Las verdes praderas

Ligera comedia española sobre un ejecutivo humilde llamado José, y su convencional familia; quienes viajan un fin de semana al chalet en la sierra para pasar un momento de tranquilidad, pero el trabajo, su círculo social, y su propio cuestionamiento de las metas y objetivos de la vida, le impedirá mantener la paz y la armonía con el mundo. Comedia muy interesante y divertida, que no es más que una perfecta descripción y reflexión de la “rutina” y como puede llegar a no satisfacer la vida de un hombre exitoso; la monotonía que se vive luego de haber conseguido todas las metas propuestas, un buen trabajo, una excelente esposa, hijos sanos, carro, casa y chalet propios. Sin embargo la película se limita en su mayor parte a fotografiar una serie de situaciones comunes y fuera de contexto; y ya solo al final expresa el vacío existencial de una familia vencida por la rutina.. Interesante comedia española

El director José Luis Garci, más conocido muchas veces por sus programas televisivos intentando rescatar clásicos olvidados que por su cine, nos deja aquí un retrato preciso de la sociedad trabajadora de la transición (no todo va a estar relacionado con la política, el país seguía funcionando).

¿Puede un sueño convertirse una realidad?¿Es un sueño lo que queremos o una imposición de la sociedad?¿Debemos estar siempre pensando en aparentar¿?Cuándo disfrutamos?¿Es el trabajo lo más importante?

No podemos considerar que aquí vemos la crisis de los cuarenta de un matrimonio medio. Vemos mucho más. Nos hace replantearnos nuestra vida. Nuestras decisiones, nuestros ambientes y nuestras preferencias. Todo. Y para una película tan sencilla como esta, se ve que es perfecta. Cuando la sencillez deja paso a la grandeza.

No quisiera dejar de recomendar esta película sin hablaros de la gran pareja que forman Alfredo Landa y María Casanova. Si han visto "El Crack" sabrán que son una pareja perfecta en la gran pantalla. Pero ni en "El Crack" ni en "El Crack 2" ni siquiera en "Las Autonosuyas" esta pareja ha estado tan bien como en esta película. Juntos son uno. Y un gran actor de los que pocas veces se ven.

No sé si mi reseña les hará ver o no la película, pero así lo espero y deseo.

Crónica costumbrista del Madrid de finales de los setenta. Los personajes protagonistas (interpretados correctamente por Alfredo Landa y María Casanova) sienten la insatisfacción vital que ya los romanos conocieron como "tedium vitae", y que los coetáneos llamaban stress o depresión, (hoy quizá entraría en juego el mobbing o acoso laboral). Bien realizada, interesante, pero...

Cualquier espectador actual de menos de 40 años, con sueldos bajos, títulos universitarios que no valen gran cosa, obligado a residir en viviendas de alquiler caras y mediocres, cuando no en habitaciones, sin expectativas de mejorar ni sus condiciones laborales ni vitales, con matrimonios (si llegan) pronto condenados a la separación o el divorcio en no pocos casos, con hijos (si los hay) en escaso número, y me temo que no tan simpáticos como los de la película, tiene que sentir una justificada nostalgia de los protagonistas y su modo de vida (segunda vivienda, coche de moda, marido-mujer bastante armónicos e hijos agradables...). Cómo cambian los tiempos...

José Luis Garci es un director español de bandera, de lo mejor que tenemos y hemos tenido. A algunos les gustará más y a otros menos, pero Garci es lo que podríamos denominar un “hombre-cine”, alguien que mamó, estudió el cine, que lo entiende hasta la médula y que además lo realiza y lo escribe de maravillas. No en vano el primer gran Oscar de nuestra cinematografía vino de su mano (“Volver a empezar”, 1982).

Pues bien, dicho esto, esta es una cinta de 1979 yo particularmente la considero una de sus mejores obras. Una película, cuyo guión escrito junto a José María González Sinde retrata una época de nuestra historia (la española), cuando el sueño dorado de aquellos postreros setenta en Madrid era tener una parcela en la sierra con un chalet para el disfrute de la familia en su (justo ahora que ciertas casas de campo han salido a la palestra política: nada nuevo bajo el sol).

El protagonista es un currante en toda regla, un publicista ingenioso y de éxito que va en pos de ese sueño del chalet serrano. Lo interpreta con una maestría brutal Alfredo Landa (merece especial mención también María Casanova, actriz fetiche de Jose Luis Garci).

En fin, hete aquí que el hombre empieza a tomar conciencia ya finalizando la cinta y tras 90 minutos de costumbrismo muy a la medida Garci (nuestro director retrata, con la precisión de un sociólogo el núcleo de la familia española de finales de los años ’70); digo, en las postrimerías de la historia, este hombre trabajador incansable descubre que no ha hecho más de deslomarse, soñar y montarse ilusiones y anhelos con una maldita casa (por cierto bastante hortera) que no hace sino traerle todo tipo de inconvenientes, malestar, vacío y sumirlo en un mundo rutinario de obligaciones, alienante, y que ese, digamos ‘triunfo’, pues así se consideraba lo de poseer esa casa, no era más que un artificio, un bulo que le había llevado al hartazgo y al vacío en la vida.

Es, pues, una lúcida deconstrucción de eso que se califica como un ‘triunfo en la vida”. Excelente película que concluye en una buena apuesta por la nostalgia y la emotividad bien entendidas. No hay que perderse el final.

Reconozco que está bien rodada, con detalles de cinéfilo empedernido, como largos travelings o dejar la cámara fija mirando a la casa mientras se oye una conversación trivial de marido y mujer. También la fotografía es buena y es interesante retrospectivamente para ver cómo estaba de tranquila la sierra de Madrid.
Pero la historia es monótona y previsible durante más de una hora, arreglándose algo hacia el final en los diálogos. Demasiado tiempo esperando a que pase algo y lo que pasa es...inverosímil.
Landa bien pero le quedaba un poco de landismo. Él declaró que era su mejor interpretación, pero estaba mucho mejor, por ejemplo en El Crack 2 y todavía más, ya de mayor, como en La luz prodigiosa.
Todos los actores y actrices cumplen con su papel, más o menos tópico, como el de la suegra. Por ahí bien; es la trama la que resulta un tanto chusca.
La música, clásica, muy buena claro, pero pega poco con una peli costumbrista.