El año de la garrapata

Empiezo por lo bueno: 3 o 4 escenas aisladas que hacen gracia como la de los comerciales o la de la boda y vivir juntos. Pero esas escenas no justifican el terrible coñazo de verla y la poca gracia del resto de escenas en las que pretenden tener gracia pero no lo consiguen.

Le dan un aire raro. Parece una mezcla entre una serie estilo "al salir de clase"y "gran hermano". Pero lo peor sin duda son algunas escenas de mal gusto que comentaré después en spoiler. No me parece que enganche por ningún lado, no entiendo el papel del chico rico y el final opino que además de previsible no consigue emocionar ni enganchar por ningún lado.

No hay por dónde coger esta bazofia de película, madre de dios que penosa es, diálogos malos, pero que muy malos, el guión parece que lo escribió un chaval de 12 años, una trama que no engancha desde el principio y la única escena así de risa la de los comerciales, lo demás no vale para nada, y por cierto , no acabé de ver la película por que ya me estaba doliendo la cabeza de lo mala que era, así que si queréis ver una película de comedia no ver este engendro que las hay mejores.

Todo el mundo tiene un pasado y el de Félix Gómez y Verónica Sánchez, también Javier Veiga y Víctor Clavijo, es "El año de la garrapata", comedia juvenil gamberra que si ahora les preguntaran, sobre todo a los dos primeros, seguro que les daría un poco de corte. Por cierto, que luego estos dos volverían a encontrarse como pareja en "Las trece rosas" (2007) y en "14 de abril, la República" (2011-2019). Sea como fuere, lo que más me llama la atención de esta película es el comentario del crítico de "El País" M. Torreiro, que la tacha de "muy conservadora". Esto automáticamente me movió a verla. ¿A qué se referirá? Desde luego, aunque lo pensé, no a que sea afín a esa ideología política tan tergiversada e ignorada, el conservadurismo, a cualquier partido o movimiento llaman hoy "conservador" y hasta, en el colmo del insulto, "ultraconservador". Luego creí que se refería a su incorrección política pero algunos la tachan así porque la imagen de la juventud es nefasta. Sería la visión "carca" de la gente mayor sobre los adolescentes. Pero claro, es que los adultos también salen maltratados en este relato.

Dicho lo cual, "El año de la garrapata" tampoco es genial. La historia es de andar por casa, a veces se pasa de rosca, no es ni edificante ni elegante e incluso trata con excesiva frivolidad asuntos tan serios como el consumo de drogas. Sin embargo, tiene una gran virtud que la hace diferente: su autenticidad. Es decir, que al menos para cierta generación, digamos que los nacidos entre mediados de los años 70 y primera mitad de los 80, el protagonista lo hizo en 1976, aunque para anteriores y posteriores también valdrá, se va a ver perfectamente reflejado en las andanzas de estos jóvenes. ¿Quién no conoce gente que era, hablaba y pensaba exactamente así? Y en algunas cosas, espero que no en las peores, hasta nosotros mismos hemos tenido iguales o parecidas conversaciones o problemas. Este realismo extremo la hace ser "cínica, desinhibida y muy conservadora", es decir, veraz por su absoluta falta de corrección política. De este modo se llevan palos los bisexuales, el cine de "hablar", el mercado laboral, las universidades, la emancipación femenina, los pedagogos infantiles o las bodas por lo civil.

Sí, creo que ésa es la palabra correcta. Una peli sencillita, que no te hace pensar mucho y que te enseña que para ser feliz en la vida hay que conformarse con las cosas más sencillas. No es una obra maestra, pero al menos te permite pasar un rato entretenido.

Gran conato de Jorge Coira. Un guión corrosivo con encaje de bolillos sobre sexo, drogas y rock´n roll para la generación de la leche con marca y por la ruta del bacalao. Siguiendo un argumento en línea roto al estilo de Woody y el documental. Quiere prometer y promete con la ética del botellón gallego de alta alcurnia para antes de una crisis. Como la tele tiene momentos que ejemplifica un manual del despilfarro para jóvenes peter pan "con otros planes". Hay que mirarla con paciencia de "con estos anteojos no veo el futuro".