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Another Year

Drama Gerri (Ruth Sheen), una terapeuta, y Tom (Jim Broadbent), un geólogo, están felizmente casados, pero les preocupa que su hijo Joe (Maltman), que es abogado, permanezca soltero. Esta preocupación les impide darse cuenta de hasta qué punto María (Lesley Manville), una frágil compañera de trabajo de Gerri, depende completamente de su amistad. (FILMAFFINITY)
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Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
18 de junio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillantísima dirección en un drama auténtico y tan duramente real sobre al paso del tiempo en las personas que llega a poner “la piel de gallina” en mas de una escena. Además de eso, también es un canto a la amistad y al respeto, a la tolerancia. Gerri (terapeuta) debe poner todos sus conocimientos en práctica para poder conseguir que la amistad con su amiga y compañera de trabajo (María) no se valla al traste, para ello cuenta con la inestimable colaboración de su marido y su hijo.

Ruth Sheen se luce en el papel de la terapeuta Gerri, pero está perfectamente secundada en una especie de lucha interpretativa (a ver quien lo hace mejor) por Jim Broadbent (su marido Tom), Oliver Maltman (su hijo Joe) y sobre todo por Lesley Manville (su amiga María) y también por todos los demás secundarios. La duración de la película: 120 minutos, llega incluso a parecer corta ante la delicia de esta lucha interpretativa y esta oda a la amistad.
Aristofanes
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1 de junio de 2011
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mike Leigh reaparece con Another Year, con la que ha vuelto a ganarse el beneplácito de Cannes y la Academia de Hollywood, sus máximos apoyos durante toda su carrera, especialmente tras su película más conocida y también la más rotunda de toda su filmografía: Secretos y mentiras. Another Year supone volver a la casa del viejo Leigh, y ya el título tiene algo de cíclico, de proceso que se repite de forma natural. A estas alturas, poco puede cambiar y poco puede sorprendernos el cine de Leigh. Tras Happy-go-lucky, un canto al vitalismo y a la sonrisa en tiempos de crisis, Another Year se desmarca siendo una antítesis de todo aquello que quería ser la antepenúltima obra de Leigh. Ahora sí, el británico filma y firma un drama crepuscular, una trama reducida a pocos personajes y contados escenarios (casi sólo un espacio: la casa del matrimonio de Gerri y Tom). Una película que, imaginamos, emana del genio creativo de su director, casi a modo de divertimento, a sus sesenta y siete años. Y el dato de la edad no es casual: Another Year es una película de regusto amargo, de vidas poco excepcionales pero a su manera poco convencionales, el análisis de una familia y sus relaciones sociales (pocas, pero muy activas) a lo largo de un simbólico año. Cuatro actos, cuatro estaciones que transcurren en paralelo a una historia dialogada que poco a poco empieza a enseñar sus malas hierbas, su tristeza, al final su tono elegíaco.

Me imagino a Leigh escribiendo durante cuatro amaneceres, tomando té y pensando en silencio las relaciones de sus criaturas. Y si Another Year supone regresar a su mundo creativo, hay que destacar que la casa tiene más polvo y que la historia nunca llega a ser todo lo satisfactoria que debería. Y no lo es porque Leigh estira las posibilidades de sus personajes, logrando, o malogrando, que, a pesar de su magia escritora, la trama dé un poco igual. Lesley Manville, lo mejor de la cinta, se queda callada, pensativa, sola, en el último plano de Another Year; y es precisamente con la interpretación exagerada, gestual y vívida de Manville cuando el relato enseña sus costuras y su verdadera naturaleza: es, nada más y nada menos (en todo caso, un poco menos que antes), un notable material para una buena obra de teatro, pero nunca un film parejo a la solidez de El secreto de Vera Drake o, sobre todo, la ineludible Secretos y Mentiras. Una obra menor en la que los fans o nostálgicos no dudarán en encontrar mil y una virtudes, mil y un matices allí donde, tal vez, entre tanta charla, haya un poco, sólo un poco, de hastío. Aunque se traten temas universales, de gran actualidad y calado, que nos afectan a todos.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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20 de diciembre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Leigh a sus 68 años le costó media vida ser reconocido como uno de los grandes directores británicos actuales. Su cine de arraigadas tendencias teatrales, no en vano también es director de escena, escarba en el alma del ser humano desde su cotidianidad, centrándose en la clase media como un entomologo que colecciona y disecciona sentimientos vitales. Como los buenos vinos mejora con la edad y nos regala esta obra maestra comparable, como se ha dicho por ahí, al mejor Chéjov. La dirección de actores y el trabajo de los mismos sin excepción, por mucho que el guión, explendido por cierto, favorezca a unos más que a otros, es soberbio, al igual que la BSO. Dividida en cuatro actos correspondientes con las cuatro estaciones se ensamblan cuatro situaciones diferentes que al igual que las estaciones meteorológicas, siendo diferentes pertenecen a un mismo año. Los mismos elementos en toda su diversidad en un equilibrio sutil y perfecto.

