Déjame entrar (Let Me In)

Nuevamente Hollywood nos hace el favor de coger un éxito europeo basado en el talento, el esfuerzo y la imaginación y adaptarlo a sus estándares. Se ve que la acción no es acción, el drama no es drama y la intriga no es intriga si no sucede en las fronteras estadounidenses, y nos lo cuentan en inglés actores que conocemos. Menos mal, hagámosles la ola a nuestros salvadores… si no es por ello, como somos tontos, nunca habríamos llegado a valorar la original.

En fin, pues nada, se ve que ahora le ha toca el turno a ese prodigio de creatividad sueca que fue “Déjame entrar”, al que la industria norteamericana nos trae truñeado a la manera de “Vanilla Sky”, “Quarentine” o “Funny Games”: plagiando lo que le interesa y “mejorando comercialmente” lo que no.

Poco que añadir. Como es comprensible, no aporta nada que no haya visto ya, así que le pongo mi nota estándar a estos truñoplagios, un 2.

Ya en la Edad Media existían los monjes copistas. Se dedicaban a copiar las grandes obras existentes en la época para que estas pudieran persistir en el tiempo y obtener la mayor difusión posible. Hacían un buen trabajo, eran meticulosos, no añadían ni quitaban nada, y al final, letra a letra, página a página, conseguían su propósito.

Bueno, pues esto es lo mismo.

El éxito de esta historia radica en el uso de los silencios y de la inocencia que en todo momento irradian los personajes protagonistas. Gracias al empleo de estas dos características la cinta llega al espectador de una forma novedosa. Silencio, inocencia, frío, oscuridad y color azul sirven para definir a grandes rasgos la película. La sencillez, la pausa, la normalidad conducen al espectador de forma algo hipnótica a tener la sensación de que lo que ocurre no es un cuento sino una realidad en el lugar del mundo donde se desarrolla. Y esto último es lo que catapulta al espectador, manteniendo su interés casi hasta el final. Magnífico el niño actor principal.

Lo que podría haber sido una obra sorprende, retorciendo el potente mito de los vampiros, ésta vez con niños, acaba siendo poco más que una horterada tan insulsa y tonta como el desenlace. Diría que es una especie de "Crepúsculo" para deprimidos o una copia devaluada de "El Ansia" pero con menos... de todo. Antes de seguir aviso que no conozco la original sueca rodada por Tomas Alfredson por lo que no entro en el debate de cuál es mejor o peor. A mi esta no me ha gustado y me temo que me va costar acercarme a la anterior.

Sea como fuere, Matt Reeves nos despacha un trabajo con altas pretensiones pero mal planteado, que divaga en cuestiones muy accesorias. Por ejemplo, toda la parte de Owen (Kodi Smit-McPhee) en la que es acosado en la escuela es un estorbo. Si lo que interesa aquí es la relación de Owen con Abby (Chloe Moretz), céntrate en ella y no pierdas el tiempo en esa parida sino quieres que tu película caiga en una especie de clase de autoayuda para apocados. Porque esa es otra, el niño tiene una pinta que te asusta. Confieso que poco antes de meterse en la piscina tuve miedo de lo esquelético y huesudo que está. Si es que parece un vampiro. Digo yo con esa clase de protagonista, ¿quién se va a sentir identificado con él? Eso sí, a mi Abby me cae simpática. Hasta me da penita. Lástima que la historia no tenga la mordiente (nunca mejor dicho) para apuntalar ese romanticismo que pretende, primero por las edades que tienen, segundo porque el niño es un poco tonto y tercero porque esa relación está bastante forzada, como muy de imperativo de guión.

Claro que dándole vueltas a "Déjame entrar" hay una serie de cuestiones que no las entiendo. Pero como no quiero desvelar la trama les pondré en el SPOILER. Lo que si es una constante en los relatos vampíricos de los últimos años es la de presentarnos esta condición como una especie de enfermedad en vez de como una maldición o pacto diabólico. De esta forma el vampiro se puede convertir en un tipo excelente que, por desgracia, necesita sangre humana para vivir. De ahí, a pedir tolerancia y respeto para esta forma de ser hay un paso que ya hemos dado. Pero dicha transformación convierte el mito vampírico en algo incomprensible, anodino y hasta sin ningún interés, todo lo contrario de lo que sucede en la fórmula clásica llevada al límite en "Drácula". Incluso hay un diálogo calcado al de la genial película de Coppola. "Qué eres" "No soy nada". La diferencia es que con Gary Oldman, te se saltan las lágrimas y aquí, te da la risa.

Y hablando de risa, esta "Déjame entrar" me da pie a exponer un argumento para una película que me lleva rondando desde hace tiempo. El título sería "Mi novia es una vampira" (o algo parecido) en plan comedia de enredos y sátira, pero bien hecha. El argumento podría ser que un humano conoce a una joven, se enamoran pero descubre que ella es una vampira. Aún así como es guapa, cariñosa, buena chica y tal, la sigue queriendo. Además, no nos engañemos, le tiene un poco de miedo. Así que la relación sigue pero él hace todo lo posible para que nadie lo descubra. Imaginaos qué de situaciones comprometidas pueden darse. No me digáis que no sería un bombazo.

He visto la original como unas ¿5 veces? Y me negaba a ver este remake (Por eso típico que hacen los americanos cuando versionan algo... CAGARLA!). Pero claro, luego me hice fan incondicional de Chloë y empece a repasar su filmografía.... Y vaya por dios! me encontré con esto!
Sin muchas ganas, ni expectativas me dispuse a ver este film... Y para mi sorpresa habían versionado algo bueno en algo bueno.... ¿Como puede ser? ¿Los americanos haciendo un remake con alma? ¿puede ser este el principio de una nueva era? ¿Debo de empezar a creer en las secuelas y los remakes?

Siendo sincero... Me sentía confuso. No sabia que coño había pasado. Entonces, al día siguiente me dispuse a volver a verla... Entonces caí en la cuenta: Esta película me ha atrapado y me ha llegado a la patata.
La original es una joya, no hay duda, pero en esta ocasión se rechazan un poco los planos generales y nos meten muchos primeros planos y planos detalle, lo que hace que estemos mas cercanos a los personajes. Y los dos protagonistas hacen un papel estupendo. Vamos, que este remake es una joya. Para mi, a la altura de la original.