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Las alas de la vida

Las alas de la vida
2006 España
Documental, Intervenciones de: Carlos Cristos
7,9
3.090
Documental El médico Carlos Cristos, que a sus 47 años padece una enfermedad terminal, llama a un director de cine amigo suyo y le propone que registre su lucha por vivir y morir dignamente, sin dramatismo, y "si es posible con una sonrisa", acompañándolo en el tránsito entre la vida y la muerte. (FILMAFFINITY)
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2013
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Contó el director, Antoni P. Canet, después de un pase en la Filmoteca de Valencia, que buscar productora para Las alas de la vida fue una tarea más que difícil. Los potenciales productores siempre le preguntaban: “Pero, ¿cuánto calculas que puede durar el proyecto?”. A lo que él respondía: “No lo sé. Cuanto más, mejor”.

A Carlos Cristos, un médico que vive en Mallorca, le detectan una enfermedad neurodegenerativa, invalidante y terminal llamada Atrofia Sistémica Múltiple. Y como no hablamos de ficción sino de la más pura e impactante de las realidades, Carlos decidió llamar a un amigo suyo, director de cine, para que filmara “su lucha por la dignidad en el vivir y en el morir, sin dramatismo y, si es posible, con una sonrisa”.

Así empezó un rodaje que precisaba de esa gran amistad entre director y protagonista para lograr un documental, completamente contenido, realizado desde el respeto y el aprecio y presentado de cara pero sin entrar, como hubieran hecho muchos, en la parte lacrimógena o en los momentos más íntimos con sus familiares y amigos. La actitud de Antoni P. Canet al enfrentarse al intensísimo montaje es honrada y ética y, como resultado, ha conseguido un documento audiovisual que trata de la muerte pero que hace hincapié en el título de la obra.

Carlos Cristos pudo ver uno de los estrenos de Las alas de la vida, exactamente el que se proyectó en Vigo, su ciudad natal; ya que el pronosticado final de la película ocurrió dos años después de su finalización. Y pudo ver un documental único, donde se presenta a una persona cuya vida ha estado repleta de intensidad; y que lo sigue estando en sus últimos momentos gracias a una personalidad auténtica, interesante, inteligente y cercana.

No se puede hablar de acabados formales ni de efectos especiales ni de guiones, simplemente se puede hablar de la banda sonora, compuesta sin intención por el mismo Carlos Cristos, y del montaje, que se ha quedado con lo necesario. Y sobre todo podemos hablar de la historia que se nos cuenta; de la hora y media de documental donde vemos como el médico practicaba su profesión, aquí y en Ruanda; su pasión por el ala delta; la sección de medicina que presentaba en Radio Nacional de España; su afición por la música y los inventos, y su vida en familia; todo ello intercalado con insertos del protagonista hablando a cámara y dándonos lecciones constantes. Una película que se ve con una sonrisa —tal como Carlos quería—, pero donde la dura e implacable realidad se impone durante todo el metraje para conseguir que todos los espectadores queden tocados por esa espectacular manera de hacerle frente a la enfermedad y a la muerte.

Muchas personas, cuando conocen el argumento, comentan que no quieren ver una película para sufrir. Pues nada, ellas se lo perderán. Porque estamos ante algo más que una película; un memorable documental donde se llora, se ríe, se reflexiona y se aprende.

www.apositivar.com
A POSITIVAR
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30 de noviembre de 2015
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Documental centrado en Carlos Cristos, médico de profesión, hombre de cuarenta y tantos años, esposo y padre, dedicado a su trabajo, humanista, aventurero, amante de su tierra y a quien le detectaron una terrible enfermedad terminal. Esta afecta progresivamente su cuerpo el cual se va volviendo débil, sus movimientos se ven dificultados, su cuerpo se deteriora hasta el punto de dejar de funcionar.

A pesar de dichos problemas, su mente y su lucidez se mantienen intactas, por ese motivo, cuando su enfermedad fue detectada, habló con su amigo Antoni P. Canet para que hiciera un documental sobre cómo se desenvolvía en dicha situación. Este es un trabajo que por el estado en que se encontraba Cristos da en muchos momentos pena, debido a la enfermedad en la que como ser humano estaba padeciendo, puede resultar impactante.

