Una chica vuelve a casa sola de noche

No se por que se refieren a la película como un Western, ¿por sus largos silencios? ¿por esa música que aparece una vez en la película? ¿por esas tomas de una persona frente a otra donde parece que va a haber un duelo? (y nunca hay un duelo de nada) la verdad no entiendo. La película arranca bien, presentan a los personajes de a poco y uno intuía que el dealer del comienzo iba a ser el villano de la película pero no, acá no hay villanos, solo situaciones de vida que atentan contra el bienestar de ciertos personajes, la vida misma como villana, perfecto, aun así creo que después de que se cierra el arco del dealer la película decae, nunca pasa nada interesante.

La forma en que se conocen los protagonistas, lo rápido que se gustan, incoherencias como un vampiro arrastrando un cuerpo con las 2 manos cuando se supone que tienen mas fuera que un humano, que se yo, a pesar de todo eso es hipotónica, su blanco y negro ayuda mucho, además las mujeres que pueblan la película son una belleza, mucho plano de Western en las miradas pero no por eso lo es, ni se le acerca.

En fin, peli extraña y desaprovechada, podrían haber pasado mas cosas interesantes y no centrarse solo en la vida torturada de los personajes.

Atención a las próximas obras que pudiera sacar esta joven directora, Ana Lily Amirpour, porque podrían resultar verdaderamente brillantes (o hundirla definitivamente en la mera mezcla de géneros y tópicos cinematográficos). De hecho, en esta obra ya se encuentran varios puntos de interés, siempre entre el encanto de lo vanguardista y una cierta insipidez muy típica de lo amateur. En un atractivo paisaje nocturno de afueras urbanas, con factorías, vías del tren y calles poco concurridas, en una supuesta ciudad iraní, se pasea una más atractiva que siniestra figura de muchacha con saya musulmana, cubierta la cabeza y con un típico jerseycito de rayas horizontales. Enseguida descubrimos que es una clásica vampiresa que ataca con los colmillos, se transporta con una mágica rapidez y a veces habla con voz infernal, aunque parece seleccionar sus víctimas según merezcan o no el castigo. Su aspecto externo es tan dulce que enamora a un muchacho atribulado por un padre heroinómano y por un gánster que le ha robado descaradamente el coche. A ese paisaje se unen una prostituta, un gato, una fiesta de disfraces, algo de música y el encanto de la poco frecuentada en cine lengua persa. Lamentablemente, la película no nos informa de si el efecto de la cruz en estos vampiros es igual o mayor que en los de la zona cristiana o si tendría alguna utilidad enseñar una media luna en caso de que a alguno se le antojara nuestro cuello.

Hace tiempo ví alguna escena suelta de esta película en un documental, y me llamó muchísimo la atención, pero he tardado bastante en encontrarla, y me ha costado lo suyo hasta que por fin he podido verla... y menuda desilusión.

Lo que parecía que iba a ser una interesante y original película vampírica, me ha resultado un producto algo soso, lento (no tengo nada en contra del cine ¨lento¨, cuando tiene sentido y se sabe hacer, pero esta es algo tediosa), y que tiene más de drama social con vampira de por medio, que algo que realmente llame la ateción.

Filmada en blanco y negro, con una banda sonora bastante oscura, de lo que más me ha gustado de la cinta, pero con una historia que no sabe muy bien hacia dónde va, y acaba siendo una mezcla entre planos con cierto toque artístico y diálogos que dejan bastante que desear.

Considero que la actriz elegida para ser la vampira, no es la mejor opción posible, y es que, pese en algunas escenas consigue crear cierto toque de ¨inhumanidad¨, hay otras que parecen justo lo contrario y cortan bastante la ambientación.

En definitiva, una película que se deja ver, pero de la que me esperaba algo muy distinto.

Ana Lily Amirpour conocida por «Amor carnal» o «A little suicide» dirige «Una chica vuelve a casa sola de noche», una obra sobre una chica vampiro que «se encarga» de los malos de la cuidad a la vez que se enamora de un buen chico. Entre los protagonistas tenemos a Sheila Vand como la chica vampiro conocida por «Argo» o «Reporteras en guerra» y a Arash Marandi conocido por «Bajo la sombra» o «Wie ein fremder» que interpreta al chico que también se enamora de la chica vampiro.

Pues se trata de una película más bien dramática con elementos de terror pero más bien del primer género, lo que pasa es que utiliza de excusa el vampirismo para darle un toque diferente a la película. Me gustan las de Lynch y el estilo porque el subtexto es impresionante y siempre puedes darles otras lecturas pero a esto no hay quien se la dé. ¿Una vampira adolescente enamorada? pues vale lo que tú digas. Con decir que la vi subtitulada y me puse música porque es que apenas hablaban creo que lo digo todo.

Los actores están bien y me gustó la secuencia del macarra de los tatuajes pero es que para que pase eso tienes que tragarte media hora de nada y luego delante de eso otros cuarenta minutos sin que pasa nada.

Tiene un metascore de ochenta y uno lo que indica que su acogida es muy positiva de manera universal alabando su atmósfera y su manera de representar la soledad pero manteniendo un cierto aroma clásico. Una de las pocas críticas negativas llama la atención porque dice más o menos que nada pasa en casi toda la película pero no en plan artístico con planos largos sino en plan a cámara lenta sin nada de lo artístico del indie americano. En la tomatá tiene un noventa y seis con etiqueta de calidad y con ciento diez críticas positivas de ciento quince y de las pocas críticas negativas que hay dicen que es lenta, visual pero vacía y que tiene demasiadas pausas —sin diálogos— entre los personajes que indican que Amirpour todavía no es una gran directora. Mi única frase para que se entienda mi opinión sobre la película es PLANO SECUENCIA DE UN HOMBRE BAILANDO CON UN GLOBO, no diré más.

Si te interesa puedes ver mi lista de Halloween 2017, películas que he visto en Halloween desde el día 23 hasta el 31 de octubre de más a menos reciente.

Justo ayer comentaba tras ver "Tales (Ghesse-ha)", la buena mano que parecen tener desde Irán con los dramas sociales o al menos, el ruido que han hecho por aquí algunos los últimos años. Pero un drama, mezclado con thriller, con western y por medio una vampira con burka, es, cuanto menos original. Y la artífice de ello es la directora Ana Lily Amirpour, que nació en UK, se crió desde pequeña en EEUU pero es originaria de tierras persas y una ciudad (imaginaria) llamada "Bad City" de Irán es el enclave elegido y todos los actores tienen rasgos y/u origen allí. Los seriéfilos reconocerán a alguno como Marshall Manesh, el carismático Ranjit, secundario habitual y chófer de "Como conocí a vuestra madre".

Aquí de nuevo es secundario aunque clave, como padre del protagonista, un joven (Arash Marandi) que trabaja para adinerados para poder pagarse el coche e intentar cubrir los agujeros monetarios que deja su progenitor, adicto a alcohol, drogas y mujeres. "Bad City" también tiene un narcotraficante y proxeneta, prostitutas, inquietantes fosas comunes y sobre todo, una vampira (Sheila Vand), que pasea de noche para alimentarse, intentando elegir a "chicos malos".

La cinta no es que tenga una gran riqueza en su guión, tampoco un ritmo o regularidad que sean recordados, pero entre su inmensa fotografía en blanco y negro, su notable BSO y sus personajes, forman un magnetismo que enamora y del que es difícil escapar. De esas cintas que en conjunto no parecen dejarte una magnífica impresión pero que no puedes dejar de pensar en ellas, con escenas que asaltan tu mente una y otra vez y que tardarán tiempo en desaparecer de tu retina.