Sonrisas de una noche de verano

Una simpática y sátira a las relaciones de pareja, Bergman toma las bases par hacer una especie de comedia de enredos, algo desenfada y shakesperiana pero también muy superficial y con altibajos en algunas actuaciones. Hay momentos muy divertidos pero pensé que el tramo final iba ser más mordaz. La fidelidad , el mito de la virginidad , el amor inocente y el erotismo son temas que se notan en el filme. Su tratamiento es un tanto melodramático (apelando a la comedia) pero en síntesis es una propuesta divertida.

135/04(02/06/08) Entretenida cinta, lo cuál no es normal para este metafísico director. Aún así tiene sus toques por todas partes, la búsqueda de la felicidad, los problemas de la edad, encontrar la media naranja, etcétera. Primer éxito internacional de Ingmar bergman resulta un cuerpo extraño en su filmografía. En las entrevistas, Bergman decia que no tenia talento para la comedia y sus otras cintas del género parecen demostrarlo. Este film está inspirado libremente en una obra de Shakespeare, con los toques habituales del director sueco. El argumento gira en torno a cuatro parejas que se van intercambiando sus congéneres, todo ello con el telón de fondo de una noche de verano, en una época decadente y con situaciones un tanto flemáticas por lo surrealista, que a mi entender le resta fuerza. La cinta es muy liberal sexualmente para el año en que está rodada, con adulterio a doquiér, besos entre mujeres, ropas sugerentes, tocamiento de pechos, etcétera. Recomendable a los fans de Bergman. Fuerza y honor!!!

Bajo su apariencia de comedia amable ambientada a principios del siglo XX, es un film bastante amargo, que entiende el amor como un engaño, y trata de las muchas veces en que se confunde el sexo con el amor. Unas estupendas interpretaciones y un gran guión -con algunos detalles en el argumento que recuerdan al "Dies Irae" (Vredens dag, 1943), de Carl Theodor Dreyer- estructuran un film que es uno de los varios que, dirigidos por Bergman en los años 50, contribuyeron a cimentar su fama entre el público y la crítica.

Se podría decir que también gustará esta comedia romántica a los incondicionales de Bergman. Lo malo es que nada es incondicional. Aliquando dormitat Homerus, se decía. También en Homero se puede encontrar alguna debilidad.
Me gusta Bergman, pero no estoy dispuesto a admirar todo lo que hizo. Le pongo un 7 por la técnica, la fotografía, la ambientación, las interpretaciones... Pero, jugando a lo Wilde a la ironía y la paradoja, no tiene esa gracia chispeante.
El humor de Bergman debe valer para los nórdicos, pero los del Sur estamos acostumbrados a un duende más humano y divertido. Ejemplo, muchas comedias italianas de estos mismos años cincuenta. O las comedias americanas del estilo de. Billy Wilder.
No quiero decir que no se vea a gusto, pero resulta todo demasiado artificial, al menos la primera hora. Hay que decir que tiene un buen remate. Por eso Bergman era genial, porque sabía cómo armar un buen final, que es una de las cosas más difíciles en el arte.

Deseo, pasión, enamoramiento, celos, tensión sexual no resuelta, y un tono ligero de comedia que no suele ser la tónica habitual en Bergman.
No llego a catalogarla en su filmografía. Es interesante, como todo lo suyo, pero me resulta poco interesante. Hay que situarla en su contexto, en su tiempo y lugar. Y eso quizá explica su dinámica.
La separación del sexo del afecto no parece un camino insensato para una narración dramática, pero está lejos de funcionar. Sobre todo en el estereotipo de hombre que cuenta.
No me ha gustado especialmente. No encajo en ese todo de comedia ligera que le da el director.
Parece una screwball americana, una comedia de situación, pero con circunstancias poco usuales, algo forzadas. No creo que sea el tono ideal para sus reflexiones.