Vaya por delante nuestra felicitación al autor de la titulación de la versión española. Por una vez mejoramos el original
Está bien hablar de las barreras que colocamos cuando nos enfrentamos a personas "diferentes", que no son de nuestro entorno más inmediato. Barreras muchas veces bien visibles que van mucho más allá de hipócritas "pactos de caballeros" para no abordar temas que sabemos espinosos.
Personas "diferentes" por su raza, religión, origen, estatus social o ideología. Importante también esta última.
Que en la cinta se aborde el antijudaísmo nos parece casi anecdótico. No lo es tanto que una revista neoyorquina de éxito decida hacerlo en 1947 en una serie de artículos y que lo encargue a Phil Green (Peck), un joven escritor que promete.
Para empaparse del tema Phil simula la condición de judío. Pronto comprueba en su carne y en la de su familia las barreras que los convencionalismos sociales plantean a menudo de forma casi invisible, barreras que a menudo son fruto de un pacto no escrito entre "caballeros".
El tema se plantea a través de un guion que integra el romance en la evolución ideológica que experimenta el escritor cuando conoce el revés de la trama, la otra cara del problema: la hipocresía de nuestra sociedad. Un buen guion.
Como buena también es la realización que conduce el drama, porque de esto se trata, con ritmo y con buen pulso, con cierta intriga también pues no tenemos claro por donde saldrán las cosas.
Excelente dibujo de los personajes, claros y nítidos incluso en sus dudas y en sus remordimientos, con un sobresaliente para las interpretaciones.
Resulta significativo que quienes más entusiasmados se muestren al final con "Fui judío durante seis meses", título de la serie de artículos, sea precisamente la dirección y los redactores de la revista, lo que parecía un entorno "caballeresco" de amigos de los pactos.
Una película notable y actual, muy recomendable.