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El general de la Rovere

Drama En 1943, los aliados ya han desembarcado en el Sur de Italia, pero el Norte sigue bajo dominio fascista gracias a la ocupación alemana. En la Génova de 1943, Bertone, un estafador con grandes dotes teatrales, es arrestado por los nazis y obligado a hacerse pasar por un militar antifascista, el general della Rovere. Su misión será identificar a los jefes de la Resistencia, pero acaba tomándose su papel demasiado en serio. Se basa en el ... [+]
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
8 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película más que olvidada que recupera José Luis Garci en su ya mítico espacio de televisión CLASSICS.

Rossellini tras la cámara, De Sica de protagonista, basada en una novela de Montanelli... Nada podía fallar.

Y así fue: una película clave en el neorrealismo italiano, a la altura de la magistral LADRÓN DE BICICLETAS (ahí con De Sica en la dirección) pero rodada en estudio con interiores que parecen exteriores de un Milán devastado por la II Guerra Mundial, con unos nazis en retirada que ya saben que todo está perdido.

El viaje vital de un pícaro, simpático y ruin a la par, encarnado por un magistral De Sica, capaz de sentir en sus carnes la desesperación y el miedo del que él tantas veces sacó provecho y su conversión a persona decente, casi heroica, está narrada con la mirada y la sabia dirección de uno de los grandes directores de todos los tiempos. Sin estridencias ni planos rocambolescos, Rossellini nos enseña una Italia y a unos italianos vencidos y tristes, capaces, no obstante, de levantarse y volver a tener orgullo.

Hay humanidad en todos los personajes, incluso en los malvados nazis, algo que da a esta película, triste y tremenda, un halo de esperanza en el ser humano que es tan clásico del cine de Rossellini, todo un humanista, al fin y al cabo.
melchorin
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18 de septiembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
314/25(17/09/20) Estimable drama de Roberto Rossellini, con guión no acreditado de él mismo, junto a Sergio Amidei (“Roma, ciudad abierta”), Diego Fabbri (“El Cid”), y Indro Montanelli (“I sogni muoiono all'alba”), basándose en una novela de este último, nació de la experiencia del propio Montanelli, que estuvo preso en San Vittore y conoció realmente a un tal Giovanni Bertoni, luego fusilado por los alemanes en Fossoli en 1944. El estafador de la vida real que se hizo pasar por Della Rovere se llamaba Bertont, cambiado a Bertone en el libro y Bardone en la película. La película es producida por Angelo Rizzoli, quien era el titular de los derechos sobre la historia publicada por el periodista. La familia de Bertoni, tras el estreno de la película, presentó una demanda por difamación contra el director. Después de la trilogía sobre la guerra (“Roma, ciudad abierta”, “Paisà” y “Alemania, año cero”) que finalizó en 1948, Roberto Rossellini vuelve a los temas de guerra y resistencia con esta película, retomaría el escenario en la siguiente “Era notte a Roma” (1960). Tiene entre sus fulgentes alicientes además de la dirección del siempre competente Rossellini a un titánico Vittorio de Sica de protagonista, en un rol que embiste de modo extraordinario al elegante farsante que se aprovecha de las desgracias en medio de la Segunda Guerra Mundial (representando las penurias esa escena inicial con una cola para recoger agua de una fuente), un carroñero sofisticado sin moral, un superviviente hedonista que no se priva de buenos trajes, juegos de azar o hermosas mujeres alas que engaña, y con esta calaña es extraordinario como el actor lo hace empatizar con el espectador.

