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El poder del perro

Western. Drama Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
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Críticas 196
Críticas ordenadas por utilidad
12 de marzo de 2022
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante película, en la que se percibe que existen grandes tensiones contenidas, pero que nunca llegan a explotar.

Uno espera que suceda algo, a lo que ayuda la inquietante banda sonora, pero realmente la historia se queda prácticamente en nada, por lo que uno tiene la sensación de haber perdido dos horas (que se hacen bastante largas).

Supongo que el film tiene serias opciones en los Oscars más que nada por su visión crítica de la masculinidad y estar dirigida por una mujer, pero para el espectador medio que lo que quiere es simplemente disfrutar de buen cine, será una decepción. Dudo que en muy pocos años alguien se acuerde de esta película.
Ottis B Driftwood
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17 de diciembre de 2021
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia se diluye en la nada.
Los personajes parecen ser algo pero no se sabe qué.
A la tensión dramática se la supone, o mejor, puedes imaginarla si pones algo de tu parte

Bonita fotografía, eso sí, pero a estas alturas de la cinematografía, uno espera algo más. Uno no va a ver una película porque salen en pantalla imágenes más o menos bucólicas de una naturaleza más o menos salvaje.

Al principio te niegas a aburrirte porque estás en continua espera del clímax dramático que tanto se anuncia con el discurrir lento y crispado de las escenas. Y al final te quedas frustrado cuando todo acaba en puntos suspensivos, cuando no acabas de entender el objetivo de la narración, qué pretenden unos y otros y qué les mueve o les condiciona a comportarse como lo hacen.
Puedes jugar a imaginártelo y a hacer suposiciones sobre homosexualidades reprimidas o mal resueltas. Pero no puedes esperar que una cita bíblica en el último segundo disipe toda la bruma en que se mueve la película.
Jobo
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3 de enero de 2022
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me ha parecido una película demasiado lenta. Te pasas dos horas esperando que pase algo violento, un desencadenante de la acción típica de un western, pero nunca termina de llegar. Así la película se llega a hacer soporífera. Tanto que cuando llega el desenlace, ya no estás ni prestando atención.

