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A quemarropa

Thriller. Drama Después de haber dado un golpe muy lucrativo, un hombre es traicionado por su esposa y por su mejor amigo. Ambos lo abandonan, dándolo por muerto, en una celda de la abandonada prisión de Alcatraz. Años después, intentará vengarse y recobrar su parte del botín. (FILMAFFINITY)
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Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
31 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Hollywood de la segunda mitad de los 60 fue un terreno abonado a los experimentos visuales y narrativos. Este hecho estuvo propiciado, sin duda, por varios factores como el auge imparable de la televisión como vehículo cultural de primera magnitud, la eclosión de nuevos cineastas con más libertad autoral o la decadencia de los grandes estudios. Pero también hubo otro factor, mucho menos mencionado en los libros de historia del cine, como fue el auge de drogas como el LSD. Digamos que el cine de la época (al igual que los jóvenes de aquella generación) coqueteó con las drogas alucinógenas con unos resultados bastante desiguales.

Los ejemplos más paradigmáticos de este vanguardismo psicotrópico que se me vienen a la cabeza son “El graduado”, “2001” y “Cowboys de medianoche”. Pero, evidentemente, hubo muchas más y “A quemarropa” es una de las más destacadas, no por su calidad cinematográfica, sino por ser, quizás, una de las películas que más lejos llevaron ese bizarrismo narrativo, ese halo de surrealismo psicotrópico, en definitiva, ese intento de experimentación visual con ínfulas de grandeza autoral.

El problema que tengo con “A quemarropa” no es sólo que considere que ciertos recursos que utiliza Boorman a lo largo de toda la película hayan envejecido horriblemente mal (como esos flashbacks repetitivos y machacones, esas repeticiones de planos, ese ensimismamiento por ciertas imágenes supuestamente introspectivas…), sino que creo que queriendo o sin querer la película adolece de lo más importante cuando te sientas delante de una pantalla: Una historia y unos personajes interesantes.

“A quemarropa” es la derrota sin paliativos del fondo ante la forma. La forma lo devora todo y se convierte en la única razón de la película. El guion es una excusa, un vehículo para los manierismos formales del director británico que se recrea hasta la extenuación en piruetas narrativas y visuales que vistas hoy huelen a naftalina y a ropa apolillada.

Los personajes son esquemáticos, un auténtico cliché, apenas unos esbozos de los arquetipos clásicos del noir. Los diálogos son lacónicos y en ocasiones estúpidos, mientras que las actuaciones son correctas sin más.
La apruebo porque las escenas de acción están bien filmadas, porque salen algunas localizaciones míticas del Hollywood con el que algunos hemos crecido y porque me encantan las escenas interiores de las películas de los 60 y 70 (con esa tecnología tan puntera en aquella época y tan entrañable a día de hoy), pero nada más.

En los 90, Mel Gibson rodó un remake mucho más irónico, autoconsciente y divertido que este “A quemarropa”.

Esa, desde luego, es la película que recomendaría a mis amigos.
Marvin_Benson
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24 de julio de 2007
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A quemarropa" es una película en la que John Boorman demuestra todas sus cualidades como el muy buen director que es. El director lleva con mano firme su película, contándonos acertadamente con un ritmo pausado una historia sencilla, que funciona en todo momento gracias al gancho de la misma que nos cuenta las andanzas del personaje que interpreta Lee Marvin para conseguir su dinero. Así que con una buena dirección de Boorman, con un guión interesante y con una película bien servida desde el plano técnico, la película se ve en un momento a lo que ayuda su muy breve duración.

Si a eso le añades una más que soberbia interpretación del siempre inspiradísimo Lee Marvin en otro papel de duro que tan bien sabía hacer el actor y todo está hecho. Además de que los secundarios acompañan, con una Dickinson correcta al igual que los otros muchos que vemos a lo largo de la película.