Para en la segunda parte de la película, una vez entramos en la prisión sufrir una serie de cambios al entablar relación con personas que son todo lo contrario que él, seres altruistas que piensan en el bien colectivo sobre su propia vida. Es en este segundo segmento donde la película sufre un cambio radical que la hace entrar en otro tono lejos del neorrealismo italiano que la entroncaba con la felliniana “Almas sin conciencia” (1955) para entrar en una previsible cinta carcelaria con moralina que te meten a empellones, teniendo algunos buenos momentos en esta fase, pero sobresaliendo un tono aleccionador simplista, con un final sobrevalorado en su sentimentalismo facilón. Es por ello que donde veo más sustancia y jugo es cuando estamos en el exterior, en las andanzas y desventuras de este truhan encantador, capaz de vender a su abuela por dinero para poder perderlo en una partida de cartas. Es en este bloque inicial donde sin ser neorrealismo puro (este comprendía el contexto real del tiempo, por escenarios reales, y aquí es un relato 15 años atrás y hay retroproyecciones), pero si abordaba la crudeza darwinista de la calle, mostrada en precarias condiciones, pero cuando entramos en presidio vira a una clase de orgullo patriótico pueril, donde el protagonista es el epítome de Italia, primero simpatizante de los alemanes y al final renegando de ellos.

La película fue un encargo a Rossellini, no un proyecto personal, producción al que el romano calificó como “alimentación personal”, se le encomendó para que la hiciera a toda prisa para poder estrenarse en concurso en el Festival de Venecia (donde ganó el León de Oro, ex aequo con “La Gran Guerra”), siendo los decorados creados en los estudios Cinecittà en Roma (incluso la realista prisión es allí) y las imágenes de archivo se utilizan para la retroproyección, De Sica dijo que la película se filmó en 33 días y se editó en 10. El guión fue nominado al Oscar a Mejor Escritura, Historia y Guión- Escrito Directamente para la Pantalla (Sergio Amidei, Diego Fabbri, Indro Montanelli).

Historia que acontece durante la ocupación nazi en la Génova de 1943, historia de un superviviente individualista, egoísta y charlatán, un anti-héroe que se surte de las tragedias de los demás, relato sobre colaboracionistas y patriotas, sobre el egocentrismo y la solidaridad, donde lo que prima es la evolución del protagonista, un vividor oportunista que aprovecha el dolor en su beneficio, en una huida hacia adelante constante. Tiene gran sustancia su relación con el coronel de las SS Müller (Hannes Messemer), dos arteros manipuladores intentando camelarse el uno al otro., buscando las grietas en ambos, con sutilidad. Tiene grandes tramos para reflejar la mentalidad amoral y perversa de Bardone, formidable (ante una gran deuda de juego) como empieza queriendo engañar a su amante queriendo empeñar sus joyas y esta se ríe de él diciéndole que venda el anillo que le regaló, pues sabe que de zafiro no tiene nada, es más falso que él. Comenzando Bardone una odisea intentada ‘colocar’ el anillo, a un desesperado padre con su hijo en prisión (que le dice que todo el dinero lo ha gastado hipotecando la casa para darle el dinero a él para que negocie la libertad del reo), a la dueña de un bar, terminando en un prostíbulo con su antigua amante, que sabe que es falso, tremebundo como acaba esta desventura.