No es mala película, y el guión tiene sentido. De hecho probablemente sea una historia más verosímil que cualquier otro western que hayas visto, pero... no es lo que uno espera cuando decide ver una película de vaqueros. A toro pasado ves que es una película de Netflix y australiana, y te das cuenta del error.
echulin
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11 de enero de 2022
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama ambientado en Montana en 1925, que no western aunque estemos en un rancho que se dedica a la explotación de ganado, monten a caballo los vaqueros, etc.
El título de la cinta alude crípticamente a cierto salmo bíblico, aunque también podría ser a la forma de perro que algunos ven en las montañas que rodean el rancho, "Debe haber algo allá. -Si no puedes verlo no está".
Interpretaciones aparte, nos encontramos con los hermanos Burbank, George (Plemons), taciturno, pacífico, pulcro, sosegado, vamos como un auténtico perro pachón, mientras Phil (Cumberbatch) se muestra culto, desaseado, irascible y violento como un perro de presa.
El drama se desencadena cuando George se casa, más por evitar la soledad que por amor, con la viuda Rose Gordon (Dunst) que regenta una especie de hotel con su amanerado hijo Peter (Smith-McPhee) calzado siempre con sus maripís blancos. Llama la atención que no hay ni una sola escena amorosa en el matrimonio, solo alguna lagrimita de emoción.
Y se acabaron los personajes. El resto es fondo decorativo, lo mismo que las alusiones al suicida Dr. Gordon o a un tal Bronco Henry, por cuya memoria parecen sentir cierta veneración los hermanos Burbank. Evocaciones que debieron tener su importancia en la novela de donde se toma la trama, pero que cinematográficamente sobran en una cinta de desmesurada largura. A no ser, claro, que se busque desorientar premeditadamente al espectador.
El excesivo peso literario lastra un guion complicado y hermético que deja sin explicar saltos incomprensibles como el repentino alcoholismo de Rose o el fulminante cambio de Phil respecto a Peter que pasa de perseguirlo y humillarlo a tratar de ser el padre que nunca tuvo, al final resulta "Perro ladrador, poco mordedor". Por no hablar de la "desaparición" de George en casi toda la segunda parte que hace un poco la de "El perro del hortelano".
Inmejorables los aspectos técnicos de la película. Paisajes, fotografía, color, música, sonido, ambientación de interiores y exteriores, vestuario, etc. Nada que discutir en esta parte.
Los aspectos sanitarios juegan en esta ocasión un papel notable. Por ejemplo la profesión medica del padre de Peter, vocación que continúa con él pues estudia en la Facultad de Medicina y aprovecha las vacaciones para diseccionar animales o recoger plantas. También la omnipresencia del alcoholismo o el baño de barro que realiza en cierto momento Phil para desmentir su presunto desaseo.
Mayor protagonismo, sin embargo, ocupa la peligrosa zoonosis del carbunco o ántrax maligno, enfermedad contagiosa, aguda y grave causada por la bacteria Bacillus anthracis que se encuentra en el suelo de los pastos y otros lugares frecuentados por el ganado. Mientras el carbunco cutáneo es de baja mortalidad, el pulmonar que se contrae al inhalar las esporas es letal casi siempre. En el hombre es más frecuente el cutáneo por contacto con animales infectados o con sus productos contaminados (pellejo, lana o sangre), mucho más raro es el pulmonar o la transmisión de persona a persona.
En la película vemos que los vaqueros conocen perfectamente la peligrosidad de la enfermedad y evitan tocar o manipular los animales muertos de carbunco. De ahí la astucia criminal de Peter, "Muerto el perro se acabó la rabia", que recuerda en cierto modo a la de Norman (Perkins) en "Psicosis". Por cierto, también corre sus riesgos cuando recibe las caricias de su víctima.
De todas formas la cinta es lenta y aburre por momentos. Sobran escenas y falta dinamismo. Resulta muy larga y, encima, se explican mal algunas partes de la trama.
Sin embargo el mayor lastre para nosotros es el guiño gratuito e interesado al influyente mundo homosexual sin venir mucho a cuento.
Dejando claro que en realidad se trata de un drama ambientado en el Oeste, nunca de un western, la película se queda en pasable. No compartimos en absoluto las críticas supercerolimitifláuticas de los profesionales. A otro perro con ese hueso.
Lafuente Estefanía
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23 de abril de 2022
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es otro ejemplo claro del profundo divorcio que existe entre la crítica especializada y el gran público. En la primera, "El poder del perro" ha sido colmada de aplausos y premios: doce nominaciones a los Oscars, tres Globos de Oro, dos premios BAFTA, León de Plata en Venecia y suma y sigue. Pero luego, a nivel de calle, un tostón insoportable para el común. ¿Por qué sucede esto? ¿Somos más tontos y ellos más inteligentes? ¿Están comprados? ¿Corporativismo? Nada de esto, simplemente que tienen otra mentalidad y buscan en el cine algo diferente, a menudo relacionado con cuestiones ideológicas progresistas (deconstrucción del género y masculinidad tóxica en este largometraje). El gafapastismo de toda la vida. Yo lo comparo con el arte moderno. Mientras tú y yo valoramos la pintura figurativa, ellos se pirran por la no figurativa. Así, un churrete, un punto y una raya, es para el gafapasta moderno una obra de arte. Sí, así son las cosas.

Dicho esto, nos trasladamos a la Montana, Estados Unidos, de 1925, para seguir la vida cotidiana de unos rudos cowboys del oeste, según la novela homónima publicada en 1967 por Thomas Savage. Claro, lo de Montana es un decir ya que se ve claramente nada más comenzar que es cualquier otro sitio que ese estado. En efecto, se ha rodado en Nueva Zelanda. Sea como fuere, la película tiene un buen reparto y un aspecto técnico bastante cuidado, dirección, montaje y fotografía sobre todo. Sin embargo, se muestra irritantemente lenta, está llena de puntos muertos y su trama es de una pobreza espantosa. En definitiva, estás esperando que suceda algo pero nunca pasa nada y al cabo de media hora estás bostezando. Peor aún es que el guión ignora los elementos relevantes de tal forma que la evolución dramática y la psicología de los personajes ni existe ni se comprende, por lo que queda todo muy brusco. Además, una gran amoralidad que se ve bien.
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