The Lords of Salem

Siempre ha sido Rob Zombie un director especialmente dotado para las imágenes turbadoras y las historias que golpean al espectador, en todas anteriores películas, por muy malas que fuesen (como los remakes de "Halloween") siempre escondían momentos estimulantes, sobre todo en lo que correspondía a la narración o a la capacidad de crear imágenes que hacen que el espectador se sienta realmente incomodo. Curiosamente "The Lords of Salem" es la obra menos salvaje de Rob Zombie pero al mismo tiempo es la mas madura. Rob Zombie, con este falso remake de "La semilla del diablo" ha dejado de ser un director especialmente dotado y ha pasado a ser un autor. Lo malo es cuando Rob Zombie se cree Kubrick y ciertas escenas carecen de sentido dentro de la película, pero cuando las imágenes turbadoras aparecen de repente en esta historia de brujas, la cosa funciona mas que bien. A pesar de que Sheri Moon Zombie no este especialmente dotada para soportar el peso de una película así sobre sus hombros, está rodeada de un espectacular plantel de secundarios que te hacen añorar cuando las películas eran patrimonio de los actores y no de los efectos especiales. Por momentos Rob Zombie en "The Lords of Salem" parece John Carpenter, en otros momentos parece un émulo de un desafortunado Kubick y en otros momentos la película avanza con la sobriedad narrativa de Polanski. Y este refrito de todo es realmente estimulante, una película que posiblemente decepcione a los seguidores del Rob Zombie mas sangriento y con toda seguridad sorprenderá negativamente a los espectadores habituados a narrativas mas clásicas. Pero "The Lords Of Salem", con todos sus defectos, es una de las películas mas interesantes que el cine fantástico (esto no es terror, es cine fantástico) nos ha dado en los últimos años. Un soplo de aire fresco al género servido con instrumentos de la vieja escuela. Totalmente recomendable a degustadores de rarezas y amantes de los experimentos que salen bien (aunque no dejan de ser experimentos).

Un gran porcentaje de las historias de miedo son bastante surealistas y fantasiosas, pero para ello se tienen que ganar al espectador de alguna manera, como por ejemplo con una historia que, aunque poco creible quizás, sea algo entretenida. Y ésta realmente no es que pueda presumir de tenerla porque además de ser una historia estúpida es también bastante aburrida. Lo único que sí consigue es tener esa atmósfera tenebrosa y cargada de mucha tensión, pero nada más.

The lords of Salem es, en teoría, una película de terror. Sin embargo, consiste más en un ejercicio de surrealismo absoluto con marca de autor en cada décima de segundo.

Rob Zombie dirige su mejor película. Que sea la mejor del director no significa que sea buena. De hecho, es una castaña como un piano. Zombie escribe y dirige una copia surrealista y "zombificada" de Rosemary's Baby. Las señas del amigo Rob están por todas partes: abrumador abuso de la cámara lenta, mareante hilo musical, planos descerebrados, homenajes a los clásicos, homenajes a sí mismo y, sobre todo, mucha cosa rara indescriptible para el humano común. Que Zombie tiene estilo es innegable, pero que su estilo es una mierda es algo que sí puede entrar a debate. En The lords of Salem, el tipo nos presenta una historia que va de intimista cuando, en realidad, es un ejercicio de extravagancia bastante deplorable que trata, en cada imagen, de llamar la atención como si el mundo terminara mañana. Aceptando que esa es, en parte, una porción de su premisa, hay que decir que el tipo se queda corto en eso de angustiar al personal y, si hablamos de lo que son los sustos puros y duros, no puede uno sino escribir que las carcajadas, cuando debía apretarse el ojete, han resonado en varias manzanas a la redonda.

Sheri Moon Zombie es, en The lords of Salem, uno de los mayores esperpentos que ha visto quien escribe estas líneas en una película. No hay nada en ella que resulte mínimamente eficaz. Nada. Todo está de más. Ella está de más. La película está de más, en realidad, pero eso es algo que no corresponde a este párrafo. Bruce Davison es, sin lugar a dudas, el mejor del reparto, siendo el único que aporta seriedad y credibilidad a su personaje. El trío formado por Patricia Quinn, Dee Wallace y Judy Geeson es de esos que repelen, de los que cuesta de ver porque sus interpretaciones te empujan fuera de la pantalla. Además, tienen que representar varias "coreografías" en la película y su coordinación es la misma que pueda conseguirse con un sapo, un mono tití y una olla para hacer puchero.

Resumiendo: The lords of Salem es una castaña, pese a ser lo mejor que ha hecho, a nivel cinematográfico, ese auténtico descalabro técnico y artístico que es Rob Zombie. La película busca su propio simbolismo durante 100 minutos, persigue la ansiedad del espectador y trata de lograr una empatía que no llega. The lords of Salem es una mala manera de invertir 100 minutos.

Película extrañamente lenta, pausada, para lo que es el género de terror últimamente, pudiendo resultar un poco pesada en algún momento, aunque dentro de una pesadez que podría resultar parte de la propia película. Se podría decir que es una rara-avis dentro del género en los últimos tiempos donde todo se basa en lo inmediato, efectos especiales, sustos… También se podría decir que está hecha de manera artesanal, lo que le da un toque romántico, recordando a las películas de los años 70 y 80, me viene a la cabeza La semilla del Diablo por ejemplo. Las interpretaciones son correctas, algo limitadas en algún caso, como los presentadores del programa de radio, y la protagonista tampoco es gran cosa, aunque llega a lo que se le pide. Quizás las mejores interpretaciones sean las de las tres hermanas. Creo que la película transmite mucho más por medio de las imágenes, me parece muy visual, y por el ambiente o atmósfera que crea la música, a mi entender muy lograda. El guión no es que sea demasiado original, aunque está bien trazado, algo básico quizás, y la dirección me parece bastante buena para lo limitado, como ya he comentado, de la capacidad interpretativa de algunos actores, aunque desata todo su esplendor en la producción. La fotografía también me parece brillante, hace que te introduzcas en las escenas y vivas un poco dentro de la película en algún momento.
Se podría decir, en conclusión, que es una película con sabor añejo, que te hipnotiza visualmente, te atrae y seduce hasta el final.

Es de ese tipo de propuestas en el que la inquietante y misteriosa atmósfera se origina de menor a mayor frecuencia. Sus aciertos son iguales a sus excesos. Tanto en lo visual como en lo melódico, la película se vuelve hipnótica. Y al mismo tiempo, demasiado explícita, y efectista por momentos, con algún que otro golpe de sonido. Siempre es mejor sugerir que mostrar. Rob Zombie en ocasiones acierta, en otras se sobrepasa.

Lo citado anteriormente, no evita que sea una segura recomendación, sobre todo, para los adoradores de la temática de la brujería.