Sin lugar a dudas, una película interesante con un tono clásico que logra enganchar. Ni punto de comparación con su muy mediocre remake, en todos los sentidos muy inferior a "A quemarropa". Y si no hay que comparar las películas ni mucho menos a Mel Gibson con Lee Marvin porque el australiano quedaría muy mal. Otro buen trabajo más del siempre competente Boorman.
Pataliebre
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29 de septiembre de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
224/16(23/09/17) Sobrevalorado film de culto inglés John Boorman en su debut en Hollywood, thriller hijo de su tiempo, busca ser vanguardista con sus influencias a la gala nouvelle vague se queda un tanto a medias entre lo que quiere y puede. El guión de Alexander Jacobs (“French Connection II”), David Newhouse (“El ladrón rebelde”), y Rafe Newhouse (El ladrón rebelde”), adaptando la novela pulp de Donald E. Westlake (bajo el seudónimo Richard Stark), “The hunter” (1963), Boorman dirigió la película a petición de Marvin como vehículo de lucimiento personal para su hierática personalidad, figura lacónica que se mueve con el mantra "Quiero mi dinero de vuelta", esto a una Organización que le ha robado 93.000 dólares, esto lo espeta 14 veces durante "Point Blank", convirtiéndose esto algo reiterativo, una especie de subida de niveles, matando uno tras otro a todos los que tienen que ver con su plata, clásica historia de venganza, sin complejidad alguna, sin ambigüedades, lo único que la hace singular es el modo de rodarla, con continuos flash-backs, machacones, cansinos, adelantando y atrasando el metraje en un juego un tanto denso e innecesario para lo que cuenta, ello aunque me quieran contar que es que todo en realidad es un delirio de un moribundo, idea esta tan simplista que no rellena la calidad que esperaba de esta película, pues lo que añade es confusión y desvía la atención de lo que debería ser un thriller con brío y nervio, llegando a ser pretenciosa para lago que no da para tanto. Primera película en rodar en Alcatraz, la infame prisión que había sido cerrada desde 1963, sólo tres años antes de la producción. Dos semanas en la prisión abandonada requerían los servicios de 125 miembros de la tripulación. Boorman, cree la película trata de las brutales experiencias de Lee Marvin en la WWII, lo que lo deshumanizó y dejó buscando su humanidad. Tuvo en 1999 un remake dirigido por Brian Helgeland titulado “Paybak”, protagonizado por Mel Gibson, y del que guardo (extrañamente) mejor recuerdo que lo visto en este film, tendré que revisarlo.

[Boorman demuestra su cinefilia y eficaz aprendiz de lo que le gusta, el film refleja influencias de la “nouvelle vague”, en especial saltos temporales de Alain Resnais (“Hiroshima mon amour”, 1959). Se inspira en “Alphaville” (1965), de Godard, para definición de psicología del protagonista. Descubre su afición al cine negro clásico USA (“Scarface”...) y al popular “western”, toma esquemas narrativos y descripción de personajes, con paralelismos con “Código del hampa” (1964), realizado por Don Siegel 3 años antes con misma pareja protagonista (Marvin y Dickinson)] Dixit.

Walker (Lee Marvin) trabaja con su amigo Mal Reese (John Vernon) para robar una gran cantidad de dinero en efectivo de un mensajero que transporta fondos para una importante operación de juegos de azar, con la desierta Isla de Alcatraz como punto de caída. Reese entonces traiciona a Reese y le dispara, dejándole como muerto, llevándose además del botín a la esposa de Walker, Lynne (Sharon Acker) .Walker termina recuperándose y con la ayuda del misterioso Yost (Keenan Wynn), comienza su particular venganza por recuperar sobre todo los 93.000 dólares del botín. Tendrá importancia en el relato personajes como Chris (Angie Dickinson), hermana de Lynne; Frederick Carter (Lloyd Bochner), gerifalte de la Organización, siniestra compañía mafiosa; Brewster (Carroll O'Connor), otro prominente miembro de la Organización.

Relato convencional, más imple que el mecanismo de un martillo, un tipo duro que tras ser traicionado cuasi-letalmente emprende su particular vendetta, miles de veces se ha visto en cine esta manida historia, con sus dosis de acción (me quedo con la “tortura” del coche, el contrapunto es laescena en que uno de los malos cae por la terraza de un alto edificio, muy envejecida y cuasi risibles f/x), de romanticismo superficial, con bien llevado erotismo por parte de una sensual Angie Dickinson, bebiendo del cine negro por sus recursos con mucha amoralidad, femme fatale, ambientes sórdidos, anti-héroe taciturno, deslealtades, y muchas muertes. Hablándonos de modo plano de temas como los celos, la lealtad, la traición, el sentido del deber, y sobre todo la traición, ello en un desarrollo a trompicado por esos alabados (por muchos) flashes de imágenes que no se saben si son alucinatorios o recuerdos, pero estos me llegan a empujones, reiterativos, insistentes, llegando a molestar pues resta intensidad pues el espectador no sabe q que atenerse, la sutilidad es algo que ni está ni se espera en la película, desequilibrando el metraje, ya de por si huero de contenido, y que ansía rellenar sus carencias desustancia con artificios vanos.

