Mari(dos)

Triunfante con su pequeña pero magnífica “La inocencia” (2019) la directora y guionista Lucía Alemany vuelve con su segundo largometraje, “Mari(dos)” una comedia vulgar y aburrida a la que no le veo la gracia… ni el interés. Protagonizada por los buenos de Paco León y Héctor Alterio “Mari(dos)" cae en picado desde los primeros minutos de metraje y es tal el batacazo que se da que ya no hay quien la salve del fracaso. Una película de enredo –con bajadas y subidas de ritmo- que no me entretiene y me mantiene ajena a la pantalla mientras dos hombres buscan como locos a sus respectivas mujeres que han sufrido un accidente en la nieve.

Todo dura desde el principio en donde se conocen los dos personajes principales, cosa que es graciosa, hasta que comienzan a aparecer distintos secundarios que solo aportan aburrimiento sumado a un guion totalmente, ya por esos momentos, desmadrado. Así transcurre esta pelicula en donde dos hombres coinciden en un hospital luego de enterarse que su mujer ha tenido un accidente, el tema que la mujer es la misma para los dos, comenzando así una serie de eventos, por lo general aburridos y sobreactuados que dan poca gracia a pesar de la probada eficacia de sus dos protagonistas principales. Dentro del elenco encontramos al siempre gracioso, haga lo que haga, al borde de la locura Ernesto Alterio y a un Paco León que no desentona aunque el problema del film está por otro lado. Siendo generoso alcanza a duras penas un regular.

Sin llegar a ser un peliculón, te engancha y quieres saber lo que va a pasar, que si que tiene las tonterías del intrusismo y todo ese rollo, pero la película es divertida, puedes verte la película una tarde tranquilamente y te lo pasarás bien y te haces unas risas, La verdad no me esperaba gran cosa, pero eso es entretenida. Raul Cimas en el papel de médico es gracioso, lo que se espera de un actor de comedia como el.

Es posible que La inocencia, película de Lucía Alemany, directora también de esta, sea mucho mejor película y que debí verla antes. O no, pues posiblemente, en la comparación, esta acabase perdiendo, no pudiendo disfrutarla como se merece.

Pues sí, Mari(dos), el título ya me hacía temer lo peor, me gustó más de lo que cabría esperar. Me reí bastante con las situaciones en las que los protagonistas se ven envueltos y, sacando un cambio de ritmo en la última parte de la película, me pareció muy disfrutable.

Estupenda pareja protagonista (Paco León - Ernesto Alterio). Bien llevados los chistes de identidad sexual de uno de los personajes.

También el bromance, tan popular en el cine USA. Y ya no tanto el giro final en cuanto a la sexualidad de unos personajes. Pero había que tocarlos todos, con respeto claro, que estamos en el siglo XXI, aunque a ofendidos, anti chiringuiteros (de los otros, no de los suyos), no wokes o contrarios a la agenda 2030, les salga espuma por la boca viendo cómo se normalizan situaciones que no debieran ser necesarias normalizar pero que no queda otra.

Le iba atizar un 7, pero como el cambio de ritmo al final me apagó un poco , la dejo en un meritorio 6. Y que buena pareja hacen Paco León y Ernesto Alterio, leches.

*Una apuesta por la comedia

“Arriesgué porque yo nunca había hecho comedia”, afirmaba su directora en el preestreno de Mari(dos) en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense el pasado 23 de febrero. Para ella fue un desafío asumir el riesgo de hacerla ya que apenas es su segundo largometraje después de ‘La inocencia’, y además una comedia. Todo un reto que resultó ser interesante y divertido. Bien es cierto que el filme reúne ciertas características del género de suspense del mejor cine americano, pero envuelto con humor al estilo Pajares – Esteso, en este caso con el dúo Toni – Emilio. Lucía Alemany tenía claro que Paco León (Toni) y Ernesto Alterio (Emilio) eran perfectos para formar esa dupla.

Además, no solo las circunstancias de sus protagonistas ni sus peripecias hacen que sea una comedia, sino también la composición física, la construcción propia del personaje. En el caso de Toni, su acento catalán marcado fue una propuesta del actor porque “le divertía mucho” el hecho de interpretar un papel que “se alejara un poco de uno mismo”. Por su parte, Emilio es uno de esos personajes con un bonito arco evolutivo en el que “tiene que quitarse muchas capas”, confesaba Ernesto Alterio. Consiguiendo así cierta empatía con el espectador.

*El bromance entre sus dos protagonistas

A Toni y Emilio no les queda más remedio que entenderse y estrechar lazos si pretenden alcanzar el bien común, al menos mientras Laura –cónyuge de ambos- despierta del coma, y así encontrar respuestas de por qué están casados con la misma mujer. Lo paradójico se puede ver durante el transcurso de Mari(dos), cómo poco a poco van limando esas asperezas surgidas no solo por la situación en la que los dos se encuentran, sino también por sus personalidades.

Emilio, un tipo a priori antipático, borde y poco hablador, pero auténtico y sincero. Por su parte; Toni más formal, educado, pusilánime y parlanchín. Imposible no pensar en multitud de parejas cómicas del cine clásico al verlos en escena. Podría decirse que son como el blanco y el negro o como el día y la noche.

Sin embargo, y como bien dice el refrán: “el roce hace el cariño”. Dos caracteres contrapuestos que llegan al entendimiento y comprensión, apoyándose mutuamente, y que parecen llegan a sentir cierta admiración el uno por el otro. Un bromance que, además, se adentra en los problemas de la sociedad de hoy en día, entre los que se encuentra la otra “gran asignatura”: la paternidad.

*Tintes de western

En Mari(dos) vemos a sus dos protagonistas estrellas, Toni y Emilio, enfrentados y realizando pequeñas cosas para llegar a deconstruir su masculinidad. En un comienzo, ninguno quiere dar su brazo a torcer y dar la razón al otro, pues ambos luchan por demostrar quién de los dos es el único y auténtico marido. De ahí los aires de película del lejano Oeste: “El western es el género macho por excelencia, uno tiene que ganar y salvar su “honor” “, declaraba Lucía Alemany en una entrevista a El Cultural. Cierto es que hay muchos más códigos envueltos en este género cinematográfico, como son la estética y la música.

*Conclusión

Mari(dos) es una disparatada comedia que transita en todo momento en el filo de lo ridículo o lo políticamente correcto. Situaciones rocambolescas se suceden sin tregua. Hay competencia desmedida, chistes de masculinidad y de identidad de género, siempre tratado desde la cotidianeidad y respeto.

Una película con personalidad propia que mezcla realidad con un universo paralelo que no es realista. Con un magnífico trabajo actoral por parte de todo el elenco y sobre todo de sus protagonistas, considerados dos grandes de la comedia.

Escrito por Jacqueline Sion Ceñera