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Mi cena con André

Drama Malle se atreve con un film sobre una conversación entre dos personas, obteniendo excelentes críticas en USA. Dándose vida a sí mismos, los actores y autores Wallace Shawn y André Gregory quedan una noche a cenar. Como buenos amigos, se empiezan a contar múltiples experiencias personales, a través de las cuales comienzan a surgir los grandes temas de la existencia. Dirigida por Louis Malle, y con guión creado por los dos protagonistas, ... [+]
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
28 de febrero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
59/21(22/02/22) Fallido (y sobrevalorado) film dirigido por Louis Malle, escrito y protagonizada por André Gregory (Andre) y Wallace Shawn (Wally). Los actores interpretan versiones ficticias de sí mismos compartiendo una conversación en el Café des Artistes en Manhattan (en realidad es otro restaurant). El diálogo de la película cubre temas como el teatro experimental, la naturaleza del teatro y la naturaleza de la vida, y contrasta el modesto humanismo de Wally con las experiencias espirituales de Andre. Andre Gregory es el tema central de la primera hora, cuando describe algunas de sus experiencias desde que abandonó su carrera como director de teatro en 1975. Entre ellas, trabajar con su amigo, el director Jerzy Grotowski, y un grupo de actores polacos en un bosque en Polonia, su visita a Findhorn en Escocia, y su viaje al Sahara para intentar crear una obra de teatro basada en El Principito de Saint-Exupéry. Trabajó con un grupo en una pequeña obra de arte en Long Island, lo que resultó en que Andre fuera enterrado vivo (brevemente) en la noche de Halloween, como ceremonia de ‘renacimiento’. Resto de la película es una conversación en la que Wally Shawn intenta argumentar que vivir la vida como lo ha hecho Andre durante los últimos cinco años simplemente no es posible para la mayoría de las personas. Relata placeres ordinarios, como tomar una taza de café. Andre responde que lo que pasa por la vida normal en Nueva York a fines de la década de 1970 es más parecido a vivir en un sueño que a la vida real. La película termina sin una resolución clara del conflicto en las visiones del mundo articuladas por los dos hombres. Wally recuerda durante un viaje en taxi sobre su infancia y menciona que cuando llega a casa, le cuenta a su novia Debbie sobre su cena con Andre. La Gymnopédie No. 1 de Erik Satie suena de fondo.

Yo soy de los que gusta de jugadas arriesgadas en el cine, los ejercicios de estilo, por lo que la idea de una cinta con solo dos personajes, que transcurre durante casi dos horas de cena (ininterrumpidas salvo por el prólogo y el epílogo), donde nunca vemos comer a los comensales (pero la comida al final ha desaprecido ¿?), asistimos a una charla entre dos viejos amigos, divagando de modo pasional y existencialista sobre lo divino y lo humano (se pueden sentir las influencias filósofos como Rousseau, Schopenhauer, Epicuro, Platón y Diógenes), sobre el arte, sobre la búsqueda del sentido de la vida, sobre que es la felicidad, sobre el paso lapidario del tiempo, contrastando ideas sobre el pragmatismo de aprovechar la vida que tenemos, disfrutar de ella, frente a la idea de buscar nuevos retos que nos saquen de la monotonía resulta atractiva de entrada, extrayendo como resultado el ‘Tempus Fugit’ o ‘Carpe Diem’. Es un film valiente en su premisa, pero que se me hace letárgico, por supuesto que de todo hay en la viña del señor y hay cohorte de críticos que la ensalzan, pues mejor para ellos, pero yo no soy partidario de ser un snob gafapastil que comulgue con ruedas de molino y me ha sido un metraje de más a muy menos en este compendio low cost de los libros de autoayuda. Es de esas películas que me hace preguntarme que es el cine, si este medio se pudo inventar para poner a un espectador a un la do de la pantalla a observar a dos hombres que hablan son descanso de micro historias donde el vidente como exégeta debe sonsacar una filosofía de vida (venga ya!). Si cuando se creó el cine la primera obra hubiera sido esta el medio hubiera fracasado.