Pero este tramo termina cuando Bardone es chantajeado para que entre en la cárcel y se haga pasar por el general del título, y aquí sufre una transformación muy previsible, todo transcurre de forma calculada, las torturas, las dudas, el temor, las humillaciones, le hacen replantearse su existencia. Esto que el film caiga en la complacencia de un camino esperado y propio de periodos de panfleto patriótico, ya desde el inicio en su celda cuando Bardone lee las últimas palabras talladas en la pared de los condenados que han pasado por el lugar, tras ello su interrelación con gente idealista le va calando, pero todo esto me queda facilón. De este tramo me ha gustado cuando Bardone se embiste del General para en medio de un bombardeo dar un sentido discurso sobre ser valientes a los presos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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22 de enero de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena película, que si acaso se me ha hecho un poco larga, en la que se pone sobre el tapete lo absurda y cruel que es la guerra, y en la que Vittorio de Sica vuelve a interpretar a uno de esos personajes picarescos y simpáticamente oportunistas que tan bien se le daban. Tratando de aportar algo nuevo al resto de criticas, diré que me ha sorprendido que el apóstol del neorealismo, que hizo del rodaje en exteriores reales una norma de estilo, haya optado por rodar varias secuencias que ocurren supuestamente en exteriores en los estudios de Cinecittá, con lo cual vemos unos artificiosos decorados con muros de cartón piedra y fondos a todas luces falsos, que cantan bastante y sorprenden todavía más al tratarse de una película realista que transcurre hacia el final de la Segunda Guerra Mundial.
alex
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9 de noviembre de 2023
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El ‘coronel’, Emanuele Bardone, alias ingeniero Grimaldi, es un estafador de elegante aspecto y bajo perfil, y con suficiente labia para convertir en víctimas principalmente a las señoras; pero la causa es, quizás, porque ha terminado involucrándose con aquellas que tienen parientes en problemas con los nazis, los cuales continúan ocupando el norte de Italia durante la II Guerra Mundial. El ‘coronel’ tiene un colaborador dentro de la policía alemana (el teniente Walter Hageman, encargado del archivo en Génova) y, con su ayuda, ha favorecido a algunas personas a cambio de sobornos. Pero mientras (en una secuencia inolvidable) procura reunir las 50 mil liras que debe pagar, ahora, a su colaborador, terminará cometiendo un error con su última víctima… y caerá en manos del coronel Müeller de las S.S. -a quien ya conocía de antes- y entonces tendrá que encarnar a un personaje con quien esperan, los nazis, encontrar al líder de los partisanos.

Emparentada en su trasfondo ideológico con, “Des Teufels General” (Helmut Käutner, 1955), el director italiano, Roberto Rossellini, tiene aquí uno de sus más bellos logros cinematográficos, al recrear con, <<EL GENERAL DE LA ROVERE>>, un magnífico drama sobre la toma de conciencia, logrando que el personaje representado por el célebre actor (y director) Vittorio De Sica, sea de una profundidad que nos conecta con él irremediablemente. Se partió de la historia, “Il Generale della Rovere”, escrita por Indro Montanelli, y él mismo, en colaboración con Sergio Amidei y Diego Fabbri, se ocuparon del excelente guion.

Desde aquella escena en la que, de paso hacia la oficina de su cómplice Hageman, el ‘coronel’ observa los rostros angustiados de las numerosas personas que buscan a sus parientes, Rossellini va dando puntadas de esas que conducen a Ver la realidad… y las muchas cosas que sucederán luego en la prisión de San Vittore, quizás vayan forjando esa nueva visión que, en algún momento, puede cambiarnos para siempre.

Entre los personajes que conoceremos en el proceso, encontramos gente que nos llegará al alma como, Olga la prostituta (Sandra Milo), quien, teniendo razones para odiar, sigue amando al estafador. El guardián italiano (Bernardino Menicacci), convencido de que tiene en persona al verdadero General de la Rovere, y está dispuesto a hacerle la vida amable; y entre otros, Banchelli (Vittorio Caprioli), el condenado a muerte cuyo día no llega. Indispensable mencionar, la ambigua y significativa presencia del coronel Müeller (Hannes Messemer), la suerte de amigo con el que hay que pisar muy suave… porque es encantador hasta que dejes de ser su agrado.

Tuvimos el placer de ver la película en una versión restaurada por el Grupo Editorial Minerva/Raro Video y la Cineteca Nazionale, para celebrar el centenario del nacimiento del director, Roberto Rossellini. Es la versión exhibida en el festival de Venecia (139 minutos), con 6 minutos más de duración que la que se exhibió comercialmente.

Sólo puedo terminar diciendo que, <<EL GENERAL DE LA ROVERE>>, es de esa suerte de películas que es imprescindible ver.
Luis Guillermo Cardona
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15 de octubre de 2009
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rossellini siempre renegó de esta película que tuvo que hacer por graves penurias económicas. El italiano volvía a escenarios de su mítica primera etapa: la 2ª Guerra Mundial, durante la ocupación nazi, fijándose en la figura de un pícaro que se hace pasar por general para salvarsede una muerte segura (spoiler), en un film que ante todo quiere ser una lección acerca de la dignidad humana. No es una gran película, pero ofrece una magistral interpretación de De Sica y una emocionante y memorable parte final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kafka
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