The Pelayos

Los Pelayo son una familia española hecha a sí misma. Dedicar su vida a estudiar y desarrollar un sistema propio con el que poder ganar a los casinos requiere imaginación, iniciativa y un toque de aventura y atrevimiento, cuando no riesgo. Y eso es lo mínimo que hay que pedirle a esta película. Si otros saben sacar partido de sus buenas historias reales, ¿por qué no hacer lo mismo?

La ambición se demuestra con el cartel de actores, reconocidos y familiares para el público, lo que garantiza un mínimo. También el planteamiento a lo Ocean’s, y el ritmo de la película, que retan a la audiencia como diciendo “ven y te sorprenderé” intentan empujar fuerte. Pero no.

La trama engancha, y los puntos cómicos mantienen la vista puesta en lo siguiente que va a suceder. Pero tampoco.

Tal vez una apuesta más centrada en la trama principal hubiera conseguido que los momentos álgidos de la película, en los que la atmósfera está perfectamente lograda, fueran igualmente de intesos pero no tan breves, o escasos.

El suicidio de la película es llevar al público por un camino equivocado e inabarcable. Quítame el Ocean’s y dame un Nueverreina’s, y le sacarás más partido a una historia que se nutre de hechos ya conocidos. Y es que el factor sorpresa es algo clave para que la película funcione y, por eso, al contarla, hay que intentar que los personajes sepan más que el espectador, y que el director sepa aún más.

En conclusión, habría sido preferible que fueran Los Pelayo y no un intento de The Pelayos. Vamos, que a una historia sobre la picaresca, hay que echarle picardía al contarla, porque es lo que ofreces, es lo que buscan, y es lo que hay que dar. Aún así, salud con las palomitas.

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La trama se desarrolla sin llegar a alcanzar un buen ritmo, por lo cual a veces se hace tediosa a pesar de algunos gags memorables. La previsibilidad de la historia, no debería ser excusa para ello. La pareja protagonista (Daniel-Hui Chi Chiu) resulta demasiado plana en contraposición con los personajes secundarios. Lo mejor es la actuación del tandem Homar-Fernandez, todo un lujo.

Cuando eres ambicioso y sabes a donde quieres llegar tienen la mitad del trabajo hecho, y eso sirve lo mismo para un jugador de casino que para un director de cine. Y es que “Los Pelayos” se aproxima a lo que pretende reflejar. El trabajo bien hecho quizás no te hará rico pero te reportará alegrías y “Los Pelayos” es una película decididamente alegre en cuanto deja el regusto de algo que nos ha gustado. Y eso sin ser una gran película y a pesar de que hay momentos que se acerca peligrosamente a la peor ficción televisiva hispana. Pero sigue funcionando razonablemente bien porque su director ha encontrado el equilibrio entre la narración y el espectáculo (dando preferencia al espectáculo). Es decir, equilibrio entre lo que se cuenta y como se cuenta. “Los Pelayos” podría haber sido un gran fresco sobre una época de nuestro país o una gran saga en plan “El Padrino” y a pesar de eso su director sabe que la solución, cuando no tienes el mejor presupuesto del mundo, es hacer un “Oceans Eleven” patrio y entretenido, cutre pero simpático. Engañar al espectador haciéndole creer que están contándole algo mucho mejor de lo que ve. Prestidigitadores fuera y dentro de la pantalla. Una película entretenida, con ritmo, magníficamente interpretada, un guión inteligente en cuanto huye de darnos lecciones o plantearnos dilemas y que va a por la acción, y una dirección correctísima. Una película simpática, agradable de ver, sin demasiadas complicaciones, muy bien interpretada y sobre todo muy fresca. Recomendable.

A los 20 minutos de película decidí que mejor invertía el tiempo en ver otra cosa. La esquizofrenia de uno de los personajes principales, la floja actuación del protagonista y el humor sin gracia del guión me hicieron abandonar el verla. Seguro que hay peores, pero a mi edad mejor elijo en qué invierto el tiempo de ver cine.

Pero no, no se trata de atracar un casino sino de ganar jugando limpiamente en la ruleta. Se nos asegura que "The Pelayos" está basada en una historia real, que es la de los Pelayos, una familia que ha conseguido muchos millones de pesetas en las mesas de juego de casinos de todo el mundo con un método bastante simple: todas las ruletas tienen una imperfección que hace que unos números se repitan más que otros. Así que por mucha trola que parezca la película, tiene un fundamento más o menos verídico. Otra cosa distinta es que no me termine de crear, vamos lo pongo muy en duda y no soy el único, la fortuna de los Pelayos. ¿Cómo pueden demostrar que realmente han ganado X/Y millones? ¿No será sólo un truco?

El caso es que tal y como sale narrado en "The Pelayos" la cosa no parece muy creíble. Si al menos fueran rotando de casino en casino tras una noche o lo sumo dos o tres de juego, tendría un pase. Pero no, en la misma hasta que los fichan. ¿Y siempre apostando a los mismos número y no sospechan cuál es su truco? ¿No pueden cambiar las mesas y ya está? Eso hacen al final, a lo que responde Eduard Cortés con una salida de lo más tramposa que no se molesta en explicar. En fin, pese a todo, tiene cierto estilo, entre la comedia y el thriller, con un punto que me recuerda a "Ocean's Eleven" (2001) pero a la española. Como reclamo hay que contar con una bella crupier interpretada por Blanca Suárez, que a ver quién se le resistiría.