El discurso del Rey

"El discurso del rey" convierte una historia real especialmente curiosa e inusual, en una expresión artística que no necesita acabar pecando de pretenciosa para conseguir sus tres claros objetivos: hacernos reír, hacernos sufrir y enseñarnos más de una valiosa lección ética. Y lo consigue, además, sobre una historia que no parece brillar por conseguir mucho de esto, a priori.

¿Cómo lo hace? A través de un guión que sabe potenciar muy bien lo más interesante del asunto que trata, acompañado de unas interpretaciones sencillamente memorables.

Magnífica.

Ganadora de cuatro Premios Oscar incluyendo el de Mejor Película, un Globo de Oro, un Premio Goya y 7 nominaciones al BAFTA son sólo algunos de los pergaminos de “The King’s Speech”, tercer largometraje de Tom Hooper, destacado director de series de TV que por primera vez incursiona en una super producción de época.

La cinta cuenta la historia de Jorge VI (Colin Firth), Rey de Gran Bretaña, quien asumió tras la abdicación de su hermano mayor Eduardo VIII y que presentaba una aguda tartamudez que le impedía llevar a cabo sus funciones a cabalidad. Para superarlo, recibe el apoyo de su esposa, la futura Reina Elizabeth (Helena Bonham Carter) y de un experto logopeda, Lionel Logue (Geoffrey Rush), quien se convierte en su asesor personal, el que, echando mano a métodos bastante poco ortodoxos, intenta eliminar el molestoso defecto del Rey.

Estamos ante una de las mejores películas del año 2010 y, sin duda, ante una de las mejores interpretaciones masculinas que el cine nos haya regalado. Y es que es imposible no hablar de la película sin detenernos en Colin Firth, el que representa de manera inmejorable a un Rey atormentado por su invalidez social con un lenguaje corporal único, llenando de matices a un personaje humano, cercano, pero a la vez excesivamente británico, que se consume por el tormento sin perder jamás la elegancia y la solemnidad.

Una cinta británica de época con todos los ingredientes que ello implica no asegura el éxito ni el inmediato reconocimiento, sin embargo, “El Discurso del Rey” nos obliga a elogiarla: la recreación de un momento histórico en una Inglaterra a punto de un conflicto bélico de proporciones, la cuota de humor exacta como contrapunto al drama social gobernante, una dirección de cámara sin mayores pretensiones, actuaciones superlativas y diálogos desarrollados sobre un guion preciso cargado de esa flema británica, sobrecogen y nos hacen cómplices de un Rey soberbio y arrogante para el mundo, pero inseguro y agobiado, al borde de la tortura.

Un relato ágil y un sobrecogedor montaje hacen de “El Discurso del Rey” una original y elegante comedia británica, merecedora de aplausos por donde se le mire, que consagra a Colin Firth en lo más alto y, de paso, nos obliga a reflexionar, sonreír y emocionar.

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El Discurso del Rey es un drama biográfico dirigido por Tom Hooper, director de The Damned United y de Los Miserables.

Jorge VI (Colin Firth) es tartamudo desde pequeño, y por mucho que ha visitado expertos a lo largo de su vida, ninguno ha conseguido solucionar su problema.
Por una recomendación, su mujer (Helena Bonham Carter) acude a Lionel Logue (Geoffrey Rush), un logopeda australiano con unos métodos extraños, pero eficaces. Este entablará una estrecha amistad con el futuro rey del Reino Unido, y lo ayudará con sus discursos.

La película estuvo nominada a cuarenta premios diferentes, de los cuales ganó diecinueve. Entre ellos cuatro Oscar y siete Globos de Oro.
Todos los galardones son merecidos. El reparto es sencillamente perfecto, con un tierno Rush y un muy acertado y talentoso Firth a la cabeza.

Esta historia, ambientada a principios de los años 30, se centra en la entrañable relación que se crea entre los dos protagonistas, basada en hechos reales. A pesar de ser de carácter histórico, se enfatiza mucho en lo personal, con lo que consigue llegar más al espectador.

La preciosa música de Alexandre Desplat acompaña de maravilla a los actores y a los escenarios; a las imágenes tan bonitas y cuidadosamente seleccionadas por el director.



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Basado en hechos reales, "El discurso del rey" (2010) es de esos films donde gracias al cine se nos permite conocer una historia desconocida para las grandes masas, rescatando sus aspectos humanos en un contexto histórico de importancia universal.

La interpretación de un Colin Firth sobrio, de un Geoffrey Rush carismático y una banda sonora de Alexandre Desplat exquisita, se juntan con la sonoridad de Beethoven en su sinfonía número 7 en Speaking unto nations, culminando una escena sublime de remate bien capitalizada por Tom Hooper.

"El discurso del rey" aunque pueda parecer meramente anecdótica, es profundamente humana y sensible. Si bien sabe mezclar el humor con el drama, tocará particularmente a los que han padecido un defecto del habla y en eso, pocos pueden dar fe de los aciertos.

Estamos ante dos horas que se pasan volando, minuciosas y entretenidas. No fue la mejor película de su año por nada y por lo demás, al espectador tipo le gustan las historias desconocidas, en una época importante y con mezcla de plebeyos y casas reales. ¿En contra? puede que la idealización de algunos roles moleste a los más prejuiciosos.

En resumen es una buena recomendación, puede resultar algo lenta para quienes gusten del vértigo o momentos de tensión y adrenalina, pero irá a seguro por quienes disfrutan de la historia, sean fans de algunos de los actores protagónicos o sencillamente apuesten por los relatos de esfuerzos.

Recomendación:
Muy buena. Emotiva y sencilla. Los protagónicos casi se despegan de la historia por su naturalidad al desenvolverse.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com

Para degustar por el espectador maduro. Colin Firth hace una de sus mejores apariciones; estupenda Helena Bonham Carter. Consiguen de un pequeño argumento una gran película.