El chacal de Nahueltoro

"El chacal de Nahueltoro" (versión corta del título) relata la vida Jorge del Carmen Valenzuela, su dura infancia, su dura juventud ... y su horrible crimen. Toda esta parte se cuenta a modo de flashback. Tras ser detenido y confesar la autoría de la matanza (asesinato de una mujer y sus 5 hijas), nos muestra su redención en el penal y la sentencia a la pena capital a la que es condenado. Llegado a este punto el autor establece un debate acerca de las posibilidades de redención de los criminales (por muy horribles que sean) y la legitimidad de la pena de muerte.
Con un formato muy cercano al documental (escenas cámara al hombro inclusive) y una crítica social evidente (no sólo por el debate citado anteriormente sino también por la situación de los campesinos chilenos en la época), fue también un film muy perseguido durante la dictadura de Pinochet.

Con un formato que se asemeja al del cine documental, Miguel Littin nos cuenta la vida de un asesino, incidiendo en varias cuestiones clave para entender el porqué una persona se puede acabar convirtiendo en una alimaña. Con un realismo estremecedor muestra como una infancia y juventud sin afecto y sin recibir ningún tipo de formación pueden convertirse en el caldo de cultivo adecuado para que un ser humano se transforme en un delincuente.

A esta visión naturalista hay que añadirle el enfoque profundamente negativo con el que el director retrata a las instituciones, ya que una vez que el estado se hace cargo de él, le proporciona cierto grado de formación y que incluso parecen surgir en él el arrepentimiento y la posibilidad de reformarse, no se le conmuta la pena a la que ha sido condenado.

Quizás la única pega que pueda ponérsele es que toda la película está orientada a demostrar la tesis que defiende el director: una persona sin afecto y sin formación tiene todos los boletos para convertirse en una mala persona, y que la sociedad no se lo va a poner fácil a la hora de reintegrarse.

Más que una película, un documento histórico de incalculable valor sobre uno de los personajes más tristemente celebres de Chile: Jorge del Carmen Valenzuela Torres, mejor conocido como "El chacal de Nahueltoro", titulo adecuado para esta maravillosa obra dirigida con pulso firme por Miguel Littin. Y al final también nos muestra una parte de ese pasado que el país sudamericano vivía por aquellos años, una dura realidad muy similar al resto del continente.

Imposible no conmoverse ante la sensible reconstrucción (casi documental) de los terribles acontecimientos por los que tuvo que pasar el protagonista de esta triste historia, ya que el relato se conduce gracias a un perfecto equilibrio que se enfoca en los puntos mas importantes de su vida y que lo condujeron a cometer un terrible crimen, pero mas no para juzgarlo, sino para que el espectador entienda las verdaderas razones de su proceder.

Es brillante y a la vez que doloroso ver como se exponen las causas y efectos (por sus propia boca) de un ser humano que paso por una infancia, juventud y etapa adulta extrema, durísima, cruel y que no tuvo absolutamente nadie que le sepa indicar siquiera los conceptos mas básicos del bien y el mal. Una persona a la que la vida lo golpeo y que actuaba simplemente por instinto. Un desgraciado y marginado por toda una sociedad, que solo lo ve como un ente al que el sistema debe "eliminar" y para el que ya "no había otro remedio".

Un feroz alegato en contra de la pena de muerte.

Imprescindible.

Al igual que en los filmes de propaganda nazi como El Triunfo de la Voluntad o de propaganda racista como El Nacimiento de una Nación, en el caso de esta película debemos separar absolutamente la forma del fondo. Formalmente la película de Littin es brillante, al igual que la actuación de Nelson Villagra como el Chacal, hasta hacernos olvidar que se trata de una recreación y no un documental. Incluso puede tomarse como un valioso alegato contra la pena de muerte. El problema es que se utiliza para glorificar a un asesino psicópata porque "nunca le dieron una oportunidad". Un razonamiento muy caro a la izquierda internacional pero falsa como se prueba simplemente viendo que Valenzuela tuvo cuatro hermanos que se criaron en el mismo ambiente, con las mismas privaciones y la misma falta de cultura y ninguno de ellos fue un vago alcohólico y homicida como él. Para ello, Littin no duda en tergiversar los hechos para hacer que el espectador se compadezca de su protagonista. En la realidad Rosa Rivas fue desalojada del fundo precisamente porque se emparejo con Valenzuela. También modifica el motivo de la discusión entre víctima y victimario ocultando que en realidad fue el hecho de que Rivas no hubiera podido cobrar su pensión por viudez que Valenzuela pretendía apoderarse para seguir embriagándose. Si obviamos eso, al igual que en el caso del film de Leni Riefenstahl o el de Griffith, vale la pena verla.

Docudrama experimental hiperrealista de Littín.
No es cine de andar por casa, está más cerca del documental (ficcionado) que del cine.
Retrata el Chile rural más pobre, analfabeto, retrógrado, grotesco y deleznable, a través de unos monstruosos crímenes en los años 60, cometidos por un pobre iluso analfabeto y pusilánime campesino.
Como gran parte del folclore latinoamericano, existe la posiblidad de redención y expiación, aunque su condena a muerte será ineludible.
Reconozco el valor de este docudrama que abrirá las puertas del cine a muchos otros directores, dentro de la corriente del nuevo cine chileno.