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Rep. Dominicana Viva la libertad
2.841
Drama
Enrico Oliveri, secretario del principal partido de la oposición, pierde apoyos y entra en crisis. Tras ser duramente criticado en un mitin, abandona sus compromisos y responsabilidades y se refugia en Francia, en casa de una amiga. Su ayudante, intenta salir del apuro sustituyéndolo por su hermano gemelo, un enfermo bipolar recién salido del psiquiátrico. El experimento resulta ser un acierto porque el electorado recupera la confianza ... [+]
21 de enero de 2023
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Para empezar no sé cómo pueden decir que es una comedia. No hace reír. La idea es buena, pero viendo el cartel con las dos caras de Servillo creo no ser el único que confiaba en que el sustituto fuera tronchante y más si padecía de bipolaridad. Algo en la línea de Moncho Borrajo en "Yo, Quevedo" o de Ramón Fontseré en "Que salga Aristófanes". Ya no pedía a Pepe Soriano en "Espérame en el cielo" porque la película no trata de un dictador; pero daba mucho juego que el falso Enrico aprovechara para cargar contra la política aunque fuera con frases populistas que quiere oír la gente y, de paso, tomarle la revancha a su hermano. Desde luego como sátira no funciona y además es lenta, pretenciosa y aburrida. Sólo el esfuerzo del actor le concede el aprobado.
Porque luego está el resto de personajes, a veces sin sentido y otras sin credibilidad (ver spoiler)
Porque luego está el resto de personajes, a veces sin sentido y otras sin credibilidad (ver spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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7 de marzo de 2023
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Estupenda propuesta. Parábola diáfana y magnífica. Un regalo para el mundo de la política: ¿sabrá aprovecharlo? No parece haber sido cabalmente entendida. Pero entraña un mensaje relevante.
Enrico Oliveri encarna a un político en crisis (o sea que encarna a los políticos en general, ¿no es así?). Cumple con sus rutinas, pero no está realmente allí. Su comportamiento es pusilánime y descorazona a su entorno desesperado. Representa esa condición del político típico embotado: la de un cadáver ambulante. ¡Y cuántos de ésos tenemos en el mundo, válgame el cielo! Ésa es, mayormente, la clase de hombres que nos gobierna (y la clase de hombres que votamos, que voluntariamente ponemos sobre muestras cabezas, mal que nos pese).
En esta optimista historia que co-guioniza y dirige con maestría Roberto Andò, resulta ser que el buen Enrico de pronto desaparece de la escena pública, nadie lo encuentra ni sabe dónde está. Lo cual se torna escandaloso porque, pese a todo, este político parece ser imprescindible, tanto a sus correligionarios como al mismísimo presidente, aunque es de otro partido. Así de mal están las cosas. Pero afortunadamente, y muy a tiempo, sus íntimos sacan de la galera a Giovanni, el gemelo de Enrico, pensando que pueden usarlo de doble para salvar la emergencia. Pero Giovanni, "el loco", no es pusilánime, no está embotado y mucho menos está dispuesto a hacer ese papel en el que sistemáticamente incurre el típico político profesional: el del títere.
La película está muy bien facturada. He disfrutado de su música, he reflexionado con su guión y me maravillé con la performance del verdaderamente grande Toni Servillo desplegando el doble rol de los gemelos. Y la vi, a día de hoy, más de dos veces. Son justamente las condiciones que debe cumplir un film para merecerme el diez que le he puesto a Viva la Libertà.
Enrico Oliveri encarna a un político en crisis (o sea que encarna a los políticos en general, ¿no es así?). Cumple con sus rutinas, pero no está realmente allí. Su comportamiento es pusilánime y descorazona a su entorno desesperado. Representa esa condición del político típico embotado: la de un cadáver ambulante. ¡Y cuántos de ésos tenemos en el mundo, válgame el cielo! Ésa es, mayormente, la clase de hombres que nos gobierna (y la clase de hombres que votamos, que voluntariamente ponemos sobre muestras cabezas, mal que nos pese).
En esta optimista historia que co-guioniza y dirige con maestría Roberto Andò, resulta ser que el buen Enrico de pronto desaparece de la escena pública, nadie lo encuentra ni sabe dónde está. Lo cual se torna escandaloso porque, pese a todo, este político parece ser imprescindible, tanto a sus correligionarios como al mismísimo presidente, aunque es de otro partido. Así de mal están las cosas. Pero afortunadamente, y muy a tiempo, sus íntimos sacan de la galera a Giovanni, el gemelo de Enrico, pensando que pueden usarlo de doble para salvar la emergencia. Pero Giovanni, "el loco", no es pusilánime, no está embotado y mucho menos está dispuesto a hacer ese papel en el que sistemáticamente incurre el típico político profesional: el del títere.
La película está muy bien facturada. He disfrutado de su música, he reflexionado con su guión y me maravillé con la performance del verdaderamente grande Toni Servillo desplegando el doble rol de los gemelos. Y la vi, a día de hoy, más de dos veces. Son justamente las condiciones que debe cumplir un film para merecerme el diez que le he puesto a Viva la Libertà.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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A fuego lento
26 de septiembre de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He encontrado interesante y entretenida la película a ratos, un buen retrato de la política italiana (que casi podría extrapolarse a la de los países del sur de Europa).
Genial el retrato de Enrico, el político paralizado, sin decir ni sí, ni no, si no todo lo contrario. Viendo pasar el cambio por delante pero sin valor de sumarse a él, sin valor para expresar sus ideas con claridad, sin saber aprovechar la oportunidad que tiene delante; con miedo a todo, a sus compañeros de partido, a las encuestas, a los periodistas... con miedo a hablar claro. ¿No os recuerda a alguien? ... Porque hay un par de políticos españoles que me vienen mucho a la cabeza. Su parte de la película es en general bastante aburrida e intrascendente.
Frente a esto su hermano gemelo Giovanni, que es todo lo que su hermano no es, una persona filosóficamente mucho más preparada, que no teme a nada, que habla claro y que defiende sus ideas con vehemencia. Que sabe el momento en el que vive, que conoce el mundo de la política como si hubiera estado metido en él y que jamás se muerde la lengua. Con las mejores frases, su parte de la historia es la que le da sentido a la película.
Interesante de ver.
Genial el retrato de Enrico, el político paralizado, sin decir ni sí, ni no, si no todo lo contrario. Viendo pasar el cambio por delante pero sin valor de sumarse a él, sin valor para expresar sus ideas con claridad, sin saber aprovechar la oportunidad que tiene delante; con miedo a todo, a sus compañeros de partido, a las encuestas, a los periodistas... con miedo a hablar claro. ¿No os recuerda a alguien? ... Porque hay un par de políticos españoles que me vienen mucho a la cabeza. Su parte de la película es en general bastante aburrida e intrascendente.
Frente a esto su hermano gemelo Giovanni, que es todo lo que su hermano no es, una persona filosóficamente mucho más preparada, que no teme a nada, que habla claro y que defiende sus ideas con vehemencia. Que sabe el momento en el que vive, que conoce el mundo de la política como si hubiera estado metido en él y que jamás se muerde la lengua. Con las mejores frases, su parte de la historia es la que le da sentido a la película.
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