Drácula, príncipe de las tinieblas

Después del visionado me encuentro ante una de las mejores películas del género aunque se echa de menos más presencia del Conde, entretenida y amena, el papel del padre Sandor muy bien desarrollado e interpretado, con un Drácula de ojos sangrientos e imponente en presencia, echo de menos una cripta más lúgubre y siniestra y un final algo más “creíble” aunque reconozco su originalidad, para mi muy buena película donde la música y la puesta en escena son elementos a resaltar.

8 años del después de la mítica "Horror de Drácula", Terence Fisher rodó esta secuela un tanto tardía. La historia conecta correctamente con la anterior, aunque bien puede ser vista y entendida sin necesidad de haber visto el filme de 1958.
A diferencia del filme anterior, Drácula no tiene diálogos y sólo emite gruñidos. Algunas versiones afirman que Christopher Lee encontró ridículos los diálogos que le asignaron, otras versiones señalan que la relación entre Fisher y Lee pasaba por un mal momento. Lo concreto es que esto sirvió para mostrar otra faceta del rey de los vampiros: si en el filme anterior, el conde se mostró como un noble seductor de refinados modales, en este filme fue simplemente un monstruo. Tanto en esta como en la película precedente podemos saber las razones por las cuales Lee es considerado el mejor Drácula de la historia.
Si bien, la ausencia de Peter Cushing puede ser considerada con justificada razón como lamentable, Andrew Keir resulta ser un digno sustituto.

Christopher Lee siempre será para mí el auténtico Drácula. Un Drácula que me causaba terror cuando era niño y que te hacía tapara los ojos. Un icono de las películas de terror.
Vistas hoy en día este tipo de películas suelen perder bastante. Drácula, príncipe de las tinieblas, no tiene un gran guion, ni unas grandes interpretaciones ni tampoco una destacada ambientación(el castillo podía recrearse mucho mejor).
La figura de Drácula, sí que consigue mantener una aceptable atmósfera de miedo y junto a la presencia del inquietante siervo Glove, salvan a la película del suspenso.
En conclusión, aceptable película gracias a la presencia del gran Christopher Lee como Drácula.

Buena película del excelente Terence Fisher. La sexualidad reprimida de las mujeres de la sociedad victoriana, es un elemento fundamental en esta cinta. Los gruñidos de Drácula le dan un aire de animal salvaje. Las actuaciones son buenas, y las locaciones igual. Se dice que además de los Estudios Bray, esta película fue rodada en Rumania, pero tengo mis dudas dados los exigüos presupuestos que manejaba la Hammer.

De nuevo Christopher Lee dando vida a Drácula ocho años después. Una secuela con unas condiciones que podía haber superado a su predecesora, pero no lo consigue. La narración vuelve a ser de diez. En todo el recorrido la cinta consigue mantener al espectador con una atención indudable. Los efectos son competentes, y la música juega una baza muy importante como en la anterior. Decisivo este aspecto ya que sin esa música muchas escenas no generarían tal intensidad y esas dosis de tensión.

Pero el problema principal es el desenlace. Inverosímil y muy apresurado. De todas maneras me quedo con los aspectos positivos, que son unos cuantos. Este nuevo título del "no muerto" sufre un bajón con respecto a lo anterior visto, pero el resultado en su totalidad sigue siendo satisfactorio.