Hay que haber vivido al menos media vida para degustar y paladear este caldo con todos sus matices agridulces y evidentemente no es cine comercial al uso. Emociona, divierte e incluso puede asustar en la medida en que no seamos capaces de aceptarnos como somos, sobrellevar los vientos de la vida con flexibilidad y combatir la inevitable soledad "whit a little help" de una especie rara de encontrar: los buenos amigos. Casi siempre es suficiente con un abrazo y saber escuchar. A tardado un año en llegar. No se la pierdan.
ELZIETE
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20 de noviembre de 2011
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pareja madura y aparentemente perfecta en torno a la cual giran una serie de personajes a los que la vida no ha tratado tan bien. Este podría ser en resumen el argumento de “Another year”, la última película de Mike Leigh, director que empezó en el mundo del teatro y eso se nota especialmente en esta nueva película. De entrada hay que decirlo claro, “Another year” es una película pesada. Su estructura en forma de cuatro episodios enmarcados en las cuatro estaciones del año se sustenta en otras tantas visitas de amigos y familiares a casa de la pareja principal donde pueden dar rienda suelta a una verborrea banal e inacabable que consigue que una vez finalizado el primer capítulo, correspondiente a la primavera, uno tenga ganas de que las restantes estaciones pasen volando. Y es que el principal problema del film es que en realidad no ocurre nada. Son retazos de vida normal sin ningún tipo de interés y aunque no hay nada que reprochar a las interpretaciones de los diferentes actores que van entrando y saliendo de escena, la calidad del texto es tan pobre que no provoca otra cosa que el bostezo. Uno en realidad se siente como un invitado más a la mesa de comensales sin enterarse de nada de lo que se está hablando y lo que es peor sin ningún tipo de interés en descubrirlo. Una sensación parecida al invitado a una comida familiar que solo espera el momento que esta acabe para poder marchar a casa. La película, hay que reconocerlo, tiene algunos buenos detalles que consiguen la complicidad del espectador, pero poca cosa más. El resto es teatro (del malo) alargado hasta el exceso.

Lo mejor: los actores, en especial Lesley Manville.

Lo peor: el sentimiento de aburrimiento que te invade a media película.
AMQE
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14 de octubre de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los conceptos, que seguramente encontremos, en la definición de la vida que nos gustaría tener, es el equilibrio. Quizá, el término, sea un sinónimo no reconocido de la felicidad. Es necesario haber sentido tristeza, para saber valorar en su justa medida, una alegría. Es necesario conseguir cosas mediante nuestro esfuerzo, para apreciar como se merece, un regalo. Es necesario experimentar una pérdida, para sentir necesidad de los que nos rodean.
Mike Leigh consiguió el equilibro artístico con "Secretos y mentiras" (Secrets and Lies, 1996). Un equilibrio realmente escurridizo, difícil de atrapar. Han tenido que pasar 14 años y 5 films, para que con "Another year" lo consiga y el equilibrio vuelva a ser su mayor virtud. No solo formalmente, también el contenido se muestra en armonía.
Un matrimonio ejemplar. De ellos sabemos que cultivan, cocinan, escuchan música, leen en la cama antes de hablar, se abrazan, se consuelan y verdaderamente descansan. Son refugio para compañeros, amigos y familiares. Pueden ofrecer y quieren hacerlo. Abren su casa, sus vidas, sus oídos, su corazón y sus brazos. A cambio, son más conscientes aún, de la suerte que tienen. No se sienten solos, son sinceros al decir que les gusta su vida y lo que consideramos oficialmente como desgracias, de momento les son ajenas. Parece que han conseguido hasta ahora llenar el mal llamado vacío existencial, y digo mal llamado, porque ese vacío contiene multitud de emociones (magistralmente expuestas por todos y cada uno de los actores y actrices) que indomables, son las que nos desorientan hasta hacernos caer.
Ternura y desgarro. Las secuelas que en nuestra vida va dejando el paso del tiempo. Lo irrecuperable. El sentirse a punto de pasar a formar parte de la Historia, dejando como huella tan solo un nombre casi anónimo. Primavera, verano, otoño e invierno. Un invierno demasiado duro y largo. texto: Samuel Arjona (Publicada en www.retina-revistadecine.blogspot.com)
samuelarjona
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