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Los señores del acero

Aventuras Europa Occidental, principios del siglo XVI. Una banda de mercenarios que se dedica al pillaje y está encabezada por el soldado Martin, pretende robar a Arnolfini, su anterior señor feudal. Para ello Martin forma un ejército con el dinero conseguido del robo de reliquias. Después de secuestrar a la hijastra de Arnolfini, la princesa Agnes, la salva de ser violada y ésta le promete amor eterno. (FILMAFFINITY)
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Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
25 de noviembre de 2020
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Saquear, violar y matar. Si te apetece ver a una panda de mercenarios guiados por San Martín dando por saco a todo el mundo que se le cruza, esta es tu película. Muestra la parte más oscura de la edad media de forma muy explicita mediante unos personajes totalmente carentes de moral. La película técnicamente es más que correcta. El guión es bueno, el vestuario y las localizaciones son realistas, la banda sonora añade dramatismo y ayuda ensalzar el ambiente medieval y las actuaciones son correctas. Aunque para los más exigentes puede haber algún anacronismo y la representación de la peste parece más propia del virus de 'The walking dead', para los que solo queremos disfrutar de una película entretenida y no somos expertos en historia estamos ante una película que cumple con creces. Muy recomendable.
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Mankuku
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13 de abril de 2023
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Por praderas cubiertas de sangre los mercenarios trotan bribones guiados por su codicia interpretada como señal divina, contra señores y princesas que son bien abiertos en canal, bien violadas en grupo, y los perros se arrastran por los campos transportando la peste negra, que a todos llega.
La lejana Edad Media tal como era. La tierra de las miserias.

Esa tierra es precisamente la que iba a cruzar, y descalzo, Paul Verhoeven cuando, en un acto de audacia impulsado por su esposa, decidió ir más allá de los límites nacionales y probar suerte en productoras norteamericanas, lo que pudo llevar a cabo gracias a cosas como "Eric, Oficial de la Reina" y su reciente "El Cuarto Hombre". Y fue a parar a Orion Pictures sin un conocimiento auténtico de los gustos al otro lado del charco, ni de la complejidad de la financiación y los negocios según EE.UU.; él, novato en todo esto, propone, junto a su colaborador Gerard Soeteman, una idea rescatada de una época temprana de su carrera.
En concreto cuando logró destacar en la televisión holandesa a finales de los '60 con la cara producción "Floris"; los señores ejecutivos le exigieron entonces que al argumento ya escrito era necesario añadirle un incentivo para atraer al público: un romance, lo que hizo desmoronarse su entusiasmo en un abrir y cerrar de ojos. Esto fue sólo la punta del iceberg de una filmación desastrosa a lo largo y ancho de España utilizando un equipo multilingüe incapaz de entenderse; problemas de presupuesto, de disciplina, de clima, de programación, terminaron dándole al cineasta la peor experiencia profesional de toda su vida.

Quizás tal ambiente de insatisfacción, de caos descontrolado, es lo que da a su película de aventuras y caballería ese toque tan particular del que no gozaban otras de la época...y es que desde las primeras secuencias de "Flesh+Blood", ansía por presentarnos, sin medias tintas, sin concesiones, lo que debe ser el medievo. En plena batalla de un 1.501 algo aberrante, para oler la sangre sobre el barro y deleitarnos con el movimiento de espadas brillando bajo el tórrido sol, las tropas de Arnolfini, compuestas en su mayoría por mercenarios y campesinos, se precipitan contra los muros de un señor que le había robado sus tierras.
El espectáculo deja clara la habilidad del holandés para las escenas de acción épicas con miles de extras, algo que jamás había hecho; el giro viene dado por su terrible visión de las cosas, haciendo de signos de mala fortuna unos harapos colgando de una alameda en forma de horca y la herida de muerte sufrida por una monja. La desgracia avisa de su llegada y empieza sucediendo con el cambio de parecer del rey que comandaba a esos soldados de prestado. Rutger Hauer, junto a su inseparable Brion James y los buenos Simón Andreu, Susan Tyrrell y Ronald Lacey, regresa a los brazos de Verhoeven para encarnar a un guerrero sin trazas de héroe.

La razón es la siguiente: éste no quiere héroes, no confía en su existencia, ni en las rendiciones gloriosas, y tanto nobles como campesinos no tardan en hacer gala de su peor condición humana que aquí se hunde en el barro con los gusanos. Desterrados los guerreros, se alzarán en venganza contra su capitán utilizando como guía la imagen de madera de un homólogo mártir del protagonista, San Martín. Nótese la miseria de estos personajes cuando el cardenal, tras la blasfemia de uno de sus compañeros, atraviesa su pecho pues cree que así cumple la voluntad divina. Y así sólo se cumple la estupidez humana.
El tropiezo del guión viene por la exigencia de Orion de una presencia femenina; Verhoeven no puede expandir su historia de amistad traicionada entre dos capitanes, debe colar un romance...y sucederá, pero a su manera. Es ese espíritu transgresor y audaz lo que hace de "Flesh+Blood" algo tan especial, tan desquiciadamente fascinante, empezando por la desmitificación de arquetipos: Hawkwood podría ser un capitán preocupado de sus tropas, pero prefiere el beneficio personal; Steven podría ser el inocente hijo del rey, pero es tan infame como su padre o más; la princesa a la que da vida Jennifer J. Leigh no es una dama refinada, sino una caprichosa lujuriosa con especial destreza para la manipulación.

