"Tokyo Godfathers" no es una historia sumamente original, ni tampoco compleja y los giros de guión absurdos se suceden casi sin respiro. Pero es tan cálida, tan humana a pesar de sus características rocambolescas, pero sobre todo, tan divertida, que uno no puede dejar de entusiasmarse con la película. A esto se añade unas dosis pequeñas, aunque adecuadas, de drama, y una calidad de dibujo que cualquiera del gremio envidiaría. Los tres rufianes protagonistas (Gin, Hana, Miyuki), a pesar de sus rostros caricaturescos y reacciones exageradas, son personajes que merecen existir en la vida real.
Para verla y disfrutarla completamente, no debes esperar una obra maestra, porque ésa no es la pretensión del filme. Déjate llevar, nada más. Mejor si la ves en un día de fiestas y con la familia