Hacia rutas salvajes (Into the Wild)

Sean Penn se sirve de la historia de una persona trastornada para orquestar un tramposo e implacable atentado contra las emociones del espectador, siendo el efectismo la principal herramienta de trabajo.

Todo el mundo (gente blanca, la mayoría hippies pero con recursos, no se cruza con ningún desharrapado como él) le adora, le ofrece dinero, sexo, protección, pero Supertramp los rechaza con su obstinado desapego. Es por eso por lo que está película es tan triste, si todos le dieran la espalda, a tí, espectador, puede que también te diera un poco igual. O entonces al menos no habría de donde tirar para sacar dos horas y media de soporífero celuloide.

Aparte del calculado final, el resto de la película es una sucesión de postales aderezada con música chill out, un perfecto artículo que vale para sacar rédito de la espiritualidad de pega. Entremedias, diálogos abruptos e insustanciales, que se dan de forma casi aleatoria, sin un claro hilo narrativo.

Sobre la película de Sean Penn debería escribir en mayúsculas porque me parece fascinante como logra (en toda su filmografía) hacer visibles esas delgadas líneas aparentemente invisibles, con él todo es un despertar, cualquier emoción, cualquier sensación, no en la euforia ni en la quietud, no en los opuestos sino en el limbo, en el medio, en el centro de dos fuerzas contrapuestas, el lo logra, lo realza y lo expone y como espectadora sé que voy a estar en esa exaltación de los sentidos que se escapan a lo conocido y me dejan en un estado de imposible descripción, como esos famosos gramos que pierde el cuerpo al dejar de latir, pero no entro en tecnicismos ni en reparto que por cierto es muy acertado, ni en la calidad del film, nada, sólo me interesa como me transforma y me alimenta.
Respecto al verdadero protagonista Chris etc... no me creo ni uno solo de sus pasos aventureros por la vasta América del norte pero sí creo en la gente que debió encontrar y como la presencia intangible e inaccesible de este chico debió transformar sus vidas y hacerles vulnerables ante su gran hedonismo, se lo creyeron ellos, lo siento por ellos, los respeto a ellos por ser tan libres y auténticos y no huir de las cárceles ajenas.

¿Quien no ha sentido en alguna ocasión la necesidad de abandonarlo todo y huir o evadirse, dejar todo atrás y buscarse a uno mismo o simplemente viajar por el mero hecho de moverse y conocer experiencias nuevas?, creo que todos alguna vez, no?. La peli trata sobre eso, sobre esa existencia, esa rutina diaria y ese destino que parece que nos viene marcado desde que nacemos y contra el que nos revelamos una vez alcanzado un nivel de inteligencia superior o de iluminación. Sean Penn retrata sin contemplaciones y de una manera sublime que es lo que mueve al protagonista a abandonarlo todo por un nuevo comienzo. Es un canto a la libertad y a la vuelta a nuestros orígenes, aquellos en los que eramos uno con la naturaleza y en los que la supervivencia dependía de nuestra habilidad para desenvolvernos con el entorno.

Sin duda un descubrimiento. Esperaba una película tranquila y cargante y en cambio he encontrado una película que me ha llenado y complacido. Está llena de mensajes y libertad. Estoy seguro que habrá personas que piensen lo que yo al principio, esto es, una película de naturaleza de...140 minutos!!!, por lo que se les hará interminable, en cambio a otros como a mí disfrutarán de cada minuto de ella y notarán la libertad que desprende en cada instante, deseando ser impregnados por dicha libertad rompiendo con nuestra monotonía y comodidad. Por lo tanto, sin duda, habrá personas que se sientan atraídas por dicha vida y que... puedan soltar una lagrimilla.

No voy a hacer un despiece y análisis de esta película, solo voy a decir que me ha gustado muchísimo, que he disfrutado viéndola, escuchándola y saboreando su banda sonora.

Que esperaba algo más superficial y me he encontrado con algo muy diferente, con algo profundo, sentido y excepcionalmente explicado.

Una muy buena película que sin lugar a dudas volveré a saborear.