Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio

Bueno, esta revisión del personaje de tintín me parece un poco fría pero no por eso deja de ser correcta y respetuosa. El problema es que se han recreado en uno de los episodios de la saga más grises y menos atractivos. No sé qué pensaría Hergé si levantara la cabeza y viera esto pero muchos se habrán llevado un buen chasco. ¡Ojo! No digo que la adaptación esté mal. Sólo digo que deberían haberse recreado en algún otro episodio más cinematográfico y que el tratamiento digital resulta frío e impersonal, a años luz de la animación artesanal de toda la vida. Para el público que ha crecido con ello no es problema pero a los que venimos de otra generación nos cuesta más digerirlo. Spielberg, como siempre, nos entrega un producto correcto y bien hecho pero que nos deja fríos por no decir helados. Resulta muy difícil conectar con la historia y esto en parte se debe a la frialdad digital pero también se debe a que la historia en sí es insulsa y de escaso interés. Si a esto le añadimos una dirección aséptica impropia de Spielberg el resultado es correcto pero irregular, lejos de lo que podría haber sido.

Mi nota es un cinco porque al menos entretiene y está bien hecha. Pero esto es lo menos que podría esperarse de un maestro como Spielberg.

Reconozco que no soy muy amante del mundo del cómic, y concretamente tampoco del famoso personaje belga que es todo un icono. Pero tenía ganas de ver la visión que ofrecía Steven Spielberg, y comprobar si mejoraba mi opinión con el recuerdo que tengo de las otras películas de animación.
Tras verla tengo que decir que no me ha decepcionado, pero tampoco me ha parecido brillante. Creo que es una película interesante para pasar el rato y nada más.
Tal vez mi problema es que no me gusta mucho el personaje, y lógicamente por mucho que se haga no llegará a convencerme del todo.
Y eso que el director mete mucha esencia de ese maravilloso personaje llamado Indiana Jones, y que tan bien conoce. Pero al final todo se queda un poco descafeinado; y no produce que uno se inmiscuya del todo en la trama que se está desarrollando.
Tal vez esos toques cómicos que aparecen reflejados en personajes como Hernández y Fernández, o el famoso Capitán; sean algunos de los motivos que hacen que me chirríe un poco todo. Y es que los gags que producen no me hacen mucha gracia; además de que no soporto mucho a esos dos personajes de policía de apellido español (al menos en la traducción); que me resultan bastante insoportables.
Sí que tengo que decir que el trabajo de animación es realmente impresionante. Las imágenes son increíbles haciendo que haya escenas en los que en algunos momentos no se sepa si está viendo un film de animación o uno con actores reales.
Sin lugar a dudas es lo más sobresaliente de toda la película; y lo que más reclamo produce hacia el público. Y es que la animación está cuidada al detalle, haciendo que los personajes estén creados recogiendo expresiones de actores reales. Algo que ya se hizo con el film "Beowulf".
En fin, "Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio" es una película que será la delicia para los fans de este personaje belga. Para el resto, no lo tengo muy claro. En mi caso; me ha parecido un film interesante para pasar el rato y verlo alguna vez; pero nada más. Aun así, tengo que reconocer que cuenta con ciertas escenas con pura esencia del cine de aventuras de Spielberg.

Mi sensación al sentarme la sala y empezar a escuchar los primeros compases de la banda sonora, y ver los primeros fotogramas de los títulos de crédito iniciales, fue de sorpresa, una sorpresa agradable, de reencuentro con un viejo amigo. Los títulos de crédito avanzaban, entre gags y gags y entre guiño y guiño al espectador y tintinólogo, como un buen entremés abre boca antes de una buena comida.

Entonces saltamos a la Bruselas de Tintín, donde vemos al joven reportero encontrando el Unicornio, (con más referencias al fan alrededor), mientras Hernandez y Fernandez buscan a un famoso carterista. Empieza el misterio, Tintin se adentra más y más. Tras muchos avatares huye en alta mar, junto a su nuevo amigo, el Capitán Hadock. Juntos deben desentrañar el Secreto del Unicornio. Mucha más acción y aventuras, más personajes conocidos.

Spielberg, plano a plano, escena a escena y fotograma a fotograma, nos recrea las viñetas de Hergé. Todo se sucede con el dinamismo y la velocidad de los álbumes originales. Los personajes completamente fieles, las situaciones bien retratadas. Por supuesto que cambian cosas para adaptarla a la gran pantalla. Pero su resultado, es un producto bueno, digno, lleno de magia y de ilusión. Un producto hecho desde el cariño y desde el respeto, dándonos una obra completamente divertida, digna, llena de emoción y de entretenimiento, que consigue evadirte de la realidad durante un largo rato.

