Deseos humanos

Interesante película del gran Lang, que cómo otras suyas se centra en lo más bajo del ser humano. Drama sobre los celos de un marido y la manipulación de una mujer fatal, frente a la integridad del protagonista Ford.
La película tampoco aporta nada bueno, si acaso el final y la resistencia del protagonista a caer a los deseos de la mujer, pero se engloba en la linea de películas de la época.
Pese a todo recomendable.

Lang repitió con la pareja de su obra maestra "Los sobornados" (Glenn Ford y Gloria Grahame) y con el "remake" de un film de Renoir como en "Perversidad" (aquí "La bête humaine", allí "La golfa"). "Deseos humanos" es un melodrama de amores imposibles teñido de cine negro, de intriga y sequedad. Es la adaptación de una obra de Zola y Lang se mueve en su terreno preferido: la historia fatalista, de seca espesura, plasmada de manera sencilla y hecha aparentemente igual. Es una película sobre la frustración del ser humano al no poder alcanzar lo que anhela, sobre el destino, hecha de forma sobria, eficaz, aunque ni mucho menos con la soberbia brillantez de "Los sobornados", p.ej. Vamos, que es un film notable pero ni por asomo de lo mejor del gran cineasta alemán.

Segundo largometraje de Fritz Lang basada en una película de Jean Renoir, el primero fue Perversidad, ahora es el turno de La bestia humana, basada a su vez en una novela de Émile Zola.
Cine negro en mayúsculas, muestra como se desenvuelven los personajes ante sus instintos más freudianos el amor y la muerte. Cuento con moraleja que responde a interrogantes como qué serías capaz de hacer por amor.
Dirigida con maestría por Fritz Lang, capaz de crear la tensión adecuada, ya que nada es lo que parece. De este modo emplea elipsis para que no sepamos más que algunos de sus personajes y entonces tampoco podamos saber cuando dicen la verdad o mienten.

Anda que vaya cartel de «Deseos humanos». «Nació para ser mala..., para que la besaran... para crear problemas». Qué heavy.

Bueno, bueno, que no es para tanto. Confieso que creo pertinente hacer una mini reivindicación del concepto de «mujer fatal». Ya he comentado otras veces que en muchos de estos ejemplos de cine negro ellos, los hombres, son más fatales que ellas, las mujeres. A fin de cuentas, ¿de qué se le puede acusar exactamente a Vicky de «Deseos humanos»? Es curioso darse cuenta de que hay dos variables que se repiten en la femme fatale: la mentira y la sexualidad. Vicky es un poco fresca y bastante manipuladora, de acuerdo, pero seamos honestos: ¿acaso no se encuentra en una situación de desventaja respecto a los hombres que la rodean? Porque Vicky habrá nacido para ser mala, pero ¿y su marido Carl? ¿Ese no es malo? ¿O es que pretenden hacernos creer que es solo un pobre hombre a quien ella, la perversa, lo lleva por el camino de la perdición? Algo de eso hay, porque las pasiones que despierta una mujer fatal son intensas, pero si pensamos en crímenes y delitos propiamente dichos, Vicky no es ni mucho menos la más culpable. Y además hay algo que en mi opinión las redime de sus pecados: estas mujeres aman de verdad.

Fritz Lang dirige al mítico Glenn Ford, quien en la secuencia del tren con Vicky nos da una clase magistral de cómo seducir, y a una muy delgada y turbia Gloria Grahame en una cinta de sabor amargo y tensión bien conseguida.

Este es otro tren llamado deseo.

Otra vez más, Lang escruta al ser humano, y lo dota de pasión, de venganza y de crueldad. El amor consigue unir y separar personas, pocas películas han conseguido reflejar esto como Deseos Humanos.
Glen Ford jamás ha actuado tan bien como lo ha hacho siempre que le ha dirigido Lang, tenían una complicidad especial.