 minutos no sabes lo que está pasando y los últimos 10 son en plan “¡venga va!” Ta guay aunque de 100 nombres que dicen, 92 no sabes quién coño son, ta guay aunque se le podrían quitar 10 o 126 minutos, y ta guay aunque te quedas a verla solamente por las texturas: la de la luz, la de los materiales y la Cate Blanchett.

Aun así, no se le puede negar que posee la mejor cinematografía, la mejor dirección y, desde luego, la mejor interpretación de todas las nominadas. Cate Blanchett se sale de la pelleja primo, y no verla es desperdiciar la oportunidad de ver un rostro de esos que confluyen en en elegidísimos individuos durante una estrechísima franja temporal. Lo que no quita que apostaría 5 contra 1 a que te quedas sopa. Yo aguanté, porque soy un cinéfilo super sofisticado y todo esa mierda, ya tu sabeh.

Lo que te estoy intentando decir, es que es una película que aunque no te enteres de nada, le quites el sonido, o la veas boca abajo, es una delicia. Si ya entras en lo que te quiere contar, encontraras un argumento irreverente, políticamente incorrecto y nada maniqueo, que se siente más real que cualquier mierda que sueles ver en una pantalla, un argumento que logra que empatices con lo incorrecto, porque es humano e inevitable, un argumento lo más próximo al de una película de Kubrick que puedes ver a día de hoy.

Si toda esta mierda no te interesa, ponte los vengadores loco, que han sacado una hoy y otra la semana que viene.

No hay mucho que objetarle a Tar: bellísimas imágenes, bellísima música, profundos y acertados diálogos, magnífica interpretación de Cate Blanchett... ¿que más se puede pedir?. La verdad, no lo se. Se nota que en el tempo que Todd Field ha estado fuera de las pantallas ha perfilado perfectamente una historia en la que pocos detalles o ninguno se deja al azar, todo el engranaje rueda perfectamente en base a un personaje central que se debate entre la sublimación de la perfección y la sensibilidad y el ego, tan desmedido, tan básico, tan obvio que nubla lo primero.
La reflexión sobre el poder al servicio de las pasiones y lo que conlleva su ejercicio sin el control de una integridad y una moralidad predominantes, es brillante, como lo son buena parte de sus diálogos que definen bastante bien lo que es el personaje: por una parte carismático, talentoso, admirable. Y por otra manipulador, embustero, chantajista y tirano.
Poco que objetar a esta brillante historia: ¿quizás alguna escena que reincide sobre la naturaleza oscura del personaje está de más?, ¿quizás Blanchett está exagerada en algún momento?, ¿quizás el metraje es largo?. Todo ello sería opinable, pero también lo contrario. Por contra tiene muchos puntos superlativos como lo son esas miradas, esas medio conversaciones que colocan al espectador en la situación de adivinar algo que define a los personajes mejor que cualquier diálogo en el que se exponga directamente. Ahí, a mi juicio, también es sobresaliente.

Como es habitual en su cine, Todd Field nos entrega con “Tár” un análisis psicológico quirúrgico. Apoyado en una magistral Cate Blanchett, el guión penetra en la mente de una persona con dotes de genio, capaz de altísimos logros –en este caso en el campo de la dirección musical-, pero también incapaz de no manipular a los demás al servicio de sus propósitos y de sus instintos. Una película de milimétrica pulcritud y de ritmo tenso e implacable, como medida por un metrónomo.

Aunque no me gusta perderme ninguna de las películas que entran en la quiniela para los Oscars, había algo que me decía que ‘Tàr’ no iba a ser para mí. Nada en contra del argumento, era más una percepción global que me daba el film. Pero, claro, tanto encumbrar a su actriz principal hace cambiar de opinión a cualquiera y, finalmente, caí en la tentación para terminar descubriendo que mi sexto sentido para estas cosas nunca se equivoca.

En efecto, esta película no es para mi. Creo que tiene todas aquellas cosas que hacen que un film me caiga mal desde el minuto uno. Sin lugar a dudas, Cate Blanchett es el gran aliciente de una película a la que no la encuentro mucho sentido. Ella es el film, un auténtico espectáculo en forma de tornado que se lleva cualquier cosa por delante y que bien podría haber sido merecedora de otra estatuilla. En serio, ella es un auténtico espectáculo. ‘Tàr’, sin ella, no habría pasado de un film anecdotario.

El problema llega cuando rasco alrededor del relato que compone su director y me encuentro que la película se tambalea sin la figura de la poderosa actriz rubia. Tengo muchos problemas con su director Todd Field, cuyo sentido del ritmo es nulo y alarga innecesariamente secuencias con palabrería bastante vacía discursos vagos e inconclusos. El guionista se viene muy arriba en ciertos momentos creyendo Aaron Sorkin, pero no le llegan ni a la suela de los zapatos.

Por si fuera poco, el film tarda un auténtico horror en arrancar y cuando lo hace resulta que apenas queda media horita de metraje.

Que no, que no es para mí.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

Todd Field, profesional del mundo de la publicidad, cuyo anterior largometraje fue “Juegos secretos” (2006) ha escrito y dirigido este largometraje estadounidense que se ha estrenado en salas a finales de enero. La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la niña es un apoyo emocional importante para su madre en apuros.
Este es un drama adulto sin concesiones comerciales que habla del abuso del poder por encima de la cuestión de género aunque es significativo que el personaje principal sea una mujer y lesbiana. A medida que avanza el metraje vamos viendo cómo se va desestabilizando el entorno del personaje ficticio de Lydia, ya sea por su relación con una alumna o por una delicada cuestión del pasado y la película también da que pensar sobre la cultura de la cancelación. El director no juzga a su protagonista y deja que sea el espectador el que tenga su opinión sobre ella. Esta es una de esas propuestas de cine de autor con posibles lecturas y matices que en siguientes visionados puede enriquecer al espectador. Cabe señalar la fotografía grisácea a cargo de Florian Hoffmeister y la labor del montaje que en el último tramo parece un poco descontrolado. Pero por encima de todo está la excelsa interpretación de Cate Blanchett que desde la primera escena ya es creíble como directora de orquestra y hace quizás la mejor actuación de su carrera, bien acompañada de Nina Hoss como la violoncelista Sharon, Noémie Merlant como la asistente Francesca y la participación de Mark Strong. El director dijo que escribió el personaje de Lydia para Blanchett y que si ella no hubiera aceptado el papel no habría película pero quizás otra actriz que hubiera podido hacer este personaje sería Isabelle Huppert.
El film fue elegido en el top diez de mejores títulos del año por el American Film Institute, logró la triple corona a mejor largometraje por el National Board of Review, el Círculo de críticos de Nueva York y la asociación de críticos de Los Ángeles, ha estado presente durante la temporada de premios, obtuvo seis nominaciones a los Oscar incluyendo mejor película, director y guion original y desde que ganó la Copa Volpi a mejor actriz en el pasado festival de Venecia, no hay rival para Cate Blanchett como mejor actriz este año, ha ganado el Globo de oro, el Critic choice, el BAFTA y seguramente logre su tercer Oscar.

Valoración: 8
Lo mejor: la brillante interpretación de Cate Blanchett, ella es la película.
Lo peor: me dejó cierta sensación de frialdad.

https://josh-cine.blogspot.com/