Deseos humanos

140/24(24/04/10) Fritz Lang realizó una versión de la obra de Emile Zola ‘La bestia humana’, llevada anteriormente a la pantalla por Jean Renoir, en una versión que Lang reconoció le gustó más que la suya. Es un melodrama pasional donde salen a flote lo peor de nuestros instintos básicos, el amor, los celos, el odio, el matar, es una radiografía sobre la naturaleza visceral del ser humano. Lang nos sumerge en un mundo áspero, un escenario tenebroso ayudado por la magnífica fotografía de Burnett Guffey que proyecta una atmósfera sórdida, siendo el marco un lugar surcado por vías de trenes, con locomotoras que van y vienen continuamente sin detenerse, a modo de metáfora de lo que son las vidas de los protagonistas. El argumento gira en torno a un triángulo amoroso formado por Jeff Warren un recién licenciado de la Guerra de Corea, Jeff Warren (Glenn Ford en su línea, o sea inane), que mantiene una relación adultera con la bella Vicky (excelente Gloria Grahame) que está casada con el rudo Carl Buckley (soberbio Broderick Crawford), Vicky está atada a su esposo por una carta comprometedora que este guarda y que implicaría a esta en un asesinato cometido por celos por Carl. La Cinta tiene en su puesta en escena uno de sus puntos fuertes transmitiendo un ambiente enfermizo donde los más bajos instintos se desatan provocando que los protagonistas se pongan contra las cuerdas y deban tomar decisiones desesperadas, donde lo mejor y lo peor de cada uno sale a flote. El relato flojea en algunos temas, como puede ser una débil trama policial que se solventa en un pueril juicio, o como es la ambigüedad de Carl, que por un lado es un celoso enfermizo y por otro la empuja a los brazos de su jefe, otro es el papel de Vicky, está algo desdibujado (Spoiler). Broderick Crawford está colosal en su papel de hosco marido celoso, es de los actores que ensombrece a los que le rodean con su fuerza, es de los que transmiten sentimientos con su lenguaje corporal, así como Gloria Grahame a pesar de nebuloso rol transforma su aparente debilidad en poderío dramático forjando una ambigüedad moral brillante. Al genial realizador vienés le gustaban este tipo de historias, donde la ambigüedad moral de los personajes sale a flote, donde la pasión es el motor que lo mueve todo. La cinta dista de ser la obra maestra que algunos dicen, Lang ha realizado films mejores, pero Lang siempre está por encima de la media. Recomendable a los que gusten de buenos melodramas. Fuerza y honor!!!

Lo más destacable la interpretación de Gloria Grahame, uno de los pocos personajes de la película creíble, pero pasaré a enumerar los "errores"...

(ver spoiler)

Y yo me preguntó si todas éstas cosas las viéramos en una película actual (ya no voy a decir española lo cual sería más grave) ¿se las perdonaríamos? creo que no.
Las OBRAS MAESTRAS se escriben con letras grandes y no se les permite dejar cabos sueltos, al menos yo no se lo permito.
Aún así muy recomendable, hay que verla para criticarla.

Mismo director, misma pareja protagonista y solo un año después que “Los Sobornados”. Sin alcanzar el increíble nivel de aquella es también una película estupenda, con unas imágenes del deambular de los trenes de aquella época que se recuerdan y una historia que desde el primer fotograma ya te atrapa. Pocos títulos definirán tan bien lo que a continuación nos cuentan como en este caso, le viene como anillo al dedo, como son esos deseos, ambición, poder, pasión incontrolada, amor, celos, manipulación. Y cuan humanos son, tanto que equivocadamente nos tienden a parecer exclusivos de las personas.
La película siempre mantiene el tono, ya desde el principio crea un ambiente que continua a lo largo de toda la proyección, un ambiente entre tenso y claustrofóbico que no te da respiro, apoyada en un excelente guión con algunas frases exquisitas. Hay una que es una verdadera perla y dice algo así. “Es más importante estar guapa que ser inteligente, todos los hombre que conozco tienen ojos, pero ninguno cerebro” y otra que tampoco tiene desperdicio “Que haríais los hombres si no hubiera mujeres para coseros los botones. Si no hubiera mujeres iríamos desnudos”
Fritz Lang se mueve como pez en el agua en ese género, acierta de nuevo con los intérpretes, no solo Ford y Grahame, Crawford y los secundarios completan también un excelente trabajo. Sobre todos yo destacaría una vez más a Gloria Grahame, no se puede decir que sea la clásica mujer de rompe y rasga, pero a parte de bella, que lo es y mucho, posee algo especial, un atractivo que hace a sus personajes seductores y consigue que sea creíble todo lo que los hombres hacer por ella, si se decide ser maligna puede conseguir de ellos todo lo que quiera, pero si le parten el corazón también se vuelve vulnerable.

Curiosa película cuyo único objetivo parece ser demostrar que la mujer, a menos que sea familiar y virginal, es por fuerza mala y culpable, por lo que es justo y necesario que reciba un merecido castigo, pues al fin y al cabo ha sido la responsable con su simple presencia de desatar las bajas pasiones de los hombres que la rodean. Socavado por esta moral machista y retrógrada, incongruente por otro lado si atendemos a lo que el guión mismo desarrolla, el espíritu de la obra de Zola se reduce y deforma lamentablemente.

Recomendaría la versión anterior de Jean Renoir, La bestia humana, que expone sin tantos prejuicios unos personajes complejos, que merecen ser observados con atención. A mi juicio ofrece sin duda una visión más descarnada e insólita, no tan lastrada por los clichés. Además, Jean Gabin le da veinte vueltas a Glenn Ford (aunque pensándolo bien, eso tampoco es ningún gran mérito). Por suerte para Lang, el reparto también contó con Gloria Grahame y Broderick Crawford, lo más convincente de la película.

Estupenda película de la época americana de Fritz Lang, maravilla ver el partido que saca el director de absolutamente todo: la traqueteante banda sonora, el ambiente ferroviario, lleno de planos informativos y detalles sobre el oficio que tejen un fondo muy sugerente, la fotografía curradisima marca de la casa, unos actores perfectos todos ellos en sus personajes y un guión adulto y muy bien escrito que escapa a unos cuantos topicazos del género, con personajes que evolucionan, y un tratamiento del sexo -y su ausencia- como motor de la accion, tan contundente como la locomotora que conduce (que envidia) el protagonista.

No voy a dar la brasa repitiendo lo que más o menos ha comentado ya todo el mundo, pero sí me gustaría destacar la habilidad con la que guionista y director describen a cada uno de los personajes secundarios con un simple trazo que los vuelve de carne y hueso ante nuestros ojos, y me atrevo a asegurar que cada uno de ellos tiene al menos una frase que lo define y se recuerda un par de días después de ver la película.

Y como muestra, el consejo que dispara a Gloria Grahame la amiga que le presta el apartamento en la ciudad: "Mejor ser guapa que lista; todos los hombres que he conocido tenían ojos, pero ninguno tenía cerebro".

Que buena película.