La barrera invisible

Esta parte en realidad no hay demasiado spolier pero no se puede entender sin haber visto la película...

Lo que hace increíble y más grande a esta película es que sea de Elia Kazan, sabía más de éste director por su escándalo en la traición a sus compañeros en la Caza de brujas de McCarthy que por sus películas, y me alegro, porque me ha permitido ver esta película con al boca abierta en su más de hora y media de metraje.

Cómo una película de esta potencia, con tanta denuncia a la cobardía humana en la defensa de los principios morales, puede haber sido dirigida tan magistralmente por alguien que traicionó sus principios, impresionante. Sin esa traición de Kaza, tenderíamos a ver esta película y a situar al director en identificación con el personaje, Philip Green, sabiendo lo que sabemos, se dibuja en ese personaje más un anhelo por lo que creo que Kazan puede ver como un superhéroe de ficción. Es fácil ser valiente y denunciar en la piel de un personaje de película, pero todos tendríamos que pasar la prueba de que nos pusieran entre la espada y la pared y a ver cuántos de nosotros seriamos como Green.

Queda casi claro, terminada la película y conocida la traición de Kazan, que el director se refleja más en el miedo y la cobardía constante y angustiosa de la pareja de Philip, Kathy. Ella quiere defender la injusticia, conecta emocionalmente, pero no se atreve, le puede siempre el miedo, y esta a un paso de traicionar a la persona que más quiere solo porque empatizar y ponerse en el lugar de los judíos le da miedo, a fin de cuentas ella no tiene culpa de ser distinta, de no ser judía, todo un privilegio que Philip se niega a aceptar, ni siquiera por su hijo. Los personajes están tan bien definidos, tan encajados en sus diferentes miserias, que me parece mentira que sea de 1947.

Mención especial al personaje que es la secretaria de Green, judía que se sabe no fácil de identificar -y ella se esfuerza-, lo que la ayuda a sentirse diferente dentro de los estigmatizados, ella si se sentirá una privilegiada, detrás de su cobardía.

Pero es que "es tan difícil ser valiente", éste para mi, el mensaje que constantemente se repite en la película, por eso me impresiona que venga precisamente de Kazan. Si Kazan hubiera finalizado la película alejando a Kathy Lacy del amor de su vida víctima de su propio miedo, en vez del final feliz obligado en esos años...el director abría filmado "Crónica de una traición anunciada".

Todo el mundo flipó con la "Ley del silencio", película que dicen le sirvió al director para justificar su acto de cobardía, pero yo he alucinado más con ésta. Evidencia la disonancia mental que tuvo que sufrir Kazan entre su modo de ser, de principios de izquierdas, miembro del partido comunista, confrontado a su modo de actuar, traicionando, y sobre todo NO ENFRENTÁNDOSE A LA INJUSTICIA que supuso la caza de brujas de McCarthy. Esta es la constante denuncia de Kazan en la película y a la que no sabría ser leal unos años más tarde.

A partir del personaje convaleciente de la señora Green la película se permite una reflexión sobre su momento histórico que puede ser anticipatorio del movimiento hippie. La mujer madura, con su salud algo ajada, plantea que ganar la guerra debería llevar a los Estados Unidos a la construcción de un mundo mejor y no a una carrera atómica con la Unión Soviética. En la ilustración que encabeza esta reseña el protagonista y su hijo observan una escultura de Atlas, quien carga con el peso del mundo sobre sus hombros. Tal papel en la lucha contra la discriminación le adscribe la película a Schuyler (¿y por transición a los Estados Unidos?).

En Gentleman´s agreement la lucha contra la discriminación empieza desde arriba, en el mundo de los poderosos y acaudalados. Es solo una presunción en un momento algo sombrío de la historia, pero es probable que si hoy se planteara una ficción en los mismos términos, más allá de algún aggiornamento, el resultado no sería tan distinto al original. La discriminación nos puede sorprender en nuestro hogar y en carne propia.