Tokyo Godfathers

"Tokyo Godfathers" no es una historia sumamente original, ni tampoco compleja y los giros de guión absurdos se suceden casi sin respiro. Pero es tan cálida, tan humana a pesar de sus características rocambolescas, pero sobre todo, tan divertida, que uno no puede dejar de entusiasmarse con la película. A esto se añade unas dosis pequeñas, aunque adecuadas, de drama, y una calidad de dibujo que cualquiera del gremio envidiaría. Los tres rufianes protagonistas (Gin, Hana, Miyuki), a pesar de sus rostros caricaturescos y reacciones exageradas, son personajes que merecen existir en la vida real.
Para verla y disfrutarla completamente, no debes esperar una obra maestra, porque ésa no es la pretensión del filme. Déjate llevar, nada más. Mejor si la ves en un día de fiestas y con la familia

Satoshi Kon nos vuelve a deleitar con otra obra maestra, una animación magnífica a la par que cómica y emocionante, digna del director de Perfect Blue. Una historia navideña desde un punto de vista del que no estamos acostumbrados en occidente.

Se dice en la propia película que al comenzar el nuevo año las deudas se perdonan o algo así. Parece la típica frase chusquera peliculera, pero no es así, condensa bastante bien lo que se nos muestra a lo largo de todo el metraje: un trío de desamparados marginales por unas cuestiones u otras que tienen algún tipo de deuda que les atormenta y que, tras caer en la miseria, quieren resolver. Otros personajes secundarios también muestran este duelo interno. Cada uno lo llevará y resolverá de diversas maneras. También podemos sacar un mensaje sobre las relaciones familiares, sobre todo respecto a las relaciones padres-hijos (con un momento un tanto freudiano por ahí).

Esto se cuenta en tragicomedia, o comedia trágica, o comedia con drama, o drama con risas oBueno es igual, lo que quiero decir es que es una película muy tierna con la que disfrutas y es de esas que te sacan una sonrisa, pero no le faltan momentos duros o emocionales. Además estos momentos no aparecen ahí como pegote, sino que llegan de forma muy orgánica y natural, siendo muy potentes y conectando con el público. Con poca información y pocas cosas nos pueden hacer sentir mucho.

También mencionar que tiene muy ritmo. Ningún momento sobra o al menos no se siente así, y aunque se alternan momentos más lentos con otros más rápidos, en ningún momento se siente que la película y su acción se paren.

Y claro está, podemos ver el sello personal de Satoshi Kon cuando distintas realidades, con un tonto psicológico y fantasioso, se entremezclan de forma natural y orgánica (¡otra vez), como si nada, algo que ya vimos en "Perfect blue" y se vería luego en "Paprika", pero en esta ocasión esta mezcla representa unos pocos segundos que no quedan nada mal pero no impregnan el total del film como en los ejemplos anteriores.

Sinceramente, no sé que me pasó. La estaba viendo y en 40 minutos, me estaba aburriendo. No me entretenía nada, no me emocionaba ni me interesaba.

No sé, la animación no me gustó. Como dicen, me pareció muy tosca, con la chica y el homosexual poniendo caras casi todo el rato, que pegan más en animes cómicos o populares como One Piece. La historia me parece muy lenta y entre punto y punto, tarda mucho tiempo. Llevan 30 minutos de peli, pero yo estaba como si hubiera visto dos horas.

No sé. Dejé de verla por eso, no me estaba entreteniendo y no me interesaba el final.

La premisa básica es que tres vagabundos de Tokio se encuentran el día de Navidad a un bebé tirado en la calle. Ante esta premisa, me esperaba encontrar un relato del estilo de "A Christmas Carol" (de Charles Dickens) o "The Little Match Girl" (de Christian Andersen), que aunase pobreza y Navidad desde una óptica con más sentimiento y mesura. 'Tokyo Godfathers' es una película alocada, disparatada, llena de situaciones y coincidencias dignas de un thriller de acción. Las aventuras son demasiado frenéticas y los personajes carecen de carisma hasta no conocer al final las sorpresas que nos depararán alguna de sus historias (el cómo llegaron a mendigar en la calle). Sin más rodeos diré que me ha aburrido. Además su animación es tosca y agresiva, pudiendo ser melosa y calmada como el guión así lo requería. A su favor tiene el ambiente navideño, la pobreza y los leves giros argumentales del final. Film olvidable.