Pero más allá de esto, y aquí es donde el film toma valor, es en como el médico decide afrontar su situación, aceptar su realidad, el darse cuenta que pasa de tratar pacientes a ser tratado, de depender totalmente de otras personas. Realmente es de admirar la forma en como hace frente a su enfermedad, como vive, como se desenvuelve, como reflexiona sobre la vida y la muerte, como sonríe.

Además de estos momentos íntimos de Cristos, la película se sirve de entrevistas con su esposa Carmen (un baluarte, llena de amor para su pareja), con su padre y madre, además de una serie de colegas y amigos con los que comparte anécdotas y pensamientos, lo que sirve también para conocer parte del pasado del hombre.

Las alas de la vida es una obra que hay que agradecer, nostálgica, triste, emotiva y conmovedora, de saber llevar la vida por más complicado que sea, de aceptar a lo que nos enfrentamos, como dice Carlos cuando le preguntan: -¿Cómo está? -Jodido, pero contento. Eso es saber vivir.
10P24H
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5 de diciembre de 2017
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La historia del médico Carlos Cristos aquejado de una terrible enfermedad degenerativa es la excusa de Canet para hablar de su historia y su lucha. Una lucha no exenta de optimismo y amargura al mismo tiempo. Una lucha llena de esperanza y frustración. De busqueda de encuentros posibles e imposibles. Así es este maravilloso documental. Canet huye del sentimentalismo y hace propio el documental que resulta ser un maravilloso canto a la vida. Carlos Cristos médico de profesión se le nota un luchador, no se rinde ante lo que le ha pasado e intenta comprender lo incomprensible. La cámara refleja eso y mucho mas. Un documental sobre la muerte que otorga mucha vida.
Orson_Welles
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12 de septiembre de 2012
5 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film es un documental, no es cine, por tanto lo que se espone no es nada bello, es la cruda realidad. Carlos, el protagonista, no refleja una imagen heroica como parece que se va a dar, sino que se muestra con sus defectos, sus debilidades. Mi abuelo padecio un cancer y se de lo que hablan, pero no se que se prentende con esta pelicula porque no profundizan en ningun tema.

En definitiva creo que es un film para dar pena, y quizas pensaran mucho que soy un cabrón, pero yo creo que los votos y críticas a favor han sido producto de la lastima que desprende la peli.
Adrián
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14 de febrero de 2012
9 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de esta película es que crea una tensión pero luego no provoca catarsis alguna. Si la premisa del documental es acompañar al enfermo hasta su muerte, no se puede simplemente abandonar antes de que ésta se produzca (para cuando se emitió por La2, el protagonista aún seguía vivo).

Otro lamentable problema es el precondicionamiento que se da a menudo con el cine español: me tragué varias opiniones de obnubilados que explicaban que esta película les había cambiado la vida o les había hecho mejores personas. Grave error. Es un documento interesante pero que promete más de lo que da.

Se me queda la boca abierta al conocer que se disponían de 70 horas de material grabado y que hubo montajes más duros. ¿Y por qué no elegir esos? Si el director quiere filmar a su amigo en su enfermedad, ya sabe a lo que se atiene. También dice que las tareas del equipo se intercambiaban (¿¡qué!?), y que no ha querido imponer escenas al resto del equipo (¿y qué hubieras impuesto? Visconti era un tirano y le fue mejor).

No tiene sentido empotrar el tema de las células madre sin conocer qué es lo que hay que regenerar en el protagonista. Las células madre no son una poción mágica.
Hay como diez o veinte fundidos a negro (y vueltas) durante la conversación con los padres: ¡uno por cada oración!
Resulta ambigua la postura religiosa del protagonista. Tampoco se nos muestra el día a día del protagonista. Pero lo más repugnante es que muestra ese típico mensaje español de resignación que tanto gusta a la izquierda.

Por culpa de esta película voy a borrar todo el cine español que me he bajado de Internet: estoy harto de arriesgarme, aunque sea gratis.

Propongo a los fans, como alternativa, que vean Ikiru, de Kurosawa.
Emile Sinclair
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