Lo mejor de todo, que los chavales se acercarán a los cómics europeos y a Tintín, personaje entrañable, y con mejores valores, que muchos de esos personajes con los calzoncillos por fuera o de caras esperpénticas de oriente.

Del cómic lo único que conozco es "Las joyas de la Castafiore" (lo leí por estúpida imposición cultural creada por mí mismo), poco para poder juzgar el cómic y poco para poder juzgar la película, o al menos para poder juzgarla en ese sentido.

Así que lo único que tengo es la película por sí sola y en mi caso no me he salido del cine de milagro. Por lo que a mí respecta este torbellino de escenas espectaculares sin sentido no me llega. Entiendo este cine como un pulso narrativo en el que la emoción de una escena de acción venga precidida de una calentamiento previo, si se van sucediendo sin esas pausas me resulta todo plano e indiferente. Creo que se logra justo el efecto que se trata de evitar y eso en Spielbreg me resulta inconcebible, porque si alguien sabe dotar a una película de aventuras de pulso narrativo es él. Así que no entiendo esta apuesta a todo o nada por la acción a troche y moche y la factura técnica. Parece que en Hollywood lo primero es asegurar la recaudación.

Para esto no hace falta que el personaje sea un clásico, ya que cualquier otro hubiera dado exactamente igual visto el desprecio total por penetrar en su carácter.

Hay algo en Spielberg que no me gusta un pelo. Cada vez que se pone a mirar a Europa para realizar una película noto un aire de suficiencia yanki que me pone malo. Con "La lista de Schindler" parece que tuvo que ser él quien nos contara a nosotros como fue en realidad y en definitiva todo aquello. Y ahora con Tintín parecido, ante la inutilidad de crear una película de personaje es como si nos mostrara lo que realmente vale la pena por encima de chorradas europeas de carácter de las que no ha pillado ni una. Porque, aunque ya digo que no conozco el cómic, veo que el estudio de complejidad del protagonista no es mayor que el realizado para Conan o Terminator.

De todas formas sigo admirado con los amantes de este cómic. ¡Poder mirar más allá de ese pantalón, ese jersecito, esa carita con ese peinado...! Yo soy incapaz de dar un solo paso.

Se trata de una magistral concatenación de aventuras emocionantísimas, trepidantes, donde el aburrimiento es algo totalmente ajeno, inimaginable y del todo inadecuado para un trabajo de tan hermosa manufactura y talante tan entretenido.

Steven Spielberg nos presenta a este archifamoso reportero, con más recursos que aquel mítico Mc Gyver, en una historia de misterio, aventura y emoción en torno a un barquito de madera, que Tintin compra a precio irrisorio en un mercadillo callejero donde venden zarandajas inútiles al costo.

Aunque efímeros, son imprescindibles los personajes de Fernández y Hernández, un dueto de bobalicones irresolutos que "dicen ser agentes de la ley", aunque parezcan una pareja mal avenida de cómicos circenses, con sus galimatías embarullados y divertidísimos.

No se hace esperar la trama emocionante ni nos apabulla con arsenal de fotogramas absurdos o inconexos,

"Las aventuras de Tintin, el secreto del unicornio" es una película con la cual se lo pasarán en grande "los peques" y los mayores que no han olvidado que un día fueron ellos "los peques".

No hay espacio para la modorra ni el sopor, pues Spielberg conduce una historia de malvados, persecuciones y misterio con la maestría de un tejedor de sueños.

Si bien hay que tener en consideración las células grises del reportero, pronto se apercibe uno de que la mitad de su mérito se lo debe a ese revoltoso perrito blanquito y zascandil que le acompaña a todas horas, Milú, un fox-terrier aplicadísimo con visos de "super-héroe perruno".

Desde el mismo instante en que Tintin se hace con esta fruslería de galeón de madera uno no ganará ya para emociones y vuelcos de corazón, todo envuelto en un precioso halo de fantasía y sonrisas compartidas.

En esta historia nos topamos con un "malo malísimo" con nombre goloso y azucarado, Sakharine, descendiente del abyecto pirata "Rackham el rojo", enemigo acérrimo del valeroso capitán Haddock.

Sakharine cuenta con una horda de ineptos facinerosos para poner al pobre Tintin contra las cuerdas y hacerse con el dichoso barco de madera.

Son alucinantes y sobrecogedoras las escenas del águila, con los pergaminos que pasan de mano en mano como "la moneda que todos veneran pero nadie se queda..."

También es magistral la batalla naval entre el barco pirata de "Rackham el rojo" y el maravilloso espadachín Haddock".

En cuanto al capitán Haddock, la película no sería lo mismo sin sus acertadísimas intervenciones entre trago y trago, pues su estado natural parece la ebriedad y de ella salen momentos divertidísimos.

En definitiva, una película divertidísima para "niños grandes" y "peques".