Una puesta en escena frugal, cuasi-ascética, restringida al salón de comer del restaurant (tras la pareja de amigos está el cuadro de Manet, "La camarera del Folies Bergère", pero más íntimo y discreto), donde la cámara se atiene ser funcional, donde sobresale (por poner algo positivo) el duelo actoral, dos caracteres contrapuestos, uno un hedonista insatisfecho y el otro un hombre que disfruta de los pequeños placeres de la vida sin exigir más. Pero sus tiras y afloja en que deriva la segunda parte del film me resultan poco estimulantes, argumento que se tornan reiterativos en sus mensajes, lo que me lleva a estancarme y alejarme de la pantalla.

Al comienzo de la película, Shawn viaja por la ciudad de Nueva York para reunirse con Gregory para cenar, y sus pensamientos nos ponen en contexto. Su amigo Gregory es un director de teatro de Nueva York, muy conocido en la década de 1970, abandonó los estudios durante cinco años y viajó alrededor del mundo. Ahora Gregory ha regresado, con maravillosas historias de extrañas experiencias. Shawn ha pasado los mismos años en Nueva York, encontrando un éxito incierto como autor y dramaturgo. Se sientan a cenar en un elegante restaurante. No vemos a otros clientes.

Gregory es el que toma el mando de la charla, el que habla más, el que despliega con más ardor sus ideales de vida, habla con entusiasmo de sus vivencias. Shawn es realmente nuestros ojos en la charla, pues es durante gran parte del metraje el oyente atento, hasta que decide ‘enfrentarse’ a su amigo sobre el inconformismo de Gregory frente a disfrutar el ‘día’ de Wally, nos hace chocar dos dilemas morales de cómo afrontar la existencia, cual si Andre aceptará vivir en la Caverna de paltón y Gregory hubiera decidido salir de ella a explorar. Pero esto que sobre el papel puede resultar cautivador, durante el minutaje termina por hacerse pesado y denso. Asimismo, el guión resulta una ‘batalla’ de ideas que se cuelgan en las perchas de Wally y Andre, pues en la charla no hay atisbo de pasado entre ellos, nada de complicidad entre ambos, nada anécdotas entre ellos, lo cual repercute en la sensación de ser una exposición de ideas sin más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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14 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me parece que es muy interesante ya que los dos actores reflexionan sobre cosas que normalmente pasan en la vida.

Pienso que se nota que el guión está hecho por los dos protagonistas. Otra cosa es que los dos protagonistas no están en un restaurante cualquiera sino que se puede ver muy bien que es un restaurante muy lujoso.Se puede ver cómo André entra al restaurante tranquilamente como si ya hubiese ido más de 10 veces, en cambio Wally va al restaurante sin saber ni qué comida habrá en el menú, es decir, que no está acostumbrado a ir a este tipo de restaurantes.

Por otro lado, cuando la peli habla sobre la naturaleza de la vida me recuerda a un filósofo que se llama Diògenes, ya que él decía que tenemos que vivir en la naturaleza como los animales, también cuando se habla sobre la naturaleza del teatro me recuerda al filósofo Platón, él se centraba en el mundo ideal que trata sobre la perfección del mundo. Además de esos dos filósofos, lo que realmente me recuerda esta película es al gran filósofo Sócrates, ya que este filósofo lo que hacía era conversar con la gente y hacerles reflexionar sobre ciertos temas, como por ejemplo lo que pasa en la película que se pasan hablando durante más de 1 hora y treinta minutos dando conclusiones y reflexionando sobre cosas que tendrían que hacer o mejorar. Otra cosa que me ha llamado la atención en la película es a como tratar con tus sentimientos y placeres, que por parte de placeres me recuerda a Epicuro ya que él decía que las amistades y los placeres era lo que más importaba en la vida, y eso es lo que hizo André en la película viajando a otros países con algún amigo buscando nuevos placeres.

