Los canallas duermen en paz

Kurosawa deja atrás el Japón medieval, que caracteriza gran parte de su obra, para rodar esta pequeña y escondida joya dentro de su filmografía.
Un film que reivindica el derecho del pobre a la hora de alzarse ante los poderosos, ya que la justicia debe ser un derecho global no corrompible por el dinero ni el poder, sin embargo un hecho se repite constantemente con el paso de los años: el pobre es una y otra vez pisoteado y ninguneado por los poderosos.
La película cuenta con los actores fetiche del director japonés: Mifune, con un papel que le permite desempeñar sus excelentes dotes interpretativas y Shimura, aunque este en un papel inferior en protagonismo.

Una de las Obras Maestras de su autor y sin embargo una de sus películas menos conocidas. Resulta incomprensible que una obra tan moderna, atrevida, bien realizada y precisa sea tan poco conocida por el público en general. Se trata de un fresco que utiliza la máscara de una investigación policial para denunciar con gran eficacia la forma en la que se articulan los complejos sistemas de corrupción que azotan muchas empresas existentes. Una obra imprescindible en la que lo único que se le puede achacar es que se hace un poco lenta y pesada en algunas parte y que su descomunal protagonista queda ensombrecido por sus excelentes secundarios, algo totalmente inusual en la carrera de Mifune.
Nota:
8'9

Otra vez Akira Kurosawa + Toshirô Mifune, con un solido guión produce una gran película. Varias cintas de Akira con Toshiro y todas fueron muy buenas como por ejemplo: Los siete samuráis (1954), Rashomon (1950) y Yojimbo (El mercenario) (1961) entre otras.
En esta ocasión la vi en varios segmentos y me costo entender y ubicar algunos personajes. Probablemente por mi falta de concentración. Una vez que logre comprender los personajes y su relación con el guión pude disfrutar de un buen film.
La historia es dura y entra en juego varios aspectos de vida humana como el odio a quien te daña, la búsqueda de venganza, el remordimiento, el amor,como los manejos turbios de las grandes corporaciones que solo le importa el "negocio" ante todo, la gente es descartable, entre otros. En realidad no hay personajes completamente buenos, como en la vida misma, solo se salvaría la hija del empresario quien con su inocencia esta un poco ajena a lo que pasa en realidad. Muestra como servir al dinero solo te hace mas egoísta hasta llegar al punto que no te interesa tu propia familia.
En el algunos pasajes del desarrollo se resuelven de manera rápida, algo excesivamente.
La cinta te deja un gusto amargo, impotencia e injusticia como la vida cuando termina.
La historia tiene varias lecturas creo que la venganza nunca conduce al bien. Dejarse llevar por la venganza, el odio y el mal solo puede llevar al infierno.

Muy recomendable para los que les gusta el buen cine basado en argumentos y reflexiones.

Amor, venganza y corrupción urbanística. Está claro que Kurosawa era un genio del cine, y como tal sus obras son perennes y de vigencia eterna.
Sin ser una de las obras más destacadas de su filmografía, la primera escena de casi veinte minutos de una boda se adelanta a la maestría de "El padrino", en la que se asemeja en varios aspectos; la importancia de la familia y su jerarquía. El desarrollo es igual de sobresaliente, con titulares de prensa y montajes que la hacen avanzar rápidamente. Pero pasada su mitad hay un punto de inflexión en la historia, en la que desvela una de las grandes incógnitas de la trama, en la que empieza a decaer su emoción y su último tercio, a pesar de la finura con la que realiza Kurosawa, no me acaba de funcionar. Una pena, porque si no sería obra maestra.

Excelente trabajo del maestro Kurosawa, dura y cruel como pocas.
Con contención formal, pero mucho dramatismo interno, Kurosawa narra una historia de venganza, donde la piedad y el amor tratan de vencer al deseo de destrozar a quien ha hecho el mal.
Brillantes interpretaciones, una puesta en escena, en apariencia rígida, pero con estupendos momentos llenos de intensidad, como la aparición del "fantasma" de un miembro de la Administración, o todo el primer cuarto de hora, con la boda de la hija del magnate.

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