Las cosas del querer

Primero, me quedo con la duda de si subirle la nota o no. Y segundo, saber hasta que punto se inspiran en Miguel de Molina para este musical sui géneris que recrea su figura pero sin pagarle por derechos de autor. Lo curioso de "Las cosas del querer" es que dado los temas que toca, homosexualidad, drogas, prostitución, Luis Chávarri consigue no sólo ser castizo, sino elegante. Es más, logra que la inversión sexual sea glamurosa. Muy buen trabajo de vestuario, ambientación y fotografía, no tanto el guión que es flojo, que hace que la película tenga el sabor y la textura de finales de los treinta y la primera mitad de los años cuarenta.

Aunque se quedó in albis, este trabajo optó a siete nominaciones a los Goyas, en el aspecto técnico y en el actoral, donde frente a la presencia femenina más chillona destacan un Ángel de Andrés en plan de galán, y sobre todo, un gran Manuel Bandera. Por supuesto, mención para la banda sonora compuesta de clásicos de la copla, que es otro personaje más. De todas, me quedo con "Te lo juro yo", no sólo por el tema sino por la interpretación y por el momento. Atención también a esta a "España Negra" de Franco llena de color, alegría e incluso algo de vicio, la propia homosexualidad, permitido siempre que no haya escándalos.

La joya de la corona no es. De hecho, en un primer momento me costó asentarme en el film, que a pesar de todo debe gustar mucho a mi madre, ya que, la ha visto varias veces y creo que cada vez que la emiten la ve sin pestañear. En cualquier caso, el resultado se antoja, cuanto menos, aceptable, y a pesar de cierta endeblez de guión, no debemos, en mi opinión desechar un producto con un repertorio de canciones conocidas y a mi juicio, no demasiado malas dentro del panorama español.
Mira que no soy muy dado a este tipos de películas de muchas canciones y que se pierde por los cerros de Úbeda con tanta cancioncita pero debo señalar que los vestuarios están conseguidos, y además podemos observar momentos dramáticos favorables en un contexto de posguerra muy bien traído, abarcándose, o más bien sugiriéndose, entre otras cuestiones lo complejo que podía resultar en tiempos del régimen franquista para un homosexual que no le vieran con malos ojos.
También podemos ver una interesante construcción de personajes bastante amables, con algunos momentos en el que las relaciones entre ellos van cambiando en muchos compases, lo que da juego a la propuesta y por la amplia galería de aquellos, todo este juego provoca que el resultado se haga más llevadero.
A nivel actoral, podemos observar unas actuaciones logradas, aunque cantando Bandera y Molina han llegado a formar un dueto, bastante flojito, a pesar de que por inercia y por la alta calidad de las canciones se hace el resultado en ese aspecto soportable.
Entre los personajes, Bandera quién no me agradó en su interpretación, es el personaje para mi principal de la película y debido a la situación que atraviesa su personaje se saca la cara más dramática de la película.
Por otro lado vemos los típicos malos de turno en personajes secundarios, unos decorados brillantes, un toque español bastante palpable, y un Angel de Andrés en una de sus mejores interpretaciones que unido al desajuste e inestabilidad en su relación con Molina forman un juego semi-caótico que convence sin llegar a conmover, salvo en sus momentos finales, en los cuáles, aquí si se logra un producto estupendo desde el lado de la sensibilidad del espectador.
Como conjunto, película aceptable, un poco cercana a la españolada, que engatusará a los afines a los musicales, y me atrevería a decir, a las madres cuarentonas y cincuentonas y también a quien desee visionar un producto atractivo y entretenido a partes iguales, a pesar de su endeble guión y algunas escenas casi sonrojantes. Le daremos un 7 generoso.

"¡Que no tiene na' que ver, el color ni la estatura con las cosas del queré!"

A 30 años de su estreno -y de haberla visto por primera vez, entre muchas más- escribo mi crítica...
¡Qué bella, emotiva, profunda película! Un extraordinario biopic sobre Miguel de Molina, el gran artista español exiliado en Argentina, que abarca su época temprana en España, perseguido por el franquismo fascista por su condición sexual, ideológica... y otras cuestiones que se ven en el film.
Actuaciones soberbias de Angela Molina, Manuel Bandera, Andrés López y todo un elenco magnífico interpretando una seguidilla de cuplés y otros temas de antaño, que hicieron furor -al menos aquí en Argentina- y conforman una de las mejores bandas sonoras de película hispanoamericana de todos los tiempos. Tan exitosa fue en su momento, que poco tiempo después después se hizo una segunda parte -de menor calidad- en mi país; aunque también el disco (cd) se vendió de a miles. Y como si fuera poco, un film en el que se ha tratado el amor homosexual con el mayor refinamiento y discreción, haciéndolo interactuar con una historia romántica de idas y vueltas entre los personajes, siempre enmarcado en la vida de pos guerra civil española de una troupe de cantantes y bailarines actuando en shows inolvidables. Además, también presente el contexto político social de entonces, desde la aristocrático a lo popular, dando marco a una historia emotiva, bella, profundamente humana.
Sinceramente, no comprendo como es posible que el promedio de calificaciones de un sitio español fuera tan bajo. Recomendaría a quienes así la calificaron, que vuelvan a ver esta hermosa película, sin parangón dentro de su género en la cinematografía española moderna.

El guion no deja que te aburras. Los actores son buenos, algunos muy buenos. La música es graciosa y alegre. De vez en cuando vuelvo a verla. Me sienta bien. A mí me parece para todos los públicos.
Trata sobre la historia de amor entre una bailaora cuya madre la anima a que se prostituya y un soldado después del golpe de estado de 1936 aquí, en España. Hay muchos números musicales llenos de frescura y vitalidad.
Aparte de la pareja de la folclórica y el soldado, aparece un amigo de éste ultimo cuya historia se parece mucho a la de Miguel de Molina, y que está interpretado por Manuel Bandera (no se puede ser más guapo).
Como película tiene algunas imperfecciones que no desentonan porque ¿Qué les vamos a pedir a unos pobres cantantes en medio del desastre de los bombardeos y el hambre? A pesar de eso, la película es como la música: desenfadada y alegre.

Las cosas del querer, como la canción que le da título, es todo pasión.
Una historia de posguerra, sí, pero no una de tantas. Es, como la maravillosa ¡Ay, Carmela! (con la que guarda más de una similitud) una auténtica oda a los cómicos, a los artistas, a todos aquellos que no tenían miedo de explorar su lado femenino en un escenario, a aquellas mujeres bellísimas deseadas y admiradas por todos. Se trata de una película preciosa, en todos los sentidos, servida en bandeja de plata, además, por unos actores que interpretan unos personajes cercanos, creíbles y que derrochan pasión por vivir incluso en aquella España tan triste. Atención a la extraordinaria interpretación de Manuel Bandera, que no ha tenido demasiada suerte en cine, quizás por ser principalmente un animal escénico, las grandísimas Amparo Baró y María Barranco en dos personajes secundarios brillantes, y por supuesto una espectacular Ángela Molina, guapísima y llena de fuerza.
Una de las mejores películas de Jaime Chávarri, si no la mejor.

Lo mejor: Sus personajes, apasionados y creíbles, y la maravillosa fuerza que desprenden los actores (sobre todo Molina, Bandera, Baró y Barranco).
Lo peor: Casi nada.