Estrellas en la tierra

Una película maravillosa, sorprendente, extraordinaria, se me acaban los calificativos. Lloré como nunca lo hice antes con ninguna película.Y es que cuando el tema principal de esta película, la dislexia, te toca tan de cerca puesto que es tu lucha diaria por ayudar a lo que mas quieres en este mundo, un hijo, evidentemente es inevitable emocionarse con esta obra maestra.

Esta película llegó a mí por mera casualidad, y por ello doy gracias. Es un filme que nos vuelve a recordar algo que olvidamos día a día: que la vida no se limita a los estudios, el triunfo, las posesiones y el materialismo, sino que en realidad nuestra existencia esconde más maravillas de las que podemos ver, de las que queremos sentir o de las que sabemos apreciar (una leve sonrisa, el caluroso abrazo de una madre, un dulce beso, un claro amanecer, un cálido recuerdo...).

Ishaan nos muestra que cada persona es un mundo que merece la pena ser descubierto, más allá de una foto, un expediente académico o un currículum.

Esta obra de arte contiene un mensaje que lucha contra la visión mecanicista y cosificadora de la sociedad moderna, a la vez que nos hace reflexionar acerca de los motivos por los que hemos dejado a nuestro niño atrás y lo hemos encerrado entre barrotes. Perder la inocencia y hacer de nuestro corazón piedra es un grave error que nos oprime, ciega y limita, como podemos ver en la figura del padre de Ishaan.

Aprisionar nuestros sentimientos y rodearlos de una barrera de conocimientos y destrezas "útiles" es casi una imposición de la era moderna y del sistema educativo actual. Aquí se nos dice lo contrario: que liberemos el niño que llevamos dentro, que nos permitamos sentir, que nos soltemos, que no pensemos y actuemos por intereses, sino por valores y sueños; que vivamos una vida donde cada persona sea especial, una vida sin comparaciones, llena de comprensión, y de amistad. Por eso...

Dejemos la oscuridad atrás, seamos, junto con Ishaan, estrellas en la tierra...

Un film lleno de amor, dolor y enseñanza, la película nunca cae siempre te mantiene alerta y conmovido, tan conmovedora como dulce, deja un mensaje excelente para todos, donde siempre se impone una enseñanza, una forma, una manera; Pero no vemos lo mucho que dejamos por seguir las reglas, basada en un niño con una enfermedad tan poderosa que puede superar la misma realidad, con un final estupendo como el título de mi crítica
" Una obra de arte" ; Excelente

Dos años antes de que Aamir Khan protagonizara la fantástica “Three Idiots”, produjo, dirigió y además también protagonizo esta maravilla que al igual que “Three idiots” también aborda el tema de la educación pero de forma mas profunda y conmovedora, contando la historia de Ishaan, un niño de ocho años con problemas de dislexia al cual sus profesores y su familia son incapaces de comprender hasta que conoce a un profesor (Aamir Khan) quien unos métodos poco ortodoxos, pero eficaces que buscan la eficencia , ayudara al niño a desarrolar sus capacidades intelectuales y sus talentos secretos…
La película simplemente es perfecta, contiene algunos momentos musicales y tan solo un numero musical pero es maravilloso y encaja a la perfección en la trama sin ser un estorbo para el ritmo de la película.
El chaval que interpreta a Ishaan esta maravillosamente creíble y Aamir Khan esta perfecto como acostumbra..
La película dura casi tres horas pero estaba tan absorto en la historia que ni tan siquiera me di cuenta de la duración …

La película es tremendamente conmovedora y contiene un mensaje cargado de verdad, la educación no es adoctrinamiento y cada niño es especial a su manera…Es triste ver como nuestro sistema educativo no busca la eficencia sobre los resultados y deja fuera a quien aprende a pensar por si mismo no siendo parte del rebaño…
Aamir Khan fue quien me introdujo al cine Indio cuando vi “Three Idiots” y esta película solo ha hecho que le admire mas, es un fantástico artista…

OBRA MAESTRA

Un niño de 8 años lleno de imaginación y picardías repite sus cursos y es eventualmente enviado a una escuela como pupilo, donde un profesor (Aamir Khan) será capaz de detectar lo que hasta el momento había sido invisible para los demás. Con aparentes problemas de aprendizaje, el niño es dueño de un talento inusual para las artes. Quedarán en evidencia los errores de los padres, acertando demasiado la herradura, de los profesores, incapaces de ver más allá de la superficie, y de las escuelas, fallidas en la formación de tantos niños que sueñan, ven otras formas y colores y pueden desbordarse ante los tormentos. Demasiado para una cabecita de 8 años que llevaba tiempo pidiendo ayuda a gritos, sin que nadie fuera capaz de verlo. Serán inevitables las lágrimas, no obstante el algo excesivo tiempo de la película y su intención más o menos disimulada de sensibilizarnos, tanto cuando el niño es ingobernable como cuando comienza a dar sus pasitos adelante. La cuestión del mundo en que vivimos, con lo riesgosa que puede resultar, aquí se sortea bien. El rol de los padres y educadores, con sus carencias, y el de los niños, con sus problemas internos muchas veces difíciles de identificar, serán representados con aciertos.