Por último, Martín podría haber sido el clásico bribón simpático, otro "Temible Burlón", pero no fue así y ello causó serios roces en la relación entre el actor y el realizador, pues el primero estaba harto de interpretar villanos.
El segundo ganó y el personaje es la viva imagen del cinismo oportunista, un tipo ambicioso y sin escrúpulos que juega con su apariencia de héroe apuesto.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Así que no hay romance de fantasía ni cuento de hadas; aquí el holandés le corta la cabeza a las hadas, las moja en vino y se las lanza a los perros sarnosos. Esta visión tan amarga, ultraviolenta, pesimista y negra del género le costó más de un disgusto, empezando con el desconcierto de Orion, que no sabían qué hacer con aquello. Promocionada de manera muy limitada, "Flesh+Blood" no hizo dinero ni para amortizar el presupuesto, quedando por siempre como una de los fracasos más infames de todos los tiempos, si bien hoy ascendida a película de culto.
Aquél, aprendiendo de su error como muchos europeos que no tuvieron un buen comienzo en la industria norteamericana, se tomaría las cosas con más calma y estudiaría con más tino el mercado al cual pensaba dirigirse en un futuro. El resultado habla por sí solo en su siguiente trabajo; pero él y Hauer jamás volverían a trabajar juntos...
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Chris Jiménez
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24 de julio de 2023
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Fallida por todos lados, a pesar de proponer una época histórica poco tratada en el cine, a pesar de la suma importancia que las guerras del Renacimiento tuvieron en Europa, y especialmente en Italia, donde España, Francia y las Naciones italianas guerrearon sin fin en lo que fue el preámbulo de la guerra moderna.
El primer fallo de esta cinta es un comienzo deslavazado con una fecha: 1501, pero no se nos dice dónde ni en qué contexto.
Luego es un ir y venir sin sentido, como pollos sin cabeza, con situaciones tan imposibles como irreales.
Me parece muy interesante ver desnuda a J.J. Leigh, así como el tono de sexualidad y violencia que rebosa la película, ciertamente del modo en que aquéllas guerras se manejaron, con grandes contingentes de tropas mercenarias desplazadas, con ansias de violar, robar y matar.
Rutger Hauer, como siempre, está sensacional, y por ello también le daré otro punto extra más.
Se rodó en España.
p1471789
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14 de septiembre de 2023
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El título original, "Carne + Sangre", es más adecuado que "Los señores del acero". Porque el título en español da a entender que es una aventura épica. Un viaje donde el protagonista se encuentra a desafíos y finalmente queda como un héroe. Nada que ver con la realidad...

La película más bien es una muestra de lo primitivos y salvajes que eran los seres humanos en otra época. Abandonados a sus bajas pasiones, sin dudar en traicionar y matar para robar para comer o para obtener riquezas. Sin piedad para ningún otro ser humano. Esperaba algo más elevado de Verhoeven, sinceramente.

Jennifer Jason Leigh tiene varios desnudos integrales en este film (lo cual es habitual a lo largo de su carrera, dicho sea de paso).
echulin
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24 de mayo de 2024
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Rodada íntegramente en España, en las localizaciones de Belmonte y Cuenca (Castilla-La Mancha); Cáceres (Extremadura) y Ávila (Castilla León), Paul Verhoeven nos trajo bajo su sello personal un contraste con las típicas películas de aventuras e históricas del momento, al mostrar una violencia y erotismo demasiado explícito, tanto que tuvo varias escenas prohibidas en partes de América y Europa.

Lo que el director quiso hacer es una película estilo fantasía épica, de guerreros, espadas y princesas; pero ambientada en una época ¨real¨. Esto trajo confusión al público y a la crítica del momento. "Los señores del acero" aka "Flesh + Blood" es un retrato descarnado y primitivo de la edad moderna. Un entretenido film sin tapujos demasiado pesimista para el espectador ocasional y difícilmente entendible hasta para 1985.

Rutger Hauer que venía de "Blade Runner" con aires de grandeza, encarna al lider de una banda de mercenarios que se dedica al pillaje. Esta banda, con personajes que no puedes empatizar con ninguno, se verá envuelta en un guión del montón con diálogos a la altura de una serie B. Lo que eleva al film por encima de otras, es un despliegue de medios bastante bueno para la época, música de epopeya y fotografía excelente de las localizaciones previamente mencionadas.

Como adolescente en los 80's encontrarse con un film así debió ser una joya y entiendo su status de culto. Es ampliamente disfrutable para un tarde sin mucho que hacer, aparte de ser un producto muy alejado del toque comercial y con la particular visión de Verhoeven, que posteriormente del film, entraría ya a Hollywood a rodar las que todos sabemos, perdiendo en el camino la amistad con Rutger Hauer en el transcurso del rodaje de este film, que según dicen las malas lenguas, el reparto parecía realmente la banda que interpretan.

Para ver y revisionar, e incluso tenerla en una estantería. Una joya de los 80's que ha envejecido relativamente bien y que se recordará mucho mejor de lo que es con el paso del tiempo. Castillos, sadismo, violencia y luchas con espadas. No se puede pedir más.
Vampiro
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