Una cosa más, estoy más de acuerdo con Wally, que es conservador, y no estoy de acuerdo con lo que dice André, porque éste dice que hay que buscar una sociedad mejor,pero yo pienso que eso es estar perdiendo el tiempo en la vida; es cierto que a André le han ido bien las cosas en este asunto pero pienso que ha sido pura suerte, me gusta más la opinión de Wally ya que él no tiene mucha prisa en aprender las cosas y prefiere ir haciéndolas poco a poco, opino también que él no le preocupa tener un tempus fugit en su vida, sino que quiere que todo pase lentamente para recordarlo perfectamente, es decir que quiere que en todos los momentos que pasen en su vida tengan siempre un carpe diem.

Finalmente, esta película la recomiendo mucho para la gente que quiere aprender cómo tratar con la vida y cómo vivirla.
Moha4
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23 de septiembre de 2023
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Recuerdo que cuando la ví, ya hace unos años..., fue por casualidad, para cubrir el tiempo, en la filmoteca, que tenía al lado del trabajo. Iba a ir pusiera lo que pusieran. Sin embargo para mi sorpresa, me encontré con la película más extraña y fascinante que jamás he visto. Una cena en tiempo real, sin más que la conversación entre los dos personajes. Lejos de ser aburrida fué fascinante, con unos diálogos y un guión de primera. Quien lo íba a decir. Actores estupendos, dirección brillante (aunque aquí el eje es el guión) y un guión sobresaliente. Es de las pocas películas vitas (sólo la ví una vez), que recuerdo de vez en cuando.

Altísimamente recomendable, aunque no gustará a todo el mundo.
emorriconiano
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12 de octubre de 2023
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Creo que he cometido un error al visualizar esta película: Verla subtitulada (cosa que no suelo hacer). ¿Que por qué? Porque el jodido loco de André habla de muchas cosas complicadas y muy rápido y me he saturado un poco. Esta película despierta en mí ideas contradictorias según la parte en la que pienso. La primera mitad se me ha hecho realmente densa, ya que André no para de hablar de temas extraños que en mi opinión no tenían ningún interés. En cambio en al segunda parte, el tema de conversación se me ha hecho muy interesante y mi buen amigo André ha conseguido embaucarme y tenerme atento sin tocar el plato de comida. En general lo que podría decir de esta cena con André es que me ha dejado triste haciéndome recordar mis problemas oníricos, que se me ha hecho muy pesado al principio con sus movidas hippies y que al final me he alegrado de quedar con él porque me ha roto la rutina mecánica que llevaba teniendo estos días. Eso sí, no esperes que volvamos a quedar pronto André. Pero, te aseguro que en un tiempo largo nos volveremos a ver y esta vez con un doblador que me facilite entender tus locuras. Por lo demás, me gustan las películas de dialogo entre personajes que te sumergen en la conversación y todo pasa en nuestro carismático escenario del restaurante de lujo en el que hasta los espejos tienen mucho que decir.

Conclusión: No creo que sea para todos los públicos ni para todos los momentos pero, si te apetece escuchar a un viejo loco que te traiga ideas nuevas, esta puede ser tu película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Krukof
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20 de octubre de 2018
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me aburrí de veras. Debo haberla visto como en 4 o 5 tandas, me demoré 1 mes en verla, si es que no más. La película, como ya está comentado por varios colegas cinéfilos, es la historia -no, historia es mucho decir-, es el relato del encuentro de dos "amigos" en una cena en un restaurante de alta alcurnia. Cada uno de los comensales, carga a cuestas con pasados diferentes que los definen, sus suertes han sido diferentes y lo devela su comportamiento. Luego la cena, es un pretexto, un lienzo sobre el cual se pinta la reunión de estos dos hombres. El resto una larga y aburrida conversación sobre diversos temas muy interesantes y profundos, tanto como en sentido contrario lo es el poco atractivo visual de lo que estamos viendo, tal vez para que nos concentremos en el dialogo, que lo requiere. Cada vez que me puse a verla no duraba más de 15 minutos sin dormirme, así hasta que por fin la terminé. La vi de a "pedacitos", solo porque el Sr. Malle se lo merece. La actuación de ambos protagonistas probablemente es excelente, pero nada la salva del tedio que provoca. Seguramente es solo para unos "pocos", entre los que no me cuento.
Grisaceo
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