Film híper-violento, sobre todo para la época, con mucha sangre, muertes cruentas, un estado de brutalidad latente que llega al espectador, manejando de modo enfático la cámara lenta (a lo Peckinpah), con uso insidioso del sonido para desconcertar (gritos, disparos, pisadas,…), derivando esto en un clima malsano enrarecido. Obra en que los diálogos son escaso y lo que hay son cortantes y secos, derivando en una película en que el estilo está por encima delo que cuenta, por momentos experimental cual arte y ensayo, donde en muchos momentos los tiempos se mezclan de modo caótico en un montaje anárquico espacio-temporal (ejemplo su inicio), cual piezas de puzle amontonadas, en una evolución con tramos de tendencias lisérgicas, y en algún momento incluso con efluvios psicodélicos, me refiero a la escena en club donde Walker da una paliza a dos matones, con una canción de fondo, con una proyección que da un tinte surreal a las figuras peleando, y al final con los gritos de mujer al ver los cuerpos malheridos.

Lee Marvin es el amo y señor dela historia, un antihéroe duro de los que ya no hay, apenas dice palabra, salvo “Dame mis 93 mil $”, tipo de carácter rudo, machista, ultraviolento sin escrúpulos, nihilista,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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25 de diciembre de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De lo bueno bueno del género, historia contada con la sobriedad y contundencia que merece. Boorman, pese a su juventud, lo consigue.
Lo mejor la elección de actores, Vernon está soberbio, la Dickinson que te hace subir por las paredes de lo guapísima que está y, como no, el mejor, San Lee Marvin, tan impresionante como de costumbre. Y es que este actor no tiene precio, reconozco ser fan a muerte de uno de los rostros más impresionantes que el cine haya dado.
El film ha ganado con el tiempo el título de Clásico, lo tiene bien merecido. La historia en sí, aunque simple en el planteamiento, es sólida y trepidante. Por cierto, el remake que se hizo en 1999 protagonizado por Mel Gibson no esta mal, es digno.
Título imprescindible del Cine Negro.
txoniman
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12 de abril de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He vuelto a ver A quemarropa y reconozco que le debo una disculpa. La primera vez que la vi no tenía una buena copia y no me llamó mucho la atención. La segunda vez me hice con el dvd y la calidad de imagen y sonido mejoraron pero no tenía el día y tampoco me hizo mucho chiste. Finalmente la he vuelto a ver por tercera vez y como se suele decir a la tercera va la vencida.

A quemarropa es una obra de cine negro muy de su época con estética algo anticuada debido a la influencia de la Nouvelle vogue tan de moda en los sesenta, montaje revuelto y psicodelia. Tiene un argumento sencillo, directo y sin ambages. Cuenta la historia de un tipo llamado Walker al que su socio se la juega en un golpe disparándole y robándole su parte del botín. Por si fuera poco también le quita a su mujer y le abandonan dándole por muerto. Sin embargo, Walker se recupera e inicia una particular venganza contra su ex socio y la organización para la que trabaja. Para ello contará con la ayuda de su cuñada cuya hermana ha muerto de una sobredosis.

La película honestamente no es una obra maestra pero sí que resulta interesante sobre todo por la presencia del gran Lee Marvin, tipo duro por antonomasia muy apropiado para el papel de Walker, acompañado de Angie Dickinson y un debutante John Vernon. Las moderneces del montaje no me molestan incluso me parecen originales de hecho estoy convencido de que influyeron en el cine de Sam Peckinpah, véase La huida o Peter Yates, véase Bullitt. La versión moderna protagonizada por Mel Gibson como es lógico es más actual y está mejor realizada incluso resulta más entretenida pero nadie le podrá quitar a Point Blank ser la genuina. Las dos me gustan pero a la de Boorman la considero de mayor calidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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