Los bingueros

Esta es una de esas películas que debería de ver todo el mundo al que le guste el cine español. Marcaron un antes y un después en nuestro cine. Película muy graciosa, grandes actores y muy entretenida.

Esta película forma parte de un selecto grupo de cintas con las que ha quedado plasmado para siempre el espíritu de la España de los años 70 y 80. Esteso, Pajares, Ozores e incluso ellos mimos protagonizando peliculas de otro corte (como las humorísticas adaptaciones al cine de los cómics 'Makinavaja' y 'Mortadelo y Filemón') forman ya parte de un retrato tan divertido como real: el de un país de pícaros buscavidas aprendices de casi todo que aspiraban a entrar en Europa con un buen puñado de chistes con los que decorar un traje hortera de cuyo bolsillo colgaba un chorizo.

Esto es lo que fuimos, y no solo el cine nos lo muestra. Basta con echar un ojo a las fotografías de nuestra infancia para darnos cuenta de que aquello fue tan real como único, para concluir que quizás haga falta homenajear de vez en cuando a aquellas épocas con el pase de uno de estos títulos de cabecera cañí.

Se suele tratar con mucho desprecio la comedia cinematográfica española más popular, viendo en ella sólo un documento sociológico, como si todo lo demás no valiese nada, pero creo que estos desprecios no son justos con una película como "Los bingueros", en la que Andrés Pajares y Fernando Esteso forman una grandísima pareja cómica, y, además, están más contenidos que en otras películas. Es una comedia que tiene mucho de tebeo disparatado y que nos cuenta una aventura en la que dos españoles tratan de modernizarse ante el nuevo panorama de la legalización del juego en la España de la Transición. Sin embargo, fracasan y hacen el ridículo en el intento. Son víctimas, y lo son tanto cuando van de conquistadores con las mujeres -en la secuencia del apartamento al que van a hacer el amor con dos empleadas de un bingo y se acaban topando con un homosexual y una embarazada que en realidad es un travesti- como cuando ellos mismos se disfrazan de mujeres, y dos viejos les meten mano en el bingo. Frente a su torpeza, sus respectivas parejas, y sus respectivos hijos, son mucho más inteligentes. Ah, y la banda sonora es impagable.

A la manera del magnifico Dostoyevski, esta fabula moral nos habla de los peligros del juego, de lo maravilloso que es la posibilidad de hacernos ricos gracias a las tiradas del azar, pero también nos muestra su lado más pernicioso, las deudas, el vicio, la condena, el hombre que pierde a su casa y a sus hijos en una partida de cartas.
Por supuesto, en contraste con la gravedad del ruso, aquí nos encontramos ante una simpática comedieta del tandem Pajares - Esteso, el dream team del cine español cómico. Cada uno por sus propias razones, terminan los dos enredados en el bendito juego, intentando desentrañar los misterios de la suerte mientras se ven envueltos en trepidantes aventuras con mujeres ligeras de ropa, duros acreedores y dedos momificados.

Si quieres ver un cine auténtico, sin moralinas absurdas, sin cuotas impuestas y sin "colectivos" metidos sin calzador ésta es tu película.

No ganará premios, pero es cine del pueblo, del currela, de la España que madrugamos. Es cine de los que hacemos la quiniela, de los que miramos a la vecina con ojos libidinosos, de los que huimos del cine impuesto.

Pajares y Esteso son dos personas comunes, dos currelas como los que nos declaramos amantes de sus películas. Ahí está la gracia, da mucho más de lo que promete entre la risa abierta y la carcajada.

Chistes, gags, y una trama bastante absurda que nos hará olvidar nuestro día a día y pasar un buen rato. Olvidemos el drama del cine actual y regresemos a lo que no debió cambiar.